Preocupación y reparos han manifestado vecinos de la denominada "zona roja" de Valparaíso ante la realización del carnaval Mil Tambores, que se desarrollará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre.

Quienes viven en ese perímetro, que comprende los cerros Bellavista, Yungay, San Juan de Dios, Panteón, La Loma, Miraflores, Alegre y Concepción, reiteran que en anteriores festivales se han suscitado incivilidades y por lo mismo llaman a las autoridades a tomar medidas concretas y efectivas en materia de seguridad, para evitar que se produzcan desórdenes.

Al respecto, Enzo Gagliardo, presidente de la Junta de Vecinos 28 Cerro Concepción, señaló que existe una gran preocupación por parte de los vecinos del sector por el carnaval, por lo que espera que su realización no signifique una problemática mayor para los barrios y sus habitantes.

Gran preocupación

"La realización de estos carnavales culturales ha generado que la juventud llegue a beber, a tomar, a drogarse y a realizar eventos en los paseos. Por lo tanto, ha sido desde ahí en adelante una constante esto y, obviamente, esto se acrecienta con este tipo de eventos que se realizan. Y hay que decir que todos los días ocurren incivilidades en estos sectores", puntualizó Gagliardo.

El dirigente precisó respecto al carnaval Mil Tambores que "la preocupación de los vecinos está latente y esperamos que las autorizaciones y los permisos estén como corresponde y que las entidades a las que les compete la seguridad también se reúnan para lograr y evitar que esto vuelva a ocurrir nuevamente".

Además, Gagliardo añadió que antes de confirmarse estos eventos se debe "empezar a tomar en cuenta la opinión de las juntas de vecinos. Lamentablemente, la opinión no se pide, lo que se hace es que se determina, se resuelve y se autoriza, y esto no me parece. Creo que los tiempos han cambiado y la gente tiene derecho a voz y a opinión, como muchas veces se dice, pero no se hace".

Gestiones de seguridad

Por su parte, Boris Kúleba, secretario del Consejo Vecinal Eje Ecuador, expuso que "me preocupa que, como en versiones anteriores, solo se gestione la seguridad durante las actividades oficiales, sin considerar lo que ocurre en la ciudad durante las noches, y que las medidas nuevamente tengan que ver únicamente con el aseo y la limpieza de las calles, sin tomar en cuenta el resguardo de la integridad de los residentes durante las noches, donde la presencia del Estado desaparece por completo y los vecinos quedan completamente desprotegidos".

A su vez, Rodrigo Díaz Yubero, abogado que ha presentado diversos recursos de protección por problemas de vandalismo, comercio ilegal y seguridad en la plaza Aníbal Pinto, también mostró especial preocupación por la ejecución del carnaval Mil Tambores y emplazó a las autoridades a que se hagan cargo de la situación con el fin de dar certezas, entendiendo que serán tres los días en los que se desarrollará el evento.

"Me genera una gran preocupación la posibilidad de que se produzcan desórdenes y tomateras. Ahora, ya que se realizará, lo que se le debe exigir a las autoridades es que existen directivas de funcionamiento que deben ser cumplidas, estas directivas significan velar porque exista un conjunto determinado de personal de seguridad en torno al evento para cuidar los bienes públicos, tomar las medidas necesarias en materia de seguridad que dicen relación con horarios en los cuales se desarrollan las actividades y velar porque los organizadores puedan acreditar de manera fehaciente que van a cumplir con cada uno de los criterios", manifestó Rodrigo Díaz Yubero.

"La realización de estos carnavales culturales ha generado que la juventud llegue a beber, a tomar y a realizar eventos en los paseos".

Enzo Gagliardo, Presidente Junta de Vecinos 28

"Me preocupa que, como en versiones anteriores, solo se gestione la seguridad durante las actividades oficiales".

Boris Kúleba, Secretario del Consejo Vecinal Eje Ecuador

"Me genera una gran preocupación la posibilidad de que se produzcan desórdenes y tomateras (en el carnaval)".

Rodrigo Díaz Yubero, Abogado

El Juzgado de Garantía de Quillota decretó ayer la medida cautelar de prisión preventiva para Patricio Jerez Díaz, Nicolás Urbina Bravo y Juan Rojas Sterquel, todos imputados por los delitos de robo con violencia e intimidación y receptación, y un delito de porte ilegal de arma de fuego sindicado al imputado Jerez Díaz, ilícitos perpetrados durante la tarde del miércoles en una joyería del edificio Caracol, ubicado en el centro de la comuna.

En la audiencia de formalización, la magistrada Nancy Riffo Zúñiga ordenó el ingreso de todos los imputados al Complejo Penitenciario Valparaíso y fijó el plazo de investigación en 130 días. A solicitud de la Fiscalía, también dictó una orden de detención para un cuarto imputado en esta causa.

Los imputados, que mantienen un nutrido prontuario delictual, fueron detenidos ayer por Carabineros, logrando recuperar cerca de $100 millones en diferentes joyas y dinero. Se les incautó también un revólver y un automóvil de alta gama que mantenía encargo por robo desde la comuna de Quintero, el que fue usado para cometer el asalto.

"Personal motorizado que transitaba por el lugar interceptó a estos individuos, donde se produjo un seguimiento por diferentes calles de la comuna, dándole alcance al interior de la población Aconcagua Sur. Tratan de subirse a otro vehículo, no logrando su cometido debido a la cercanía del personal motorizado, donde huyen a pie por el canal que bordea el parque Aconcagua, donde fueron detenidos y recuperan las especies antes nombradas", detalló el capitán Rodney Marín, subcomisario de los servicios de la Cuarta Comisaría de Quillota.

Para lograr su cometido, los imputados intimidaron a las dos vendedoras agrediéndolas con golpes de pies y movimientos bruscos. Todos tienen un amplio prontuario policial por delitos como robo en lugar habitado, robo con violencia, microtráfico y porte de arma blanca.

Un amplio operativo se desarrolló ayer en la Octava Comisaría Florida de Carabineros de Valparaíso, tras una alerta de aviso de bomba en la unidad, por lo que hubo que efectuar una evacuación. Debido a la situación, al lugar concurrió personal del Gope, que finalmente descartó que en el recinto existiese algún tipo de artefacto explosivo.

El prefecto (s) de Valparaíso, teniente coronel Juan Carlos Gibert, explicó que "se recibió una llamada anónima con la voz de una mujer" alertando la presencia de una bomba. "De manera inmediata se activaron los protocolos de seguridad y de forma preventiva se dispuso la evacuación de personas a un perímetro seguro. Tras pericias del Gope no se encontró dicho elemento y, afortunadamente, no hubo personas lesionadas".