Efe/Redacción

L a alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió ayer a las autoridades de México que redoblen los esfuerzos para acabar con la lacra de las desapariciones forzadas, un día después de que anunciara que el país ha sobrepasado la cifra de 100.000 desaparecidos desde 1964, de acuerdo al Registro Nacional de Personas desaparecidas o no localizadas mexicano.

"El flagelo de las desapariciones es una tragedia humana de enormes proporciones", señaló Bachelet en un comunicado donde afirmó que "ningún esfuerzo debe escatimarse para poner fin a estas violaciones de derechos humanos y abusos de dimensión extraordinaria".

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos que dirige Bachelet también denunció la "abrumadora tasa de impunidad" en torno a estas desapariciones, ya que solo en 35 de estos más de 100.000 casos ha habido sentencias, y han sido condenados los perpetradores.

Asimismo, del total de desaparecidos, alrededor de 25 mil personas, una cuarta parte, son mujeres y niñas, ya que aproximadamente una quinta parte tenían menos de 18 años en el momento de su desaparición. Además, sus casos son más difíciles de resolver debido a la estigmatización y las omisiones durante la búsqueda, así como por la revictimización que sufren cuando después de ser víctimas de algún delito.

El pasado 12 de abril, familiares de personas desaparecidas del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, pidieron que el Estado mexicano atendiera el informe del Comité de la ONU Contra las Desapariciones Forzadas (CED) y aplicara las recomendaciones de manera rápida y convincente.

Ese mismo día, el CED publicó desde Ginebra su informe sobre la visita a México que llevó a cabo entre el 15 y el 26 de noviembre de 2021, una decena de días en los cuales ocurrieron 112 desapariciones, la primera vez que este organismo acudió a investigar sobre el terreno.

El comité hizo un análisis de la situación en México, donde hasta ese momento existía un registro oficial que contabilizaba a 98.877 personas desaparecidas y no localizadas desde 1964 -cuando comenzaron los registros- hasta la fecha.

Precisaron que de finales de noviembre de 2021 hasta mediados de abril desaparecieron 3.804 personas, "un promedio de 28 personas diarias".

En el documento, entre otras cosas, el comité aseguró que, aunque el crimen organizado es el principal autor de miles de desapariciones forzadas que se registran cada año en el país, el Estado mexicano también es responsable de este crimen cuando es perpetrado por sus funcionarios federales, estatales o municipales y se permite la impunidad.

La oficina recordó que más del 97% de las desapariciones cuya fecha se conoce ocurrieron posteriormente a diciembre de 2006, "cuando México transitó hacia un modelo militarizado de seguridad pública".

Día de las madres

El 10 de mayo, fecha de la celebración del Día de las Madres, miles de mujeres que no han encontrado a sus hijos salieron a marchar en muchos estados. En Ciudad de México protestaron frente a Palacio Nacional.

Entre las causas están las mujeres de Atenco, un grupo de 47 que fueron torturadas sexualmente por policías, quienes estaban encargados de su traslado en 2006, así como la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.

En el último tiempo, el caso más impresionante es el del estado de Nuevo León, donde hay más de 6.000 desaparecidos oficiales y donde cada vez más son las mujeres jóvenes las víctimas.

Según el gobierno, 376 mujeres fueron reportadas este año como desaparecidas hasta mayo pasado. 48 figuran como "no localizadas", seis fueron encontradas sin vida y con ocho desapariciones en apenas 10 días el mes pasado, la ciudad de Monterrey, capital del estado, se convirtió en un lugar de horror para las más jóvenes.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo ayer que el supremacismo blanco es un veneno en el "cuerpo político estadounidense", tras visitar el supermercado Tops de Búfalo, donde un supremacista blanco de 18 años mató el sábado a una decena de personas por razones racistas, masacre que el mandatario describió como "terrorismo nacional" y "odio".

Biden calificó la supremacía blanca como "un veneno que atraviesa" a la sociedad al que "se le ha dejado crecer delante de nuestros ojos".

"Lo que pasó aquí es simple y directo: terrorismo. Terrorismo nacional. Odio, que a través de los medios, la política e internet ha radicalizado a individuos enfadados, alienados, perdidos y aislados haciéndoles creer, falsamente, que serán reemplazados (por otras razas)", dijo el presidente aludiendo a la teoría conspirativa del "reemplazo" que habría inspirado a Payton Gendron, el autor de la masacre.

El sospechoso se definió como un "fascista y un supremacista blanco" y viajó más de 300 kilómetros a un vecindario afroamericano con el objetivo de matar a la mayor cantidad de personas. De las 13 víctimas del tiroteo, entre muertos y heridos, 11 eran de raza negra.

Biden remarcó que no dejará que este odio gane en su país y que el supremacismo blanco no tendrá la última palabra y agregó que trabajará para que se vuelva a controlar las "armas de asalto" dentro de otras medidas propuestas en el entorno del Partido Demócrata.

Además, hizo una mención especial a las víctimas de la masacre y contó que una de las víctimas había ido a ese supermercado solo para comprar fresas para una receta y que otra estaba comprando una torta de cumpleaños para su hijo.

Asimismo, envió un mensaje de esperanza a los familiares de las víctimas y dijo que el tiempo les ayudará a procesar el duelo. En la visita de ayer el mandatario se reunió con las familias de las víctimas, así como con líderes de la comunidad y miembros de las fuerzas de seguridad.