El edulcorado retrato de "Pistol": el punk está muerto
La miniserie de Danny Boyle ("Trainspotting") sobre los Sex Pistols es una edulcorada versión de la gloria y caída de una de las bandas más emblemáticas del punk.
La plataforma Star+ acaba de estrenar "Pistol", miniserie centrada en la historia de los Sex Pistols -banda emblemática del punk británico- que automáticamente recibió críticas negativas. El primer ataque vino de parte de John Lydon, vocalista del grupo, quien sentenció: "Disney ha robado el pasado y creó un cuento de hadas que se parece poco a la verdad". Luego se manifestaron los ortodoxos del movimiento, pasando por alto el hecho de que el origen de los Sex Pistols respondió más a criterios de mercadotecnia que a inspiración pura.
Quienes no estén familiarizados con la historia del grupo deben saber que el mentor fue Malcolm McLaren, un estudiante de arte de familia acomodada que en el París del Mayo del 69 se impregnó de las teorías del Situacionismo de Guy Debord. Luego viajó a Nueva York, donde fue manager de The New York Dolls, banda travestida que instaló las primeras semillas del punk. Volvió a Inglaterra con un puñado de ideas rescatadas de Estados Unidos y ganas de epatar a la burguesía con base de operaciones en la tienda de ropas Sex que compartía con la diseñadora Vivienne Westwood.
Cuando conoció a un par de maleantes amantes del rock tuvo la gran iluminación: formaría una banda anarquista para atacar directamente a la monarquía británica y las buenas costumbres. Lo hicieron a través de la discográfica multinacional EMI y duraron tres años, de 1975 a 1978. Entonces vino la operación de desarme. McLaren decidió terminar con la banda mediante un método poco digno: les agendó shows en bares conservadores y nacionalistas de Estados Unidos, donde fueron brutalmente atacados. Luego contó todo en "La gran estafa del rock and roll" (1980), de Julien Temple, película que funciona como un decálogo didáctico sobre cómo tomar a un par de músicos sin talento y conquistar Gran Bretaña. Para el manager la banda fue un laboratorio. Dicen que cuando murió el bajista Sid Vicious (el gran mártir del punk), pensó en comercializar figuritas de él para llenarse aún más los bolsillos.
No es discordante que un producto calculado como los Sex Pistols sea ahora el centro de una miniserie de streaming. La diferencia está en que mientras McLaren buscaba polemizar, Danny Boyle ("Trainspotting", "Yesterday") se empeñó en edulcorar una historia de manipulación y excesos con altas cuotas de romanticismo televisivo. La mirada es, además, la del integrante menos interesante de la banda: el guitarrista Steve Jones (la producción se basa en su libro autobiográfico "Lonely Boy").
El primer capítulo nos sitúa en un Londres degradado donde Jones se dedica a robar para sobrevivir. La miniserie continúa con la formación de la banda, las penurias iniciales, el salto a la fama, las adicciones de Sid (junto a su musa maldita Nancy) y la caída final. Todo esto con la higienización de un catálogo de modas.
Lo interesante de "Pistol" es, sin embargo, su anclaje documental a una época importante de Inglaterra y la red de artistas que cruzan para indicarnos que ese fue un momento crucial para la creatividad. Aparecen, como personajes, Chrissie Hynde de The Pretenders, el crítico musical Nick Kent (una de las plumas más brillantes de esos tiempos), la camaleónica Siouxie Sioux y Billy Idol, entre otros. En definitiva, "Pistol" es un pasatiempo que puede funcionar también como material didáctico para salir en busca otras fuentes sobre el punk y su relevancia cultural.
El mentor de los "sex pistols" fue Malcom Mclaren, un ambicioso estudiante de arte.
En resumen
"Pistol" es la sexta serie que dirige Boyle.
Por Andrés Nazarala R.
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