"Constitución no debe resolver el sistema social y económico"
En la sociedad chilena existen divergencias sobre esas materias, que hay que definir en elecciones periódicas y no en un texto constitucional, plantea el experto. Expresa también su inquietud por los bruscos giros de opinión pública, que se han agudizado "y que dañan la política en el país".
Partidario de que el sistema social y económico del país se resuelva en elecciones periódicas y no en la Constitución, dadas las divergencias que existen en esas materias en la comunidad nacional, se declara el abogado constitucionalista Jorge Correa Sutil (DC), exsecretario de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación -Comisión Rettig- y exsubsecretario del Interior durante el gobierno de Ricardo Lagos.
El experto, quien fue académico y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales y ministro del Tribunal Constitucional, plantea asimismo que la permanencia de los problemas que derivaron en el 18 de octubre es reveladora de la incapacidad de la política para resolverlos, a la vez que expresa su preocupación por los alcances de los bruscos giros que ha venido protagonizando la sociedad chilena y que se han agudizado en los últimos años.
Política de los acuerdos
- ¿Qué destaca del discurso del Presidente Gabriel Boric a propósito de los tres años del estallido social?
- Creo que hay un cierto cambio de discurso, en el sentido de que él señala que las fracturas y los dolores que llevaron al 18 de octubre se deben solucionar con una política de acuerdos. Me parece que para una coalición que menospreció y atacó esa política, es un giro no menor. Está por verse cuál va a ser en definitiva el discurso del Gobierno, pienso que todavía está en búsqueda de su propio relato.
- ¿Y qué aspecto le merece crítica?
- Sobre todo, que todavía no se vean medidas. No basta con hacer diagnósticos. ¿A qué exactamente está llamando a su coalición y a sus ministros? ¿A qué está invitando a la oposición y a la sociedad chilena? Es un discurso con un diagnóstico, pero sin política ni políticas , sin una convocatoria.
- ¿A qué atribuye la caída del Presidente a solo el 27% de aprobación ciudadana?
- Es fácil echarle la culpa al Presidente y a su coalición de este descenso. Pero a mí me parece que en el último tiempo en Chile están ocurriendo giros muy bruscos de opinión pública que explican estos cambios. Esta es una sociedad que aprobó las manifestaciones violentas, que las validó, que validó la violencia como método de acción política, y que hoy reclama paz, orden público, diálogo y acuerdos. Que eligió como primera mayoría para la Convención a la Lista del Pueblo, organización que se creó al calor de las protestas sociales, y fue en ese estado de ánimo que se eligió al Presidente Boric, quien se identificaba con aquellos reclamos. Esos giros bruscos de estados de ánimo en la opinión pública ya se habían percibido en los anteriores gobiernos, que también perdieron popularidad muy rápidamente y fueron sucedidos por administraciones de otros signos políticos. Me parece que eso se está agudizando en la sociedad chilena y que es hora de decirlo, aunque sea impopular y no adule a la opinión pública, como suele ser el tono imperante, porque esos giros bruscos están dañando la política en el país.
"no tenemos los mismos sueños"
- Usted plantea que el principal déficit de la actual Constitución es que configura un Estado débil, ineficiente, incapaz de enfrentar adecuadamente los problemas que originaron el estallido social, pero que de eso es poco lo que se ha hablado.
- Pienso que tenemos un mal muy complejo: consideramos a la Constitución como el espejo en el que la sociedad se mira, como el lugar donde tenemos que escribir y hacer palpables nuestros sueños de país. Y la verdad es que no tenemos los mismos sueños de país, por lo tanto, no vamos a encontrar nunca la casa común tratando de escribir sueños en los textos constitucionales. Las constituciones debieran estar constituidas por reglas políticas, para así configurar determinado orden político: quién manda, cómo manda, cómo se coordinan los órganos del Estado, hasta qué punto llegan sus poderes. Si los grandes problemas de Chile son salud, educación, orden público, seguridad ciudadana y pensiones, bueno, el problema es que la política no ha sabido solucionarlos. Entonces, el problema está en la política, en el orden y las reglas políticas. En eso la Convención fue muy deficitaria y el proceso de diálogo que le ha seguido para conformar una nueva Convención también, porque nada de eso constituyó las bases. Tampoco veo una conversación pública sobre esta materia.
- ¿Qué le parece el acuerdo oficialista para una nueva Convención, que está por conformar un órgano 100% electo y paritario, y mantener los escaños reservados en número proporcional al registro indígena de la Conadi?
- Creo que es una propuesta todavía inicial, probablemente con el tejo muy pasado, y que tiene deficiencias. Me parece que la presencia de los pueblos originarios tiene que ser en proporción a los votos y no a los registros. Pienso además que es un acuerdo que deja abiertos los temas principales: cómo se va a elegir la Convención, mediante qué sistema electoral, y cuál va a ser el quorum por el que va a funcionar. Entonces, lo considero deficitario, con propuestas que no son razonables después del fracaso de la primera Convención y con vacíos.
Listas nacionales y expertos elegidos
- ¿Cómo deberían estar representados los independientes?
- Como su condición lo indica, son independientes; por lo tanto, no pueden formar pactos entre sí porque no conforman un partido. En la Convención se vio que nacieron y se disolvieron o fracturaron incluso antes de comenzar a trabajar. A poco andar el proceso, ya no eran grupos homogéneos, con estabilidad en el tiempo y responsabilidad. Creo que uno de los errores más graves que puede cometer la Constitución del Estado es no darle el lugar que corresponde en democracia a los partidos políticos. Aunque estén desprestigiados.
- ¿Cuál es el mecanismo que considera más adecuado para determinar cómo se genera una nueva Constitución?
- Prefiero la fórmula de listas nacionales abiertas. Me parece que llevarían a una discusión más constitucional que territorial, y que permitirían dar un espacio privilegiado a expertos que sean elegidos, como está pidiendo la opinión pública.
- ¿En cuanto a contenidos, qué principios considera intocables?
- Más que principios, le diría que tengo una clara preferencia por un texto muy sobrio, de reglas más que de principios, y que organice el poder político más que procurar crear un orden social y económico. Me parece que el orden social y económico es una cuestión que debe resolverse en elecciones periódicas, no en la Constitución, porque no tenemos acuerdos sobre cuál debe ser el sistema social y económico de Chile. Tenemos divergencias, por lo tanto, no debemos escribir ninguno de esos modelos en un texto constitucional.
- ¿Cómo ve el destino de la DC, de la que se han ido militantes históricos como Cortázar y Orrego? ¿Es un partido agónico?
- Es una pregunta que me cuesta mucho contestar y me provoca mucha tristeza. No sé si es una agonía terminal o si se trata de una crisis de la que pueda nuevamente renacer, pero ciertamente es una crisis muy seria, y el problema es que no existe una directiva capaz de conducir adecuadamente al partido en un momento tan duro y tan difícil. 2
En Chile están ocurriendo giros muy bruscos de opinión pública. Esta es una sociedad que aprobó las manifestaciones violentas, que validó la violencia como método de acción política,
y que hoy reclama paz, orden público, diálogo y acuerdos (...). Eso se está agudizando y
es hora de decirlo, aunque
sea impopular".
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl
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