En cartelera
La cinta "Todo en todas partes al mismo tiempo" ya está en los cines chilenos.
La cinta "Todo en todas partes al mismo tiempo" ya está en los cines chilenos.
Licenciada en Letras y Máster en Estudios Teatrales, Emilia Macchi acaba de publicar "Una guinda en la guata" (Provincianos Editores). Son seis cuentos protagonizados por mujeres, muchas de ellas laboran en oficinas citadinas donde viven epifanías y encuentros.
1-¿Cómo empezó a tomar forma este conjunto de cuentos?
- Más que contar historias de mujeres, al principio quería abordar cómo diferentes elementos naturales intervienen en nuestra vida rutinaria y urbana. Pero tomé otro rumbo cuando se fueron sumando relatos y las mujeres cobraron protagonismo. Me parece increíble eso, cómo la escritura toma poder sobre ti y te psicoanaliza, mostrándote cosas de ti misma que no tenías idea. Así que dejé de resistirme a la idea original y me autoseduje envolviendo a las protagonistas de una vocación, una rutina, y una forma de lidiar con sus tareas del día a día.
2-El tema central es el trabajo. ¿Qué reflexiones te brindó?
- Escribo los pequeños detalles que hacen más tolerable la rutina, también anoto ideas sobre el tedio de estar en piloto automático y la necesidad de desconcentración. La forma de lidiar con el aburrimiento muestra mucho la personalidad de cada uno. A veces revelaciones de tu vida suceden en la mente mientras estás haciendo algo tan banal como corcheteando unas hojas impresas. En cierto sentido, el encierro de la pandemia me impulsó a escribir ese tedio y "Bartleby el escribiente" de Herman Melville, que es una maravillosa crítica a la burocracia.
3-¿Cuáles han sido tus lecturas en estos días?
- Estoy terminando "Tierra de aves acuáticas" de Simón Ergas, que es una fijación satírica sobre la devastación del planeta. Hace poco terminé "Crear en peligro: el artista migrante" de Edwidge Danticat y su mirada sobre Haití. Es un texto alucinante. Estoy leyendo además "Oralidad y escritura: tecnologías de la palabra" de Walter J. Ong. Me sirve para un podcast llamado "Humanidad Parlanchina". En cada capítulo abordamos un medio de comunicación, que puede ser desde la última red social hasta el primer libro impreso en el siglo XV.
Emilia macchi participa en el podcast "humanidad parlanchina".
3 preguntas
Cuentos y lecturas de la escritora Emilia Macchi
Joaquin jiménez
El término multiverso fue acuñado en 1895 por el psicólogo William James para referirse a la existencia de universos paralelos. También ha llenado algunos papers científicos pero, principalmente, ha sido material fructífero para la ciencia ficción, los desarrolladores de videojuegos y los magnates de redes sociales.
¿Y el cine? Bueno, sí. Hay un puñado de películas sobre realidades paralelas ("Volver al futuro" es una de ellas) pero probablemente ninguna como "Todo en todas partes al mismo tiempo", actualmente en la cartelera chilena.
Algunos datos antes de seguir: se trata de un largometraje independiente realizado por la interesante productora A24 (en su catálogo encontramos a provocadores contemporáneos como Harmony Korine y Yorgos Lanthimos), que fue un fenómeno de audiencias cuando se estrenó en el festival South by Southwest. Cuenta con la codirección de Dan Kwan y Daniel Scheinert ("Swiss Army Man"), conocidos popularmente como "Los Daniels". Hay un dato más: en la producción están los hermanos Russo, quienes han dirigido algunas películas del universo Marvel. Ese detalle funciona como un nexo entre la experimentación "indie" y el cine de masas. Porque, a pesar de su naturaleza, "Todo en todas partes al mismo tiempo" está pensada para el entretenimiento masivo.
¿Qué la diferencia de otras ofertas de temática similar? El uso y abuso sin frenos de las infinitas posibilidades del multiverso en una dinámica que no da respiro. El que pestañea pierde en esta historia que va de un universo a otro sin tapujos, jugando de paso con los géneros cinematográficos, desde las artes marciales a la ciencia ficción, pasando por la comedia de enredos y el musical.
Para que todo se sostenga hay que construir, por supuesto, un universo base en el que podamos anclarnos. Es una de las infinitas vidas de Evelyn Wang (Michelle Yeoh), una inmigrante china en Estados Unidos que tiene un marido que ya no la quiere, un padre inválido, una hija adolescente que se siente discriminada por ser lesbiana y una lavandería que pasa por problemas legales. Declaraciones de impuestos irregulares tienen a toda la familia sentada en una oficina de rentas, frente a una agente (una graciosa Jamie Lee Curtis) que está decidida a cerrar el negocio.
"Los Daniels" deben haber elegido conscientemente el lugar más aburrido para una película de ciencia ficción -una oficina en medio de trámites burocráticos- para revertir el panorama con una idea y vuelta frenética a través de otros universos donde los personajes presentan llamativas mutaciones: en uno, el esposo es un amenazante guerrero; en otro, Evelyn es una celebridad mundial; en otro, la máxima evolución genética es que los dedos humanos parezcan salchichas. Tonterías como ésta abundan en un filme que es puro divertimento y que, en la línea de los guiones de Charlie Kaufman ("Eterno resplandor de una mente sin recuerdos"), no teme en alcanzar el delirio.
"Todo en todas partes al mismo tiempo" abre nuevas posibilidades narrativas para el cine (imaginemos un género de multiversos que se base en saltos entre planos de realidad) pero no deja de ser un artefacto eficaz. Es, digamos, más ingeniosa que inteligente. Más efectista que ponderada. Más pasatista (pasadista) que memorable.
"Todo en todas partes y al mismo tiempo" explora las posibilidades de los universos paralelos.
Por Andrés Nazarala R.
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