Nicolás Donoso
A cuatro meses y medio del comienzo de la invasión rusa a Ucrania y con la misión de generar consciencia sobre lo que sucede en la golpeada nación europea, Anna María Correa Polyschuk, ucraniana, hija de padre chileno, avecindada en el país hace 21 años y dueña del restaurante de comida china "Los chinos de Concón", ubicado en Concón, impartirá a partir del próximo 15 de julio un inédito taller presencial de idioma ucraniano en la Biblioteca Pública N°235 José Alejandro Naranjo Toro de la comuna.
Destacó que el objetivo del taller es "seguir creando conciencia sobre la guerra en Ucrania y poder aprender un idioma nuevo que siempre es importante, porque te abre un mundo de posibilidades y porque al estudiar otro idioma tienes mayores habilidades que otras personas".
- ¿Cuándo llegó a Chile?
- Yo vine a Chile por primera vez en el 2000 y más que nada fue para visitar a mi papá, que es chileno, al que no veía desde 1992, cuando volvió desde Ucrania a Chile en el retorno a la democracia. Y desde ese momento que me encantó Chile y quise instalarme a vivir acá, así que luego de esa visita regresé a Ucrania, terminé noveno grado (octavo básico) y volví a Chile con el fin de terminar un año de colegio acá y luego retornar a Ucrania, pero finalmente no hice eso y me terminé quedando a vivir en Chile.
Una herida abierta
- ¿De qué forma mira la invasión rusa de Ucrania?
- Nadie en este momento se puede imaginar la envergadura del conflicto ni puede dimensionar que algo así pueda estar ocurriendo en pleno siglo XXI, menos con todos los avances y considerando que nos creemos liberales, transigentes, empáticos e inclusivos; y que en este momento existan violaciones, saqueos, bombardeos y deportaciones forzosas es algo que yo todavía no puedo explicar, porque no encuentro las palabras. Es una herida abierta.
- ¿Qué le han contado las personas cercanas a usted que viven en Ucrania?
- Toda mi familia vive en Kiev y las tropas rusas se retiraron a fines de marzo, dejando una verdadera masacre en el territorio. También tengo amigas que viven en Chile y que tienen familia en Donetsk y en Lugansk, y lo que cuentan es que están sin luz, sin gas, sin documentos y que tratan simplemente de sobrevivir, casi como si hubiésemos retrocedido en el tiempo.
- ¿Cómo visualiza la problemática por el abastecimiento de trigo en el mundo, siendo Ucrania uno de los grandes exportadores?
- Ucrania es uno de los mayores exportadores de trigo en el mundo y, obviamente, afecta a la gran mayoría de los países esta situación. Es cosa de darse cuenta que apenas comenzó la invasión subieron de inmediato acá en Chile los precios del aceite y el trigo. Y en ese sentido, yo creo que se viene un panorama complejo, porque, obviamente, el trigo va a ser mucho más caro.
Diferencias marcadas
- ¿Cuáles son las principales diferencias culturales que existen entre Chile y Ucrania?
- Hay muchas diferencias. En Ucrania, con lo bajas que son las temperaturas, se trabaja mucho para sobrevivir, mientras que en Chile somos más flojos y la gente, por ejemplo, suele llegar tarde a las reuniones o a los trabajos. Lo que sí destaco de Chile es que su gente es mucho más carismática y preocupada por el resto que en Ucrania, y también que son altruistas en masa y que poseen un sentido de agrupación y de pertenencia.
El propósito del taller
- A propósito del taller presencial de idioma ucraniano que impartirá, ¿desde dónde surge esta idea?
- Desde que comenzó la guerra siempre quise generar conciencia en las personas en relación a lo que está ocurriendo en Ucrania, ya que nos toca a todos, de manera directa o indirecta. Y se me ocurrió realizar este taller para el desarrollo cultural y también del cerebro, ya que un idioma te abre otras posibilidades. Además, el ucraniano es muy interesante, porque si tú entiendes el idioma, tú puedes llegar a comprender también polaco, checo y bielorruso.
- ¿Se podría expandir esta iniciativa a nivel regional?
-Ojalá, yo estaría realmente feliz con eso. De hecho, me sorprendió gratamente porque a la primera hora que había subido la publicación ya se habían inscrito muchas personas. Y de hecho, me ha escrito gente de otras comunas de la región para preguntarme si es que pueden asistir. Entonces, si nos llega a ir bien, obvio que me gustaría que se siga haciendo y ampliar esta iniciativa que es absolutamente gratuita.
"Que existan violaciones, saqueos y bombardeos es algo que yo no puedo explicar, porque no encuentro las palabras". "Desde que comenzó la guerra siempre quise generar conciencia en las personas en relación a lo que está ocurriendo".