Responsabilidad ante violencia estudiantil
Los casos registrados en Valparaíso son expresión de un ambiente general de odiosidad que debe ser abordado con políticas integrales. La violencia en el ámbito escolar tiene raíces más profundas ante las cuales no caben solo reacciones puntuales o, peor, la indiferencia o la aceptación comprensiva.
La violencia se ha instalado en el ámbito educacional. Ya no se trata de ajustes de cuenta entre bandas rivales de delincuentes. Se trata ahora de adolescentes que de diversa forma esgrimen la fuerza como forma de solución a sus diferencias. El bulling es también una forma de violencia, solapada o abierta, pero que causa daño y provoca reacciones generando una cadena de intolerancia que puede alcanzar las vías de hecho.
En Valparaíso, en el tradicional Liceo Eduardo de la Barra, aparecen amenazas y expresiones de odio. Además de rayados ofensivos para diversos sectores, en las redes sociales algunos estudiantes exhiben armas a modo de amenaza y al interior del colegio se producen riñas de cierta consideración. Lorena Cortés, rectora del Liceo afirma que en las redes se advierte la presencia de amenazas entre diversos grupos.
Por otra parte, en el sector Barón, en las inmediaciones de un Liceo Industrial, un estudiante resulta herido de gravedad al ser apuñalado. Hay denuncias a la Justicia tras la identificación de los responsables, necesaria reacción de la autoridad en estos y otros casos, pero ello no puede quedar solo en la etapa judicial.
La violencia en el ámbito escolar, incluyendo manifestaciones basadas en demandas, algunas justificadas, tiene raíces más profundas ante las cuales no caben reacciones puntuales o, peor, la indiferencia o la aceptación comprensiva.
Las carencias en el sistema educacional público son una realidad y también está el largo periodo de aislamiento debido a la pandemia, lo que dañó el aspecto académico, pero también afectó a la interacción entre los jóvenes, materia que es parte de la formación y que se cumple especialmente en el colegio. El confinamiento ha sido reemplazado por una presencia constante en redes sociales, comunicación que no siempre es virtuosa y facilita expresiones de odiosidad.
Los problemas que afectan a la juventud, y a la adolescencia en particular, tienen derivaciones graves, como un aumento en la tasa de suicidios. De 1.900 casos que hubo el año pasado, el 30% correspondió a jóvenes de entre 14 y 22 años. El suicidio, forma extrema de violencia, es una huida de circunstancias que llevan a la autoeliminación.
En una reunión con especialistas, el ministro de Educación Marco Antonio Ávila abordó el tema de la violencia escolar en sus diversas expresiones y advirtió de la falta de información sobre la salud emocional de la juventud. Hay mucho dato sobre los casos, pero no existe un análisis integral sobre la materia de tal modo de abordar el problema con políticas en todos los ámbitos de responsabilidad, desde la familia, muchas veces ausente, hasta la educación en todos sus niveles donde el rol y vocación del profesor está en primera línea más allá de los programas oficiales.