La Región que nos espera mañana lunes
Tras el histórico plebiscito de hoy, nuestras ciudades y autoridades deben retomar cuanto antes sus postergados proyectos. Claramente, de ganar una u otra opción, los derroteros serán muy distintos, en función de un país que busca calma y estabilidad después de años tan agitados.
Después de un largo y convulsionado proceso, no exento de complicaciones, hoy llega a su primera meta volante el proceso de participación ciudadana iniciado el 15 de noviembre de 2019 con el acuerdo político que permitió la elección, instalación y posterior trabajo de una inédita Convención Constituyente, la cual durante casi un año elaboró la propuesta de nueva Constitución que los chilenos deberán validar o rechazar hoy en las urnas.
¿Pero cuál es el Chile que nos depara el futuro para mañana lunes por la mañana? Vaya uno a saberlo. Claramente, de ganar una u otra opción, los derroteros serán muy distintos, en función de un país que busca cierta calma y estabilidad después de años tan agitados.
Las nunca bien ponderadas encuestas hablaban hasta mediados de esta semana de un triunfo inobjetable del Rechazo, optimismo que tendió a desaparecer tras la maciza movilización por el Apruebo, principalmente en las calles de la Región Metropolitana, zona que -junto a la Región de Valparaíso- son territorios en los cuales según los expertos una mayoría levantará el pulgar a la propuesta de nueva Carta Magna.
El partido, entonces, pareciera jugarse en las regiones más extremas, donde factores objetivos como la crisis de inmigrantes o la violencia en la Macrozona Sur, empujarían la negación a un sistema político, judicial, cultural y social que pretendería -según muchos- ampliar tales diferencias.
En ese sentido, nuestra Región mostró las insalvables distancias existentes entre muchos de quienes dirigen nuestros destinos, partiendo por la arrojada decisión del alcalde de Valparaíso de desalinearse de la posición oficialista, incluso a riesgo de aislarse a extremos nunca vistos y quedar fuera de la unión mostrada por el resto de los alcaldes en la jornada de cierre de la campaña por el Apruebo después de su abortado (palabra nunca mejor utilizada) evento propio del sábado antepasado. ¿A cuál Sharp veremos desde el lunes? ¿Al abogado maduro que intentaba enrielar a la ciudad en su segundo período? ¿O tal vez el activista extremo más preocupado de cómo votará la gente de Curanilahue que del descrédito nacional en el cual ha caído el Puerto?
Seguramente muchas cosas cambiarán desde mañana. Viña del Mar tampoco resiste más en ese interregno de desorden político y falta de gestión, tamizado por la licencia médica de uno de los principales colaboradores de la alcaldesa Macarena Ripamonti. Villa Alemana y San Antonio debiesen comenzar a mostrar algo por lo cual fueron electas sus alcaldesas, antes de seguir bailando al son de esa inefable facción que por estos días se llama Apruebo Transformar; Quilpué y Concón, en tanto, profundizar el trabajo hecho pero invisibilizado por la Constituyente; Aconcagua asumir, para bien o para mal, su nueva posición geopolítica; Quillota y Petorca, esperar que el gobernador regional alguna vez cumpla sus promesas.