Reacción extrema ante arremetida delictual
Comercio anuncia patrullajes nocturnos para protegerse de los graves delitos que sufren por falta de vigilancia en el centro de Viña del Mar. El aumento de homicidios en la zona, el uso de armas de fuego y los recientes casos de secuestro demuestran la peligrosidad y audacia de los antisociales y, en último término, el desprecio por la vida.
Dirigentes del comercio del centro de Viña del Mar anuncian la realización de patrullajes nocturnos de vigilancia, debido a la recurrencia de los delitos que afectan a sus establecimientos. La medida es una reacción colectiva del gremio de locatarios ante lo que consideran la falta de un resguardo adecuado, que los proteja del amedrantamiento constante que sufren de los delincuentes. Y en esa crítica suman tanto la ausencia de rondas permanentes de Carabineros como la falta de apoyo de los equipos de Seguridad Municipal.
Las deficiencias en los sistemas de iluminación pública y los reiterados problemas presentados por las cámaras de televigilancia en Viña del Mar, terminan por configurar un peligroso escenario de inseguridad pública en pleno centro viñamarino. Aunque puede parecer extrema, la reacción directa de los afectados mediante rondas de vigilancia ya no es una novedad en aquellas zonas donde no se aprecia una intervención adecuada de las fuerzas de orden, como ocurre en la zona roja de la Araucanía, donde empresarios y agricultores se han organizado para defender sus casas y trabajos.
El riesgo personal que se corre al enfrentar al delincuente es una realidad que debe estar presente en Viña del Mar; en Angol, un agricultor vinculado a dichas rondas perdió la vida. El aumento de homicidios en general en la zona, el uso de armas de fuego y los recientes casos de secuestro demuestran la peligrosidad y audacia de los antisociales y, en último término, el desprecio que tienen por la vida.
También debe quedar claro que no es aceptable una reacción violenta por parte de los afectados comerciantes; tomar la justicia por propia mano también es un delito.
Así, las víctimas se encuentran en una especie de tierra de nadie, expuestas en su persona, bienes y actividades. El profesor de Derecho, abogado y ex parlamentario Francisco Bartolucci, escribe en columna en este diario que "Chile es un país que se va quedando sin orden, sin autoridad y sin ley". Habla también del concepto jurídico de "anomia", que se define justamente como "ausencia de la ley" y también como "conjunto de situaciones que deriva de la carencia de normas sociales o de su degradación".
Las normas existen, pero han llegado a su degradación al no tener un respaldo suficiente por parte de la autoridad.
Al no existir ese respaldo, el ilícito es fácil y el delincuente actúa sobre seguro. Y no se trata ya del hurto famélico, por necesidad, como el de Jean Valjean, el personaje de Victor Hugo en "Los miserables", condenado por robar un pan para comer. Se trata ahora de un delito lucrativo que provoca daño a un comercio largamente castigado y cuya supervivencia compromete a la sociedad entera.