LA PELOTA NO SE MANCHA Viva Chile
POR WINSTON POR WINSTON
Los que pensaban que mi ausencia se debía a un viaje urgente al palacio de Buckingham y que estuve 12 horas haciendo la fila junto David Beckham en el funeral de lsabel II, se equivocan. Nada contra reina, pero para mí, las únicas monarquías que cuentan están adentro de una cancha de fútbol, encabezada por el rey Pelé, el príncipe Francescoli, Charles Aránguiz, etc. Sucede que el director de este Diario, impulsado por los bríos que ha tomado su equipo en la tabla de posiciones de la primera B, Cobreloa, decidió, de forma unilateral, suspenderme por dos fechas, generando la indignación de los hinchas que amenazaron con recurrir a la FIFA.
Pero antes de que contrataran al chanta de Carlezzo y se recurriera al TAS, el director me informó del regreso de la columna. Mi alegría duró hasta que caí en cuenta de que esto implicaba escribir el 18 de septiembre. Vaya retorno. Mientras el resto del mundo estaba dedicado a prender parrillas, armar anticuchos, abrir panes batidos y helar cervezas, yo aprieto las teclas sediento de terremotos y hambriento de choripanes.
En fin, no tiene sentido llorar sobre la chicha derramada y ya es hora de ir a lo nuestro. Estas dos semanas han servido para reflexionar y este 18 de septiembre para inspirarme respecto de uno de los puntos que saltó a la vista en el plebiscito del 4 de septiembre y es el profundo patriotismo y amor a la bandera que tenemos los chilenos.
Tal vez sea en el fútbol, más específicamente, en la Selección Nacional, "la Roja de todos", donde esto aparece mejor manifestado. Hoy día cantar el himno antes de cada cita deportiva se ha transformado en un verdadero rito en el que todos nos unimos de forma transversal para honrar a la Roja. Pese a que a algunos les parezca chauvinista, primitivo, ese himno a capela cuando la música ha cesado, las banderas pintadas en los rostros de sus hinchas y las camisetas teñidas de rojo y azul nos conectan y emocionan. ¿No está de acuerdo? Busque en YouTube: España versus Chile 2014 en el Estadio Maracaná, la forma como se cantó ese himno fue una joya difícil de olvidar, un mundo de distancia con lo que sucedió el 4 de julio de 2021 en la inauguración de la Convención.
El patriotismo en el fútbol no es patrimonio de los chilenos. Al otro lado de la cordillera se generó una enorme polémica por el lanzamiento de la camiseta violeta como alternativa a la oficial albiceleste como parte de una campaña por la igualdad de género. Un famoso comentarista advirtió que si Argentina la ocupaba prefería alentar a Uruguay. Los memes y las burlas siguen festinando con la decisión. ¿Se imaginaba usted a nuestra selección teniendo como alternativa una camiseta plurinacional?
Finalmente, y antes de que se me derrita el helado del terremoto, a propósito de himnos y del 18, una mención especial a Eduardo Bonvallet, que falleció un 18 de septiembre de 2015. Un hombre que logró sintonizar y despertar ese orgullo nacional que debe inspirar a cualquier deportista a la hora de ponerse la Roja de todos. Es imposible determinar su importancia, pero lo ofrezco como tema de tesis para un futuro sociólogo o periodista: La generación dorada que creció en esos tiempos fue depositaria de ese discurso que los conminaba a no achicarse ante nadie, a cantar el himno con pasión y dar la vida por esa camiseta. Algo de responsabilidad del éxito de esa generación fue mérito del comentarista. Un gracias al cielo a Bonvallet y un ¡¡Viva Chile!! para el país.