Crece tensión nuclear en Ucrania tras advertencia y bombardeo
GUERRA. EE.UU. reiteró a Rusia que si usa armas atómicas habrá efectos "catastróficos", mientras el OIEA denunció presiones en Zaporiyia.
Agencias
La embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Julianne Smith, reiteró en que Rusia se enfrentará a consecuencias "catastróficas" si decide emplear armas nucleares en la guerra en Ucrania, mientras que el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) denunció presiones de Moscú al personal que trabaja en la planta nuclear de Zaporiyia.
"Estados Unidos y los aliados han sido muy claros sobre que vemos esto como peligroso", indicó Smith sobre la retórica nuclear rusa.
Agregó que las alusiones del Kremlin a su arsenal nuclear en relación con el conflicto ucraniano "parece que ocurren con más frecuencia" y que "estamos oyendo cada vez más parloteo sobre esto".
En cambio, recalcó que el mensaje "de Washington, y directamente de la Casa Blanca, incluyendo a nuestro asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, ha sido cristalino".
Nuevos contratos
Por otro lado, el OIEA aseguró que la planta nuclear de Zaporiyia, ocupada y nacionalizada por Rusia, "sigue siendo ucraniana", pero sus trabajadores están siendo sometidos a una "presión inaceptable" de Moscú para firmar nuevos contratos de trabajo con la empresa rusa Roastom, denunció Rafael Grossi, director general de la agencia, tras reunirse en Kiev con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
"Para nosotros está claro, se trata de una instalación ucraniana, la propiedad es de Energoatom (la empresa pública nuclear de Ucrania). Cualquier cambio es un asunto complejo", dijo Grossi.
El Ejército ruso ocupó la planta, la más grande de Europa y dotada con seis reactores, a comienzos de marzo pasado, y la mantiene ocupada desde entonces. El territorio en el cual está emplazada es por otra parte uno de los que se anexaron a Rusia vía referendo.
Precisamente en Zaporiyia, ayer hubo ataques con misiles rusos, dejando siete muertos.
Contraofensiva
En el frente, mientras tanto, Rusia intenta contener la exitosa contraofensiva ucraniana en el este y sur con nuevas líneas defensivas, mientras que el Ejército de Ucrania sigue avanzando y liberó ya más de 400 kilómetros cuadrados en la región de Jersón y seis localidades en la república de Lugansk, ambas anexionadas por Moscú.
El argumento de los prorrusos sigue siendo que "todo está bajo control" en Jersón, según reiteró el gobernador interino de la provincia sureña, Vladimir Saldo, pese a las evidencias sobre el terreno del avance ucraniano, incluso reconocido por el propio presidente ruso, Vladimir Putin, y el ministerio de Defensa. "No capturarán (la capital regional de) Jersón, ciento por ciento", sostuvo Saldo.
Según la portavoz del Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Nataliya Gumenyuk, desde principios de mes las tropas de Kiev liberaron "más de 400 kilómetros cuadrados en la región de Jersón".
Recalcó que en varias direcciones los soldados ucranianos avanzaron hasta 20 kilómetros.
Temor por sanciones
Putin, por su parte, señaló en una reunión telemática con el Gobierno dedicada a temas económicos que "es importante comprender que la presión de las sanciones contra Rusia solo se incrementará".
Ante esto, dijo, "es preciso tener planes de acción flexibles y efectivos, calculados para una perspectiva tanto cercana como a mediano plazo, y cumplirlos consecuentemente".
"Tras cuatro meses de caída, la producción industrial recuperó el nivel del año pasado. Se restablecen paulatinamente los sectores que se vieron en las situaciones más difíciles como el automotriz y el metalúrgico", indicó.
Justo ayer entraron en vigor las nuevas sanciones que la Unión Europea acordó contra Moscú, que incluyen imponer un límite global al precio del petróleo ruso y más restricciones a su industria militar.
De esta manera, las navieras europeas solo podrán transportar petróleo desde Rusia a terceros países si se vende a un importe igual o inferior al establecido, cuyo tope aún debe pactarse con el G7 y otros países.