Proyecto busca conocer pasado del hábitat marino a través de los ojos de los peces
Alejandra Romero C.
Estudio desarrollado por académico Unab, pionero y de relevancia internacional para la industria pesquera, tiene por objetivo un mejor manejo de recursos y una mayor proyección en el rubro.
Investigación se ha desarrollado en el Centro de Investigación Marina Quintay.
Un importante descubrimiento relacionado con la "lectura" de los ojos de los peces y con el cual se puede conocer lo que ocurrió en el pasado cercano en el hábitat marino realizó el investigador Dr. Sebastián Klarian, quien es profesor del Centro de Investigación Marina Quintay (Cimarq) de la Universidad Andrés Bello (Unab) e investigador de la Universidad de Connecticut.
Con el problema base de que la industria pesquera necesita de datos certeros para el manejo de recursos y la proyección en el rubro, los que en la actualidad se remiten a no más de 10 años atrás, este estudio -pionero en Chile y de relevancia internacional- busca obtener información para llevar a cabo diversas estimaciones en la pesquería desde un enfoque ecosistémico, es decir, conociendo las interacciones dentro de las distintas especies.
"Para entender el presente y saber lo que puede pasar a futuro necesitamos conocer lo que ocurrió antes, en un pasado cercano, de unos 100 años, porque los datos que se tienen en Chile de las pesqueras son de no más de 1990 y estos no son suficientes para proyectar", señala el investigador.
Agrega que "una de las razones de la investigación es la crisis alimentaria que vive el mundo, estimándose que en el futuro la mayoría de los recursos se sacarán del mar. La población humana se incrementa, se utilizan más terrenos para vivir y se quita terreno a la agricultura; es por esto que un reemplazo será la proteína marina. El problema es que los stocks de las pesquerías están en declinación y por eso es tan importante manejarla de la manera adecuada y estimar los recursos que quedan para saber cuántos peces se pueden sacar y dejar para la próxima generación".
En la actualidad se tiene la tecnología para saber lo que aconteció hace miles de años atrás -dice el investigador Unab- por medio del carbono 14, "pero los problemas en la pesca surgen cerca de la década del '60 en adelante, cuando se comienzan a extraer recursos marinos en mayores cantidades".
ESTUDIO
El Dr. Klarian se dio cuenta que el ojo de los peces estaba formado por capas y cada una representaba un año de vida, tal como ocurre en el hueso llamado otolito, por el cual los biólogos determinan la edad de los peces. La gran diferencia es que las láminas oculares, que "son como una tela de cebolla, contienen una importante cantidad de proteínas donde quedan retenidos los isotopos estables, elementos de la tabla periódica, que componen la molécula de la vida compuesta por carbono (C), nitrógeno (N), oxígeno (O) y fósforo (P)". Algunos de estos elementos tienen formas estables como el C13, el N15, O18 y estudiándolos se pueden medir, por ejemplo, la temperatura que hubo en un determinado lugar cuando el pez transitó por ahí, o la disponibilidad y calidad de alimento que había.
JUREL
Desde que se inició esta "investigación de fronteras, ya que se trata de algo novedoso, que nunca se ha hecho en el mundo, que está teniendo impacto y es made in Chile", detalla el profesor de Cimarq, han pasado dos años y, en la actualidad, se encuentra enfocado junto a la investigadora del Ifop y de la Universidad British Columbia, de Canadá, Carolina Lang, en el estudio del jurel.
"El jurel es un pez que migra mucho y es icónico porque ha sido muy sobreexplotado, entonces con el estudio se puede saber a través de sus ojos dónde nació y una vez que se tenga ese dato se pueden saber muchas cosas más que son relevantes para manejar las pesquerías. Por ejemplo, se pueden decretar áreas protegidas y así hacer más sostenible el recurso", puntualiza Klarian.
Asimismo, para obtener aún más información en la investigación, postularon a un fondo estatal -Fondequip- que les fue adjudicado, por lo que prontamente se instalará en la sede Viña del Mar de la Unab la máquina de última generación de Ablación Laser, que al estar acoplada a un espectrómetro de masa permite leer muestras más pequeñas, poniendo a Chile a un alto nivel en investigación científica, ya que existen muy pocos instrumentos de este tipo.
En cuanto a los desafíos que se vienen a futuro, el investigador detalla que en el verano irá a Estados Unidos, donde las Universidades de Harvard y Stony Brook tienen interés de aplicar la investigación en especies conservadas que se encuentran en museos.
unab