Región: solo 7,6% de ocupados tiene 24 años o menos de edad
DESEMPLEO. Académicos advierten que además de algunos instrumentos como los subsidios, es necesario fortalecer las competencias de los jóvenes.
Cuando el empleo parece estabilizarse y volver a las tasas tradicionales en la región, hay un segmento en particular que si antes de la pandemia ya era objeto de preocupación, a la hora de analizar el desempleo ahora lo es más.
Se trata del grupo entre los 15 y 24 años que, de acuerdo a los datos del INE correspondiente al último trimestre móvil enero-marzo, en el territorio solo tuvo una participación de 7,6% en el total de ocupados, con 66.573 personas en un universo de 871.294. En el desglose, en el segmento entre 15 y 19 años los ocupados llegaron a 9.635 y en el tramo entre 20 y 24 la cifra llegó a 56.938.
De hecho, del total de desocupados e inactivos en el primer trimestre del año, este fragmento de la población tuvo una participación de 25,3% con 192.653 personas de un total de poco más de 758 mil.
Ahora, hay que consignar que en el mismo periodo de 2019, antes del estallido social y la pandemia, el número de ocupados en este grupo etario llegaba a las 78.431.
Diferencias
"Hay tres grupos aquí que hay que ver. Hay uno que está estudiando, ya sea en la enseñanza media, en un centro de formación técnica o en la universidad, y la mayoría está inactivo y no está buscando trabajo. Ese grupo es bastante estable y no ha cambiado mucho", comentó el académico de la Facultad de Economía de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Patricio Aroca.
"Hay otro que está en la fuerza de trabajo que tiene, en general, ingresos medios y medios bajos y no tiene posibilidad de seguir estudiando y prioriza el mercado laboral; y finalmente los llamados 'ninis', que no trabajan ni estudian", agregó el experto, detallando que este último grupo durante la pandemia se redujo, pero que desde al año pasado ha vuelto a crecer.
"El desempleo juvenil es complejo porque mucho del descontento social se relaciona con las oportunidades que tienen los jóvenes y gran parte de ellos se sienten desesperanzados porque, por una parte, no encuentran trabajo, a lo que se suma el monto de sus salarios", subrayó, añadiendo que la diferencia en la remuneración de un joven que pasó por estudios superiores y otro que no, es muy alta.
"Hay que hacernos cargos de ese mundo joven, ya que probablemente muchos de ellos tienen una mala base para enfrentar las exigencias del mundo laboral o ingresar a la educación superior, y se encuentran con una oferta de trabajo con salarios muy bajos", dijo el académico, agregando que si esta tendencia no cambia "y no logramos que estos jóvenes sea incorporados a la sociedad, al mundo laboral, vamos a seguir teniendo serios problemas de convivencia".
En cuanto a los subsidios para el empleo juvenil, indicó que es una herramienta que puede ayudar, pero que no representa una solución definitiva, porque además implica gastos permanentes.
"Junto a estas medidas transitorias de ayudar a las empresas a pagar un salario a una persona que tiene una productividad baja, tenemos que generar programas de apoyo destinados a esos jóvenes y que puedan aumentar sus competencias", remarcó.
Problema estructural
Respecto a si en la cifra regional influyen, por ejemplo, los problemas de algunos sectores que absorben mucha mano de obra como el turismo, indicó que si bien puede ser factor no es lo más importante.
"Efectivamente, hay actividades estacionales en el turismo que demandan más trabajadores en los meses de verano, (...) pero yo creo que eso ayuda solo a paliar el problema, pero este tiene dimensiones estructurales que no son producto de la producción estacional, sino que hay un grupo significativo del cual debemos hacernos cargo y hacer políticas que deben orientarse especialmente a capacitarlos y que su aporte sea valorado por las empresas que los contratan".
Alejandro Corvalán, economista de la Universidad Viña del Mar (UVM), enfatizó que el desempleo juvenil debe ser una prioridad para las autoridades.
"Hay una tendencia respecto a que aún no se logran recuperar los empleos juveniles entre los 15 y 24 años. Allí hay una situación que debe ser abordada por la agenda económica del actual Gobierno y es un desafío porque ha ido aumentando el empleo, aunque tengo la impresión que el grupo que más ha recuperado son las mujeres especialmente por un factor muy relevante que es el regreso de los estudiantes a clases presenciales".
Respecto a las dificultades que tienen los jóvenes para entrar al mundo laboral, indicó que hay dos aspectos importantes a considerar. "Los más jóvenes tienen dos brechas importantes: menos experiencia y menos competencias. Por lo tanto, uno de los desafíos es ver cómo a ese segmento de los jóvenes se les implementa un plan de fortalecimiento de algunas de sus competencias", remarcó el académico.
Por su parte, Diego Tala, director comercial de Laborum.com, sitio especializado en reclutamiento de personal, indicó que el mundo laboral está cambiando y que está atravesando por distintos procesos.
"Hoy la fuerza laboral y los nuevos colaboradores que se están formando son de una generación totalmente distinta, con nuevas habilidades y aptitudes, así como también focos de desarrollo, necesidades profesionales y personales, porque lo que también las empresas han ido modificando sus procesos de selección y el trabajo realizado en las áreas de recursos humanos", dijo.
El efecto de la pandemia
Alejandro Corvalán, economista de la UVM, indicó que la pandemia se instaló como una dificultad extra para los jóvenes, pues muchos de ellos no pudieron acumular experiencia en los dos últimos años. "Su trabajo formal se redujo porque la actividad económica bajó de manera importante y los afectó principalmente a ellos y también al segmento de las mujeres", dijo el experto, quien también subrayó que la situación puede empeorar "porque en los últimos años no hubo educación presencial".
"El desempleo juvenil es complejo, porque mucho del descontento social se relaciona con las oportunidades que tienen los jóvenes"
Patricio Aroca, Académico UNAB
" Uno de los desafíos es ver cómo a los jóvenes se les implementa un plan de fortalecimiento de algunas de sus competencias".
Alejandro Corvalán, Economista UVM