LA TRIBUNA DEL LECTOR La Constitución de 499 artículos
POR FRANCISCO ORREGO BAUZÁ, ABOGADO
Un distinguido abogado porteño, que votó Apruebo en el plebiscito de entrada, me confesó tiempo atrás que no aprobaría ningún borrador de Constitución que tuviera más de 200 artículos. No he vuelto a hablar con él, pero me imagino cómo le cayó un texto de 499 normas constitucionales. No necesito conocer su reacción para saber cómo votará en septiembre próximo. Le deben haber dado 499 tiritones al leer la propuesta constitucional.
Sin embargo, los convencionales no solo se excedieron en la extensión de su cometido, sino que también se extralimitaron en el mandato de los chilenos, que es hacer una buena Constitución. Fracasaron en su intento, infringiendo la confianza depositada en ellos. Confundieron la hoja en blanco con el cheque en blanco. Quebrada la confianza, no hay campaña comunicacional que la revierta. ¿Usted no pediría de vuelta el cheque en blanco?
La tentación de hacer una Constitución maximalista y revanchista pudo más. Así no se hace una Constitución. No solo falló en hacerse cargo de las principales preocupaciones de los chilenos, sino que va más allá, generando una división profunda entre los chilenos, quienes se preguntan -justificadamente- si este proyecto cumple o no con las expectativas depositadas en el proceso.
¿Cumple el texto con la aspiración de una nación unida? Los chilenos tienen una clara identificación con un Estado unitario, donde conviven muchas culturas que dan lugar a la nación chilena. El concepto de la plurinacionalidad -importado desde las alturas de Bolivia- genera un quiebre violento con la tradición e historia constitucional chilena. La idea de múltiples naciones atenta contra la unidad de los chilenos. Esta ya es una buena razón para no aprobar el texto.
¿Satisface el borrador con el principio de que todos los chilenos somos iguales? Hoy vemos con incredulidad cómo la Convención reconoce a chilenos de primera y segunda categoría. El fuerte contenido indigenista, al establecer una serie de privilegios a los pueblos originarios, en desmedro de todos los chilenos, genera desconfianza y repudio. Llevada esta discriminación al plano judicial, veremos una justicia benevolente con algunos ciudadanos y otra justicia severa con una mayoría de la población. Otra razón para no aprobar el borrador.
¿Resguarda el proyecto el principio de separación de poderes y fortalece la democracia? No estableciendo claros mecanismos institucionales para resolverlos, la eliminación del Senado y el debilitamiento de la autonomía del Poder Judicial hacen presagiar una alta conflictividad política y una fragilidad de nuestro sistema democrático. La intervención política en la designación de los jueces y su sometimiento a las directrices del poder político amenazan con romper su independencia. La ausencia de una cámara revisora anticipa un proceso legislativo altamente polarizado. Razones suficientes para no aprobar el proyecto.
¿Es necesario aumentar la grasa burocrática del Estado en la nueva Constitución? Nadie sabe cuánto va a costar el aumento indiscriminado del tamaño del aparato estatal que trae el borrador. Expertos investigadores del CEP están haciendo algunos cálculos. Solo el tamaño del Poder Judicial se vería duplicado, sin considerar las necesidades de jueces e infraestructura para la justicia indígena. Otros, en cambio, no quieren que se sepa cuánto costará este desvarío constituyente. ¿Usted apoyaría un proyecto en estas condiciones?
¿Protege el texto los ahorros previsionales de los chilenos? El texto no solo viene a debilitar el derecho de propiedad en general, sino que, además, deja abierta la puerta para pegarle un manotazo a los ahorros previsionales de millones de chilenos. No obstante los esfuerzos de algunos convencionales por incluir una norma que protegiera expresamente dichos ahorros, una mayoría optó por descartarlo. Nuestros ahorros previsionales quedarán en el limbo de aprobarse el borrador.
¿Y qué pasa con la seguridad en la nueva Constitución? Ante el incremento de la violencia y delincuencia en todo el país, y del terrorismo en la Araucanía, la solución que nos proponen los convencionales es debilitar a Carabineros en lugar de fortalecerlos. Siendo la seguridad una de las mayores preocupaciones de los chilenos, el texto favorece la inseguridad. Difícil aprobar el borrador en esas condiciones.
Hay 499 razones para no aprobar el texto que se propondrá a la ciudadanía en el plebiscito de septiembre próximo. Solo es necesario que escoja el de su predilección. Una gran mayoría de los chilenos quieren cambios constitucionales, pero quieren cambios bien hechos.
Nada ni nadie puede obligar a los chilenos a aprobar un texto que no asegure paz, unidad y progreso, como es el caso del borrador de los 499 artículos.