El equilibrio natural
"La especie más racional del planeta es la única que está dañando el medioambiente. Todas las demás especies han sabido encontrar su equilibrio con la naturaleza y vivir en armonía con ella, algo que los humanos aún no hemos logrado". José Luis Campos, Académico Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Adolfo Ibáñez
Durante gran parte de su existencia, el ser humano se ha sentido vulnerable ante el poder de la naturaleza y la ha mirado con temor. Sin embargo, esa sensación de vulnerabilidad cambió hace unos 150 años, a raíz de la Revolución Industrial, cuando el ser humano fue capaz de desarrollar tecnologías que le permitieron comenzar a controlar la naturaleza. A partir de ese momento, se ha sentido superior a ella, considerándola un recurso que le pertenece y puede usar a su antojo, y al cual le aplica teorías económicas en pos del progreso y, así, generar bienes de consumo al menor coste posible con el fin de, en muchas ocasiones, simplemente satisfacer un afán consumista.
Hoy en día somos conscientes que esta actitud nos acabará llevando a un punto sin retorno en nuestra relación con el medioambiente, pero tenemos tan interiorizado nuestro estilo de vida que nos resulta muy difícil cambiarlo. En pleno siglo XXI aún no hemos sido capaces de entender que somos parte de la naturaleza y que debemos mantener un equilibrio con ella, sin alterar su funcionamiento. Durante décadas hemos estado modificando las condiciones de nuestro entorno y ahora comenzamos a sufrir consecuencias. Esto nos está llevando, de nuevo, a mirar con temor a la naturaleza, aun cuando la causa de los problemas ambientales somos nosotros mismos.
El actual modelo productivo, heredado de la Revolución Industrial, sigue siendo ineficaz e insostenible, a pesar de haberlo mejorado mediante la implementación de tecnologías limpias y del concepto de economía circular. Las mejoras realizadas no son suficientes, ya que seguimos dependiendo mayoritariamente de recursos y fuentes de energía no renovables. Por ello, es necesario rediseñar completamente los sistemas de producción, para lo que se necesita creatividad. Y si algo diferencia al ser humano del resto de los seres vivos del planeta es su creatividad. Ésta debería enfocarse en el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar nuestra calidad de vida y no para destruirla tal y como muestra el constante aumento del gasto militar a nivel mundial que, el año pasado, fue tres veces mayor a las inversiones conjuntas realizadas en energía renovable, electrificación del transporte y captura de CO2.
Esto indica que, quizás, cada país ya está pensando más en defender sus recursos no renovables para seguir con el actual modelo productivo que en desarrollar nuevas alternativas de producción basadas en recursos renovables. Esta es una estrategia equivocada que, cuando los recursos comiencen a escasear, únicamente va a acabar generando más conflictos entre los distintos países.
La especie más racional del planeta, según nos autodenominados, es la única que está dañando el medioambiente. Todas las demás especies han sabido encontrar su equilibrio con la naturaleza y vivir en armonía con ella, algo que los humanos aún no hemos logrado.