La mesa estaba servida, pero Wanderers no quiso cenar
FÚTBOL. El Decano logró un amargo empate ante Cobreloa en La Calera. Los nortinos se repusieron tras estar abajo por dos goles y jugaron media hora con uno menos.
Estaba claro desde el lunes pasado, cuando Wanderers perdió con Barnechea, que la temporada se había terminado para los verdes.
Ya casi sin posibilidades reales de entrar a la liguilla, el Decano quería al menos terminar el torneo sumando la mayor cantidad de puntos posibles para intentar el milagro o al menos despedir 2022 con la cara limpia tras una temporada en que tuvo que extremar recursos para escapar de las arenas movedizas.
Anoche en La Calera no logró ni lo uno ni lo otro.
Los verdes igualaron 2-2 ante un Cobreloa que robó un punto cuando en realidad necesitaba tres. Y si los naranjas no se fueron con las manos vacías fue por exclusiva responsabilidad del equipo de Miguel Ponce.
Se podrá reclamar que una vez más los cobros arbitrales perjudicaron a los porteños. Y es cierto que Rodrigo Carvajal cometió al menos tres errores (en el centro de Soto para el primer gol el balón había salido por la línea de fondo; no pitó penal tras una clara mano de Palma en el área loína; dejó sin cobrar un gol de Muñoz en que la pelota aparentemente ingresó al arco), sin embargo dejar que el rival dé vuelta un partido que vas ganando dos a cero a los diez minutos tiene que ver más con incapacidad propia que con factores externos.
Si a eso le sumamos la enervante rotación de balón sin profundidad en la última media hora, cuando los nortinos jugaban con uno menos, queda claro que este Wanderers no tenía ni los argumentos ni la categoría para merecer más que el amargo empate que finalmente logró en el estadio Nicolás Chahuán.
El resultado duele aún más en Valparaíso por la forma en que arrancó el encuentro, con el equipo de Ponce sorprendiendo a uno de los líderes de la Primera B, ganando en todos los sectores de la cancha y con un mediocampo inspirado que tuvo en Jaime Valdés a su director de orquesta.
El gol de Matías Plaza fue una joya del casablanquino, quien tomó el balón en mitad de cancha, atravesó el campo protegido por un campo de fuerza, tiró una pared con Carlos Muñoz y entró al área en estado de gracia para definir con clase ante Matías Cano.
Cobreloa acusó el golpe y trató de igualar, pero no contaban con la combinación de "Pajarito" y "Carlitos". El volante ejecutó un tiro libre que el capitán caturro capturó de cabeza sin marca para marcar el segundo.
Se jugaban diez minutos y los más de tres mil porteños que viajaron a La Calera pensaban que los nortinos estaban nocaut. Pero no fue así y las desaplicaciones defensivas las aprovecharon Escalante y Gutiérrez para igualar.
Muñoz tuvo tres claras en los primeros cinco minutos del complemento, pero en dos Matías Cano fue más vivo y en otra aparentemente el balón entró, pero el juez no se percató.
La torpeza de Escalona, que golpeó a "Chano" Velásquez y se fue expulsado, desnaturalizó el duelo. Los verdes se fueron arriba, pero sin contundencia.
La muralla que construyó Emiliano Astorga en el borde de su área fue infranqueable para los caturros, que chocaron siempre con el bosque de piernas naranjas o las manos del golero nortino.
Así se acabó el tiempo y la ilusión wanderina. Otro año más en el Ascenso.
"Nos vamos con una sensación amarga y muy tristes por la gente, ellos se merecen a Wanderers en otra instancia".
Carlos Muñoz, Capitán del Decano
38 puntos sumó Wanderers en la tabla de Primera B con el empate conseguido anoche ante Cobreloa.
17.30 horas del próximo sábado, el Decano visita a la Universidad de Concepción, equipo de "Cheíto" Ramírez.
2-2 igualaron ayer en el estadio Germán Becker los equipos de Deportes Temuco y Recoleta.
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