El lujo de hacer esperar al patrimonio
Dos años de negociación y casi uno entero de organización lleva la Corporación que está a cargo del SPM de Valparaíso. ¿Mucho?
Cuando se trata del deterioro patrimonial de Valparaíso, la burocracia no debe entorpecer la atención de las urgencias. Lo dice Carlos Maillet, académico de la Universidad San Sebastián y exdirector del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, a propósito de la demora en la constitución y funcionamiento de la nueva Corporación de Administración del Sitio Patrimonial Mundial (SPM) y Área Histórica de Valparaíso. Este nuevo organismo reemplaza al municipio como único administrador del SPM y aunque es liderado por el alcalde de Valparaíso, que preside el directorio, su conformación buscó darle una visión transversal y sumar al esfuerzo de protección del casco histórico a varias fuerzas vivas porteñas, como la CRCP, las universidades locales y los propios vecinos. Ya se cumplirá un año desde el acuerdo entre el alcalde Jorge Sharp y el entonces subsecretario de Patrimonio, Emilio de la Cerda, para dar vida a la renovada fórmula, pero aún no se cumple la promesa de que el proceso de instalación sería rápido y abordaría con sentido de urgencia los graves problemas que tienen a maltraer al barrio fundacional de Valparaíso y con serios problemas a algunos elementos constitutivos del valor patrimonial de la ciudad, como sus ascensores y algunos edificios emblemáticos. Quizás el cambio de autoridades en marzo ralentizó el proceso que a esa altura llevaba algunos meses de avance, pero en verdad tampoco se han cumplido los plazos comprometidos en agosto por la entonces subsecretaria de Patrimonio Cultural, quien a propósito de la instalación del directorio de la Corporación aseguró que "vamos a trabajar duro para, en el próximo mes o mes y medio, ya tener algo que ofrecerle a la ciudadanía en términos programáticos". Dos semanas después, Soto dejó el cargo y fue reemplazada por Carolina Pérez Dattari. El exsubsecretario De la Cerda recordó en este Diario que la negociación con el municipio porteño para materializar la idea de una corporación patrimonial demoró dos años. Esto significa que el proceso de instalar una nueva administración para "coordinar los esfuerzos de instituciones públicas, entidades privadas y la comunidad para la recuperación patrimonial del casco histórico porteño", lleva tres años, periodo en el cual el patrimonio ha sufrido derrumbes y deterioro irreversible, cuando no el robo o vandalización de piezas valiosísimas.
La urgencia con la cual debe avanzar el trabajo de la Corporación está marcada por varios factores que condicionarán la disponibilidad de recursos en los próximos años. El más importante es el oscuro panorama económico, que eclipsará las necesidades patrimoniales de Valparaíso y pondrá por delante otras, tal como lo hizo la pandemia entre marzo de 2020 y julio de este año. Por ello, es imperativo que la nueva instancia termine pronto su proceso de organización y comience a ejercer su músculo negociador en un mes clave para la tramitación de la Ley de Presupuestos 2023. Como han dicho el propio Maillet, De la Cerda y Marcela Hurtado, docente de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) y presidenta de Icomos Chile, Valparaíso ya no aguanta otro periodo de diagnósticos y en cambio requiere de una acción mancomunada y concreta, que sea capaz de sacar a la ciudad de su marasmo eterno en este ámbito y conducirla hacia la rehabilitación que todos los porteños esperan.