Uno de los sectores más afectados por la pandemia y por la ocurrencia de afecciones a las vías respiratorias es la educación. En primer lugar tenemos la suspensión de las clases presenciales, con el grave efecto para la docencia misma y para la relación social de los estudiantes. Pero en el mismo plano de importancia el otro problema son las condiciones favorables, pese a medidas preventivas, que se dan en la sala de clases y recreos para la propagación de las afecciones.

Desde este punto de vista, adelantar las vacaciones en todos los sectores de educación, público y privado, hasta cuarto medio, resulta una medida lógica. Habrá menos convivencia, con lo cual, al menos en teoría, la propagación será menor. También se evita con estas vacaciones los viajes de los estudiantes en transporte público, otro factor de contagio.

Sin embargo, no debemos dejar de lado el tema del impacto que suspensiones diversas tienen en la formación general de los estudiantes y en la vida familiar, muchas veces vinculada en su desarrollo a la permanencia y alimentación de los niños en los colegios. No se puede pasar por alto que vacaciones adelantadas o extendidas afectan especialmente a los alumnos de cuarto medio que preparan la prueba de ingreso a la universidad.

Para el presidente regional del Colegio Médico, Ignacio de la Torre, la medida de anticipo de las vacaciones "surgió como una posibilidad desde las mesas técnicas con el objeto de intentar frenar el alza de contagios de virus respiratorios y evitar se sumen los peaks del virus sincicial con un eventual peak del coronavirus y otras patologías respiratorias. Por esto se planteó a la autoridad sanitaria adelantar las vacaciones con el ánimo de intentar mitigar el aumento de contagios".

Y el aumento está presente. La última cifra conocida muestra en todo el país 9.448 casos, con 16 fallecidos, todos en la Región Metropolitana. En Valparaíso, los casos nuevos son 1.702, sin, afortunadamente, fallecidos. El análisis de estas cifras justifica la afirmación del doctor De la Torre. Sostiene que el anticipo no es suficiente y pide medidas preventivas serias. "Es necesario que la autoridad sanitaria comande una comunicación de riesgo adecuada que transmita a la ciudadanía en qué momento están los virus respiratorios y el covid-19". Insiste en la reiteración de los mecanismos de prevención de contagios, como mascarilla, ventilación, distancia física y vacunación.

Hay que informar sobre el riesgo y sobre la prevención, revelando también la situación hospitalaria que si bien no está en crisis, puede llegar a la insuficiencia.

El problema, sanitario sin duda, tiene una arista comunicacional que no se debe descuidar para evitar que la pandemia se convierta en una aceptable rutina que lleva a la situación de descuido y hasta indiferencia que se ha ido instalando en la comunidad.

Es indudable que el desarrollo científico-tecnológico de un país es clave para enfrentar y dar solución a constantes desafíos. Esto se pone en evidencia en múltiples escenarios que impactan fuertemente a la sociedad, tanto en materia de salud humana, alimentos, agricultura y medioambiente. Tan importante es este desarrollo para un país como el nuestro, que hace unos años se generó el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para posicionar el ecosistema del conocimiento como un eje central en la toma de decisiones y la construcción de un Chile sostenible, integral y en pos de la calidad de vida de las personas y el desarrollo de los territorios.

Bajo este escenario, la biotecnología (en su más amplia definición) es una disciplina que fortalece la relación entre la generación de conocimiento y el desarrollo de tecnologías, vincula de forma directa la academia con el sector productivo, un círculo virtuoso que incide directamente en las políticas públicas, incluso a nivel global. La adopción de la biotecnología como un eje central de gobernanza en diferentes países (Europa y Asia, principalmente) propone una nueva mirada de la economía, dejando de lado la producción basada en la explotación humana y de la naturaleza, y donde Chile no está ajeno a esta realidad.

Actualmente, la biotecnología impulsa el concepto de bioeconomía como el desarrollo de productos y servicios basados en recursos biológicos renovables, de manera eficiente y sostenible. Desde nuestro país se ha dinamizado una vasta cantidad de desarrollos basados en I+D con impacto mundial, produciendo proteínas funcionales, telas en base hongos, injertos humanos basados en fotosíntesis de algas, anticuerpos de alpacas contra el covid-19, polímeros y pesticidas biológicos para proteger la fruta, biorremediación de suelos, solo por citar algunos ejemplos.

Este 16 de junio se celebra el Día Internacional de la Biotecnología, una jornada icónica, ya que ese día, pero de 1980, se patentó en Estados Unidos por primera vez un organismo genéticamente modificado para su uso en la descontaminación de ambientes por petróleo. De forma implícita, este conocimiento generado se pone en favor de resolver problemas ambientales y, al mismo tiempo, reconoce al intelecto humano como creador de soluciones (propiedad intelectual).

Nuestro país cuenta con un potente talento humano y una amplia diversidad biológica. Y si bien debemos potenciar aún más la red de contactos entre el mundo público y privado, estos tres ejes se articulan en innovaciones y/o emprendimientos que impactan directamente con soluciones a los problemas de la sociedad, nuestra sociedad.