Flexibilidad para recuperar la seguridad
La lucha contra el delito tiene una bajísima calificación ciudadana, materia en la cual las municipalidades tienen un rol. "Las posibilidades de coordinación con las policías son múltiples y es necesario establecer nexos permanentes de análisis para un mejor trabajo en terreno".
En el balance regional de gestión municipal que presenta la última encuesta de la Fundación Piensa, la peor calificación refiere a seguridad. Si bien el estudio, realizado en terreno por la empresa Ipsos, indaga la calificación ciudadana al rol comunal en variados aspectos, dentro de la nómina de temas la seguridad es la que registra un alto índice de desaprobación.
En el promedio regional, el rubro de combate contra la delincuencia solo alcanza un 6% de aprobación y un 83% de evaluación negativa. Focalizadas, estas cifras se confirman en Valparaíso, donde la inseguridad no es solo relativa a los bienes, sino que también a la vida humana, ya que se han registrado una alta cantidad de homicidios, casos que también se presentan en Viña del Mar.
Tenemos reiteradas denuncias en sectores porteños como los cerros Alegre, Concepción y Playa Ancha, en tanto que el barrio poniente viñamarino y especialmente su comercio es uno de los más castigados por los ilícitos. Graves son también los hechos de violencia ocurridos en ferias viñamarinas, que son importantes centros de abastecimiento de la población, muy concurridos debido a su amplia oferta y precios convenientes. A lo anterior se agrega una penosa incivilidad, la profanación del Santuario de Lourdes de Agua Santa, hecho que fuera del daño es una expresión de intolerancia.
Frente a esta realidad que amenaza a las personas, sus bienes y hasta sus creencias ¿qué pueden hacer las municipalidades? Es cierto que, en orden público y seguridad, claramente, la tarea está asignada por las leyes a las policías. Sin embargo, como gobiernos comunales las municipalidades también deben tener un rol activo. Así se ha ido entendiendo en los últimos tiempos con la creación de sistemas de seguridad comunales de limitadas atribuciones y pocos medios.
Con todo, las autoridades locales pueden tener una posición como articuladoras de los diversos entes públicos responsables de la seguridad. En primer lugar, es posible perfeccionar el uso de las redes de cámaras de seguridad, que son un valioso sistema de vigilancia y de entrega de pruebas a los tribunales para casos de comisión de delitos.
Además, las posibilidades de coordinación con las policías son múltiples y es necesario establecer nexos permanentes de análisis para un mejor trabajo en terreno, coordinación en que deben tener un espacio las juntas vecinales. La coordinación puede tener también una dimensión intercomunal, como la aplicada con éxito entre algunas comunas de la Región Metropolitana, en redes de telecomunicaciones e incluso de transporte con participación de Carabineros.
La delincuencia, en todas sus expresiones, es flexible y esa misma flexibilidad deben mostrar las autoridades en la lucha por recuperar la seguridad, patrimonio básico para la calidad de vida de la población.