LA TRIBUNA DEL LECTOR
POR PRESBÍTERO PAULO LIZAMA SILVA
Diálogo
Soy de los que creen en el poder y en la necesidad del diálogo. Varias veces me he atrevido a sacar la voz para pedir que se converse cualquier tema, en serio, sin miedo y con respeto a los demás. También soy de los que se alegran porque, con todo y después de la dictadura, vivimos en un país donde las instituciones democráticas han prevalecido y hemos sido los ciudadanos quienes a través del ejercicio cívico, en distintas oportunidades, nos hemos manifestado.
Así, hoy veo con especial preocupación la intensidad y la rapidez con que temas tan importantes se hacen parte en la agenda política de nuestro país, dejando de lado otros que parecían primordiales hace unas semanas. No me preocupa que se discuta y que se quiera legislar sobre temas tan importantes. Me preocupa la rapidez y la poca capacidad para tomarnos un tiempo para reflexionar nuestra "vida de chilenos". Venimos de un tiempo intenso, donde a través de dos plebiscitos los chilenos dijimos: "Queremos un cambio", y luego: "Pero así no". Me preocupa que no seamos capaces de tomar en serio y en profundidad lo que nos ha pasado, al punto de querer descubrir lo que está de fondo. ¿Podrían nuestras autoridades y representantes definir el pulso de la ciudadanía en general? ¿Somos los chilenos progres o conservadores? No me arriesgo a hacer definiciones de ningún tipo, pues las encuestas más representativas parecieron no acertar. La verdad es que, sorprendentemente, más allá de opiniones, pulsos o encuestas, todo parece invitarnos a ser más humildes, a "bajar unos cambios", como bien dicen hoy en día, y darnos tiempo para reflexionar.
Cito al gran biólogo, filósofo, escritor y Premio Nacional de Ciencias, don Humberto Maturana: "Primero, tenemos que abandonar la dicotomía gobierno-oposición, porque esa dicotomía pone de partida la lucha en el encuentro. Debería ser gobierno y colaboración. En la colaboración nos escuchamos, en la colaboración reflexionamos, en la colaboración pensamos y repensamos qué es lo que queremos hacer en el proyecto común. Si estamos inmersos en una historia en la cual decimos que estamos inmersos en una democracia porque salimos de una historia autoritaria, entonces quiere decir que lo central es que seamos capaces de pensar y reflexionar sin atraparnos en una teoría, orientándonos a cómo queremos convivir" (1) .
Me preocupa un país donde la clase política y la sociedad civil se encuentren solo en las urnas electorales. Lo que nos ha pasado, ojalá nos movilice a no tener miedo a escuchar, invirtiendo tiempo y esfuerzo; porque a unos y otros se nos pide protagonismo. Ojalá que nuestros políticos, todos, sean más humildes y sabios; y puedan acoger la colaboración de la sociedad civil; de expertos en distintas materias: en tecnología, en filosofía, en ciencia; y también con calle, con experiencia de vida, aquella sabiduría que no dan los libros, pero sí la da la vida misma. Ojalá que quienes podemos aportar desde la sociedad civil aportemos, nos atrevamos a marcar más que un voto cada cierto tiempo. Necesitamos dialogar, conversar, convivir. Que el logos, la palabra, sea el principio articulador del sistema humano del que somos parte y en el que estamos llamados a convivir en entendimiento creativo. Desaparece la palabra, el diálogo, desaparece la democracia. Y eso es algo que, me imagino, nadie quiere.
Me atrevo a hacer un humilde pero fuerte llamado a los distintos agentes políticos y civiles para que nos encontremos de verdad, más allá de una u otra elección. Mal que mal, como chilenos, tiendo a pensar que el fin que todos queremos es que nos vaya bien a todos, desde el Presidente hasta al más pequeño y recién nacido. Continuemos la senda que nos han marcado muchos notables y numerosos anónimos que se han atrevido a usar la herramienta del diálogo para colaborar y construir.
1. Cita tomada del encuentro "Conversaciones esenciales", organizado por la Universidad de Chile y realizado el día 4 de diciembre de 2019, en el Teatro Nescafé de las Artes.