Un Plan Regulador ni tan novedoso
La alcaldesa de Viña del Mar presentó el nuevo proceso de PRC planteando que se iniciaba por primera vez en 20 años, lo que no es efectivo.
Quizás por un entusiasmo mal entendido o una confusión sobre los reales alcances del marketing político, varios alcaldes del Gran Valparaíso han planteado su gestión como un punto de inflexión en la trayectoria de sus comunas, un reinicio revolucionario, capaz de cambiar la vida de los vecinos por el simple hecho de asumir el sillón edilicio que poco antes ocupaba el rival político. Además, en un momento de iluminación creativa, a algún asesor se le ocurrió que ese espíritu nuevo debía encarnar en el nombre mismo de la administración. De allí surgieron la "alcaldía ciudadana" de Jorge Sharp, en Valparaíso; el "municipio transformador", de Javiera Toledo, en Villa Alemana; el "municipio abierto", que encabeza la alcaldesa Melipillán, en Quilpué, y el "municipio de cuidados" que lidera Macarena Ripamonti, en Viña del Mar.
Más allá de las buenas intenciones que expresan, cada uno de esos eslóganes subestima la historia de su comuna y ningunea los proyectos e ideas que elaboraron los mismos funcionarios municipales que hoy deben trabajar bajo el cartel de la nueva administración. Un error similar cometen los alcaldes cuando quieren vestir de novedad procesos que son espejo de otros iniciados por sus antecesores, como si la experiencia acumulada y el ejercicio técnico de poner en marcha un plan de largo plazo tuvieran un valor cercano a cero. Esto último ocurre por estos días con el proceso de actualización del Plan Regulador de Viña del Mar, que la alcaldesa Ripamonti ya calificó en sus redes sociales de inédito en los últimos 20 años. El concejal René Lues recordó a la jefa comunal viñamarina que en el año 2018, bajo la administración de Virginia Reginato, el municipio inició un estudio de nuevo PRC, en el que incluyó un ciclo de participación ciudadana -hecho por barrios-, una evaluación ambiental estratégica y la construcción de una imagen objetivo. ¿Qué pasó con ese material elaborado por personal municipal y una consultora contratada específicamente para sistematizar los resultados de la participación ciudadana? ¿Por qué la alcaldesa Ripamonti decidió partir de cero, sin tomar en cuenta los antecedentes ya elaborados, que bien podrían haber representado una reducción de los costos en el nuevo proceso de PRC?
El plan regulador es el conjunto de reglas que definen la habitabilidad de una comuna. Sus enfoques urbanísticos, énfasis ambientales y estrategias de desarrollo le permiten mantener el crecimiento poblacional con orden y sustentabilidad. Como el proceso recién comienza y el propio municipio estima que demorará al menos dos años antes de entrar a la tierra derecha de su aprobación -un timing adecuado para la elaboración del próximo eslogan municipal-, hay poca claridad sobre el destino que tendrá el plan regulador viñamarino, pero vale la pena plantear una debilidad que ya advirtió el concejal Alejandro Aguilera en el último Concejo Municipal, cuando pidió que al PRC se le sume, en forma paralela, el estudio de un nuevo Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco). "Una cuestión importante es la regulación urbana, pero si no tenemos un derrotero claro de para dónde queremos llevar esta comuna en los próximos cinco, diez, años, es probable que tengamos contradicciones serias en el documento" sobre nuevas reglas urbanas, advirtió Aguilera. ¿Lo habrá escuchado la alcaldesa?