La pregunta que falta sobre nuevos puentes
El Serviu impulsa un proyecto para diseñar y luego construir dos nuevos viaductos sobre el estero Marga Marga, en Viña del Mar.
Un estudio de diseño para construir dos nuevos puentes sobre el estero Marga Marga, en Viña del Mar, impulsa el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu), que proyecta levantar una de las estructuras viales en pleno centro comercial de la Ciudad Jardín, conectando la calle Traslaviña con 5 Poniente, y una segunda para unir calle Ocoa con la avenida Sporting. La necesidad de aumentar la interrelación entre el sector norte y el sur de la comuna más poblada en la región ya había sido detectada en el año 2014 por un estudio de la Secretaría de Planificación de Transporte (Sectra) del Ministerio de Transportes, que estableció entre sus principales conclusiones la necesidad de aumentar el número de puentes sobre el estero.
La creciente urbanización de la Población Vergara sobre la línea de 5 Oriente y la proliferación de edificios en la zona llamada Viña Oriente, aumentó el número de vehículos en circulación y con ello la demanda por más espacio, más calles para transitar y mejor semaforización.
Sin embargo, la iniciativa recibió algunas críticas que acusan la idea de centralista, ya que al parecer no fue socializada con algunas autoridades locales o regionales antes de que Serviu iniciara la licitación del estudio de diseño, un proceso que cerró ayer.
Para el consejero regional, Manuel Millones, la idea del Serviu -financiada por el Ministerio de Transportes- se topa con un estudio sobre el estado de los puentes de Viña que ejecuta el municipio, con platas proporcionadas por el Gobierno Regional. Para el core, la situación refleja cómo los criterios expresan prioridades diferentes cuando observan los problemas desde Santiago y desde la calle misma que sufre la congestión, pero también la preocupación por el estado estructural de los otros puentes que cruzan el Marga Marga. Falta de criterio común, desconexión con el sentir de las autoridades regionales, poca coordinación con los entes que impulsan iniciativas similares en la misma comuna, son problemas que hemos visto antes y que, lamentablemente, se repiten en esta iniciativa que, de fondo, es positiva para aliviar los problemas al tránsito de Viña del Mar.
Hay en este caso específico un problema de fondo mayor y es qué significa el estero Marga Marga para Viña del Mar. Es una de sus señas de identidad a nivel internacional, un ecosistema en permanente peligro, la principal vía de traslado para miles de personas que cruzan por sus viaductos, un divisor urbano que parte la comuna en dos, un atractivo turístico mal aprovechado y una oportunidad comercial para un concesionario de estacionamientos. Hay muchas otras opciones, por supuesto, pero lo que está ya meridianamente claro para todos es que desde Santiago solo se aprecia su utilidad logística para solucionar el problema contingente del caos vial. Qué lejos está esa opción de una mirada más integral sobre el espacio vital en torno al cual nació la propia comuna de Viña del Mar, que arrastra las arenas que luego forman las playas y está como postal en casas de todo el mundo. Falta aquí -sin olvidar que el municipio tiene un proyecto de recuperación de los ecosistemas presentes en el estero- un trabajo mancomunado capaz de unir estas miradas en una visión más completa capaz de proyectar usos y desarrollos en el Marga Marga en un horizonte de largo plazo.