"No son los servicios de inteligencia los que van a encarcelar a los delincuentes"
En el periodo en que fue fiscal, entre 2005 y 2010, había un aumento en el número de delitos, pero no se registraban diferencias respecto del tipo de ilícitos ni de organizaciones criminales que los cometían, recuerda el abogado Gonzalo Yuseff Quirós, quien fue director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) durante el primero periodo del presidente Sebastián Piñera.
"Era normal que aumentaran los delitos, dado que no se estaba haciendo nada provechoso para terminar con la delincuencia. Pero podríamos decir que desde 2015 ha habido un cambio. A partir de entonces hay una diferencia en los tipos de delitos y de organizaciones que empiezan a participar de la vida criminal de nuestro país", subraya el expersecutor en Viña del Mar y Quillota.
Acuerdo contra la delincuencia
"Pasamos de un homicidio cada seis meses a uno cada dos semanas, y no en el contexto de peleas familiares, sino a balazos, por rencillas por drogas", y agrega los sicariatos, los secuestros, y el control de organizaciones criminales sobre determinados sectores.
Cree que la ausencia de un cambio cualitativo en los delitos conspiró para que esto no se frenara antes. "No se veían tampoco bandas internacionales, no había presencia de ciudadanos extranjeros, era otra realidad", a lo que suma un severo escrutinio a las actuaciones policiales, lo cual derivó en que "el clima político no favoreció ponerle atajo quizás en el momento más inicial del fenómeno".
Opina que no hay recetas mágicas para revertir esta realidad que impacta a miles de chilenos. Y que un acuerdo nacional contra la delincuencia podría ser un primer paso, si incluyera cambios en la política carcelaria, aumento de las penas a los delitos más violentos y policías con efectivo respaldo, entre otros elementos.
Los turnos con homicidios
- La región no escapa del incremento de homicidios, se registran casi todos los fines de semana, como también balaceras.
- Antes no era habitual que los fiscales que quedaban de turno los fines de semana en Viña del Mar y en Valparaíso tuvieran llamados por homicidios; había uno cada seis meses, era muy difícil que te tocara en un turno. Amigos fiscales me comentan que ahora, una vez a la semana, en todos los turnos hay un homicidio. Y no en el contexto de que dos primos que estaban tomando se pegaron con un hacha. Son crímenes que se cometen por encargo, llega un tipo que se baja de un auto y balea a otro, incluso en lugares públicos, como en la avenida San Martín, Pedro Montt, la avenida Marina…
- ¿El país está a tiempo de controlar esta situación o está "perdiendo el control" como titula su libro el senador Quintana?
- Creo que estamos más cerca de lo segundo, de la pérdida de control. Si se analiza desde el punto de vista de los factores causales que pudieran incidir en una baja de la delincuencia, no hay ninguno. No hay ninguna propuesta de política pública que pueda incidir causalmente de manera negativa en el aumento de la delincuencia. Entonces, la consecuencia necesaria de eso es que va a ir aumentando. Se necesita cambiar o crear algunas circunstancias diferentes.
Reforma en serio al código penal
- ¿Para eso es tan importante fortalecer a las policías como ejercer efectivo control sobre las fronteras?
-El efectivo control sobre las fronteras no se va a poder ejercer nunca, porque Chile tiene unas fronteras incontrolables. Si a Estados Unidos ingresan miles y miles de migrantes en una frontera harto más reducida, es absurdo suponer que nosotros vamos a poder controlarlas. Creo que más importante no es solo el fortalecimiento del rol de las policías, sino algo que revierta la situación, y en ese sentido lo único que me genera algo de esperanza es la propuesta de un acuerdo nacional contra la delincuencia. Eso, creo yo, puede ser un primer paso que permita revertir las políticas de persecución criminal de Chile en los últimos 20 años.
- ¿Qué políticas por ejemplo?
- Por ejemplo, hoy en Chile nadie habla el aumento de las cárceles, cuando en ellas no cabe un preso más. Si se pretende sacar de circulación a cinco mil, diez mil delincuentes, ¿dónde se interna a la gente privada de libertad? No podemos terminar con cárceles tipo Centroamérica. Si no se parte por cosas tan elementales como esa, es bien difícil ver de qué modo se puede avanzar en un acuerdo práctico contra la delincuencia, sin perjuicio de que estoy de acuerdo en que se plantee la iniciativa. Lo otro que hay que hacer es una reforma en serio al Código Penal y agravar las penas a los delitos que hemos mencionado, porque en Chile, los delitos contra la propiedad tienen penas adecuadas, pero los delitos contra la vida no. Por otro lado, fortalecer a las policías. Con eso quizás podamos influir en la tendencia que sigue la delincuencia.
-¿Carabineros se inhiben de usar armas en situaciones límite para no ser acusados de fuerza innecesaria y eventualmente perder su trabajo o ir a la cárcel? ¿Y eso cómo se resuelve?
- Bueno, eso es evidente. Creo yo que en parte se resuelve con el cambio de actitud que han tenido los mismos gobernantes, que antes eran de aquellos que fustigaban a Carabineros. Incluso hubo gente de centroderecha que cayó en ese discurso. Carabineros y la PDI son de las mejores policías del continente y están en un nivel mundial. Haber creído que los problemas del 2019 eran porque Carabineros no sabía controlar el orden público es parte del problema. Y un poco lo mismo pasa con la delincuencia. Las policías no pueden estar atadas de manos. Hay un marco legal que permite las actuaciones policiales, pero cuando se cae en un sesgo persecutorio de la policía, la policía se inhibe de actuar. Creo que el arrepentimiento que han mostrado las autoridades actuales es un buen camino para ir paliando esa situación.
Condenas por atentados explosivos
-¿La condena de 45 años a Camilo Gajardo, que envió las bombas a Landerretche y De Grange, es un anticipo a lo que viene para Mónica Caballero y Francisco Solar, que confesó el atentado contra Hinzpeter y la comisaría de Huechuraba?
- Ojalá. Yo creo que son más que contumaces en esto de colocar bombas. Y por las circunstancias de cálculo de penas, no veo por qué deberían tener una inferior a un presidio perpetuo.
- Ellos fueron absueltos en 2012 por el Caso Bombas, indemnizados con $180 millones de todos los chilenos y luego condenados en España por colocar un aparato explosivo en una iglesia. ¿Quién falló en Chile?
- Creo que el clima político fue el problema en ese juicio. Con el primer juicio a Caballero, que se conoció como el Caso Bombas, se generó también una crítica muy grande a los persecutores, el Gobierno y la Fiscalía. Quizás el Gobierno, en ese momento, se involucró demasiado en el tema de persecución penal del Ministerio Público y eso generó a su vez una reacción política. Había libros de supuestos estudiosos que sostenían que esto era un montaje. Pero el tema de la colocación de bombas por parte de grupos anarquistas es quizás uno de los pocos aspectos donde hoy no estamos al debe.
-¿La ANI ha cumplido su rol o también se ha visto sobrepasada?
- La ANI es una organización de 200 personas que realiza el análisis de los fenómenos vinculados al terrorismo, fundamentalmente, y yo creo que ha contribuido dentro de lo limitado de sus facultades. No podemos suponer que esa institución va a ser la responsable de hacer lo que Carabineros de Chile o la PDI. La ANI no es parte fundamental de la ecuación para resolver el tema de la delincuencia, que pasa por el Ministerio Público y por las policías, porque estamos en un estado de derecho. No son los servicios de inteligencia los que van a llevar a las personas a la cárcel, son los fiscales con la ayuda de las policías. Eso es lo que hay que reforzar. Se requiere en primera línea a las policías, con todo el apoyo de los ciudadanos. En segunda línea, el Ministerio Público con sus fiscales, en cuya imparcialidad todos confíen. Y finalmente, los tribunales que, por su independencia, les den garantías a todos. No hay recetas mágicas. 2
En las cárceles no cabe un preso más. Si se pretende sacar de circulación a cinco mil, diez mil delincuentes, ¿dónde se interna a la gente privada de libertad? Si no se parte por cosas tan elementales, ¿cómo se puede avanzar en un acuerdo práctico contra la delincuencia?"
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl
"