Tribulaciones en los proyectos portuarios
La ampliación del espigón deberá enfrentar un nuevo trámite luego que el Tribunal Ambiental exigiera más estudios al proyecto en curso.
Durante su participación en el Encuentro Logístico y de Comercio Exterior 2022, realizado esta semana en el terminal de pasajeros, el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, esbozó algunos de los desafíos que enfrenta el desarrollo portuario en el país, presionado por la alta demanda de espacio y buques que imprime el comercio exterior. "Si proyectamos nuestra economía a 10 o 15 años, vemos que el sistema portuario, con su capacidad actual, no da abasto y tenemos que hacer inversiones importantes. Si bien hemos hecho una apuesta con el Puerto de Gran Escala (en San Antonio), eso no se condice con que en otros puertos podamos hacer esfuerzos para aumentar su capacidad y darle más resiliencia al sistema y robustez", comentó Muñoz.
Uno de esos "otros puertos" respecto de los cuales el Estado pueda "hacer esfuerzos para aumentar su capacidad" es Valparaíso, que no ha podido llevar adelante su principal proyecto de expansión, la ampliación del espigón, también conocido como T2, debido a los cuestionamientos que hubo desde el inicio a la idea de construir más espacios de atraque, levantar grúas de mayor altura y facilitar el tránsito de camiones hacia las vías de acceso troncales, para remitirse a las objeciones más importantes. El ministro Muñoz reiteró que este tema debe abordarse en Valparaíso bajo el principio de "una actividad logística que se conjugue con varios otros objetivos, como ser respetuosos con el medioambiente, con la ciudad para que siga teniendo una buena actividad turística, que sea efectivo y eficiente con todos los actores de la cadena". Mientras el secretario de Estado ponía distancia y condiciones, el Tribunal Ambiental resolvía ayer que el proyecto de nuevo espigón debía contar con una RCA complementaria, que tome en consideración varios aspectos, entre ellos, el impacto de la iniciativa en los pescadores de la ex Caleta Sudamericana. Un "frenazo" al proceso que empuja EPV y que ensombrece algunos logros de la estatal, como haber convencido al reticente alcalde Jorge Sharp para sumarse al esfuerzo de contar con nueva infraestructura. En diciembre de 2020, EPV publicó un extenso documento que detalla su Plan Maestro para el borde costero de Valparaíso. Allí se proyectan algunas fechas que, dados los últimos acontecimientos y opiniones, suenan a simple quimera: el T2 debería entrar en operaciones el año 2026 y en un punto cercano a 2035 será necesario incorporar nueva infraestructura portuaria en los sectores de Yolanda y San Mateo, debido a la alta demanda de buques. La ciudad ya resignó su liderazgo portuario continental en la costa del Pacífico y ahora enfrenta la pérdida de su preeminencia como puerto principal ya no solo del país, sino que de la Región. Esto es lo más parecido a un punto de inflexión en la extensa vida de la ciudad; una encrucijada que pilla a Valparaíso envuelto en un clima poco auspicioso de profundas diferencias, donde cada idea es desafiada en algún tribunal y cada propuesta encuentra un grupo de interés dispuesto a oponerse por todos los medios posibles. En ella, las tribulaciones que enfrentan los proyectos portuarios son solo el ejemplo más vistoso del problema profundo que enfrenta la ciudad para encontrar su vocación definitiva.