FUSIONES ESTRATéGICAS: LOS AGRONEGOCIOS
ADMINISTRACIÓN. Bayer y Monsanto concretaron la mayor fusión empresarial de la historia.
MÁS COMPETITIVOS
Según Bunge (2020) el actual escenario económico mundial ha favorecido la fusión y adquisición de empresas como una alternativa para sumar fuerzas en mercados cada vez más competitivos.
Una fusión es la unión de una o más empresas que unen sus patrimonios para establecer una nueva compañía; las empresas originales dejan de existir, formándose una nueva que unifica todo el patrimonio. Las fusiones pueden ocurrir dentro de una misma industria, o incluso entre empresas con productos y servicios sin ninguna similitud; esto último, para diversificar el riesgo y ampliar el portafolio de productos.
Una adquisición puede ser por la totalidad o por una parte del capital de una empresa; puede ser una adquisición minoritaria o mayoritaria, y la gestión queda en manos de aquella con mayor participación.
EL CASO BAYER
Y MONSANTO
Con una fusión es posible ampliar la oferta de productos y servicios para un determinado sector, reducir costos, generar economías de escala, integrar productos y servicios, y obtener un mejor poder de negociación con proveedores.
Estos y otros factores llevaron a Bayer y Monsanto a concretar la fusión empresarial más grande de la historia. La estadounidense Monsanto aceptó la oferta por US$ 66.000 millones de la multinacional alemana Bayer para fusionarse. Esta es la mayor oferta jamás realizada por una empresa alemana para la adquisición de una compañía extranjera.
El laboratorio multinacional Bayer, líder de la industria farmacéutica, decidió incrementar su línea de negocios en la industria agrícola. A su rama de agroquímicos -comercializados por la firma Crop Science, que le pertenece- se suman ahora más de 2.000 variedades de semillas cuya patente lleva la firma Monsanto.
Esta unión es estratégica y se genera en medio de un contexto bastante particular. Syngenta, competidor suizo de Monsanto, fue recientemente adquirida por la estatal ChemChina. Así, de las seis empresas multinacionales dedicadas al agronegocio, la competencia se reduciría a cuatro gigantes: ChemChina-Syngenta, Bayer-Monsanto, Dow-DuPont y BASF. Bayer cuenta con alrededor de 117.000 empleados alrededor del mundo, y Monsanto tiene 23.000 aproximadamente.
Con esta fusión, el negocio farmacéutico de la compañía alemana, a nivel global, pasa a un segundo lugar, representando el 50% de su actividad.
EFECTOS DE LA FUSIÓN
Según especialistas, esta fusión debería tener efectos positivos para el mercado, ya que permitirá la creación de productos más robustos, que aumentarán la competitividad.
Las empresas fusionadas realizarán una "composición" de sus productos, ya que una es especialista en defensivos (Bayer) y la otra en semillas (Monsanto). De esta forma se reunirían estos portafolios y se generarían espacios para la creación de "paquetes" de productos más completos en el agronegocio.
Sin embargo, otros analistas alertan por una concentración en las cadenas de insumos agrícolas derivados de esta fusión, ya que las estrategias de comercialización se transformarán en redes.
Se espera que esta nueva sociedad empresarial modifique su estrategia de negocios, dando una mayor relevancia a la interacción con sus clientes por medio de una integración total de sus productos y servicios. Esto contempla la fabricación, importación, distribución y asistencia técnica para un conjunto de productos y servicios.
Esta fusión sigue una tendencia de formación de grandes compañías en el sector del agronegocio y alimentación; entre éstas destacan: Philip Morris y Nabisco, Dow Chemical y DuPont, FMC y Cheminova, Novartis y Eli Lilly, Kraft y Heinz, JBS y Cargill, ABInveb y SAB Miller, entre otras.
NECESIDADES
PLANETARIAS
En el planeta existe una creciente necesidad por alimentos. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA-2021), en 2010 la población mundial ascendía a los 6,8 billones de habitantes, mientras que en 2050 se proyecta alcanzar los 9,3 billones. Además, la tierra cultivable ha disminuido considerablemente y las cosechas se ven amenazadas o destruidas por el calentamiento global.
Esto debería permitir que se reflexione sobre nuevas formas de cultivos. El hecho de que Bayer tenga la última palabra en el seno de Monsanto -es decir, una compañía con sede en Alemania, donde el uso de ingeniería genética está casi totalmente prohibido- ejercerá una gran influencia sobre el portafolio de esta nueva mega-empresa. Es probable que, al fusionar sus competencias, el nuevo consorcio logre dar mejores respuestas en torno a cómo alimentar a miles de millones de personas sin degenerar el mundo natural. De lograrlo, cada centavo invertido en la absorción de Monsanto habrá valido la pena.