Correo
Tierra de nadie
La madrugada del lunes 31 de octubre hubo disparos que dejaron a una persona con sus piernas heridas en la plaza Aníbal Pinto, hecho que se suma a lo ocurrido el domingo 30, donde un venezolano fue baleado en la cabeza en el sector de Bellavista. Terrible y, sin embargo, parte de una rutina que ha terminado por banalizar el crimen y también la ilegalidad, como aquella costumbre consentida y extendida de los energúmenos de turno que se toman las calles y las plazas con un desenfreno atizado por la promiscuidad, el alcohol, la droga, el perreo, los gritos de orcos y todas las manifestaciones de la barbarie que invade Valparaíso y que se ha incorporado a la vida cotidiana de la ciudad ya sin siquiera intervenir Carabineros ante el alto grado de salvajismo de estos grupos que los insultan, apedrean y se ríen de ellos.
Algunos pobres todavía nos quejamos, casi pidiendo perdón, del ruido que nos impide dormir, o del olor a orina y excremento que empapa las aceras y calzadas. Misma razón que me ha llevado a luchar por recuperar la plaza Aníbal Pinto, el Mercado Cardonal y otros lugares de la ciudad que ante todo debieran ser centros de convivencia, donde sea posible dialogar, encontrarse, disentir, caminar, observar y admirar.
Es ineludible y urgente un mayor compromiso del Estado de Chile y sus autoridades con nuestra ciudad, pero en la misma medida, los que viven en Valparaíso deben ser conscientes del deber que implica ser porteños en cuanto conlleva la obligación de quienes lo habitamos de actuar por la recuperación de la convivencia, tanto en sus espacios públicos como en el ámbito individual de la vida.
¿Quién está haciendo a Valparaíso hoy? ¿Quién o quiénes están cumpliendo con sus obligaciones de ciudadano? ¿Quiénes están colocando su voluntad, su trabajo, su sacrificio y su talento creador al servicio de la ciudad? Esa es la tarea de los porteños y ese es el cambio cultural que debemos provocar.
Rodrigo Díaz Yubero
Reforma previsional
Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) han cumplido acertadamente su función, pues los fondos de sus afiliados han tenido una excelente rentabilidad. Sin embargo, ellas no pueden hacer milagros. En el actual sistema de AFP solo se cotiza el 10% y la esperanza de vida ha aumentado significativamente con posterioridad al año 1980. Diversos estudios técnicos -entre ellos los de las comisiones Bravo y Marcel- concluían que para mejorar las pensiones era necesario aumentar la tasa de cotización y la edad de jubilación; igualando la de los varones con la de las mujeres cabría agregar. No obstante, los legisladores nunca efectuaron las modificaciones legales que la situación exigía.
Lo que no se dice sobre el antiguo sistema de pensiones es que cada trabajador cotizaba el 20% o más de su sueldo y que para recibir una pensión debía haber cotizado durante al menos quince años, por lo que algunas personas no recibían pensión aun habiendo aportado parte de su sueldo durante sus años trabajados. Aproximadamente un 50% de las personas terminaba sin recibir pensión. Lo ahorrado por el trabajador durante su vida laboral no era de su propiedad y, por lo tanto, no era heredable, a diferencia del sistema de AFP de capitalización individual.
Adolfo Paúl Latorre
Crisis de demagogia
El caso del alcalde de Puchuncaví, Marcos Morales, quien bloqueó accesos vehiculares a la comuna como forma de prevención de delitos, es una más de las tantas expresiones de populismo que se están convirtiendo, lamentablemente, en algo común en el quehacer diario de la política nacional. Gaspar Rivas es otro ejemplo de lo anterior.
La inexplicable pasividad del Gobierno en materia de seguridad es el caldo de cultivo perfecto para la demagogia y el populismo; aparecen los sheriffs que persiguen delincuentes sin respetar la institucionalidad y como contrapartida acusan al establishment de no otorgar soluciones. En estos casos, es la institucionalidad la que debe verse reforzada para frenar tanto a los delincuentes como a los demagogos que se aprovechan del actuar de los primeros.
Juan Francisco Reyes Fundación para el Progreso
Sillas musicales
El reciente lanzamiento del movimiento Demócratas viene a sumarse a los esfuerzos de otras agrupaciones, por ejemplo, Amarillos por Chile, por intentar reconfigurar, ante la arremetida de los extremos, el denominado espacio de centro político.
En un pasado no muy lejano hubo otros intentos, a través de casos como Ciudadanos o Amplitud, por ocupar este espacio, los cuales terminaron diluyéndose.
Pero ¿qué tienen en común el pasado y el presente? Que la lógica de las sillas musicales se mantiene, a saber: liderazgos políticos hastiados de sus partidos de origen, sin espacios para sus proyectos individuales, dan un paso al lado para generar nuevos feudos desde los cuales aspirar al poder, a través de proyectos que convergen en un mismo espacio, llevando agua para sus respectivos molinos y alcanzar sus objetivos por sobre los intereses, demandas y urgencias de la ciudadanía.
Y esto pasa por una cuestión simple: podrán cambiar las sillas, las canciones, pero la música la seguirán poniendo los mismos de siempre.
Rodrigo Duran Guzmán
Excedentes FRP
En la discusión del Presupuesto para Carabineros de Chile año 2023, la glosa 11 autorizaría el uso de excedentes acumulados del Fondo Revalorizador de Pensiones (FRP), aportados por personal activo de Carabineros, PDI y Gendarmería con el 1% de sus remuneraciones imponibles como imponentes de la Dipreca, para su transferencia exclusiva al Fondo de Desahucio de Carabineros que, expresamente, no integran la PDI ni Gendarmería.
Idénticas prácticas se usaron en el Gobierno anterior para financiar brechas del Fondo de Desahucio de Carabineros. En otras palabras, el actual Gobierno continuaría estas prácticas de incumplir obligaciones y afectar fondos de los precitados imponentes.
Los excedentes acumulados son aproximadamente 15 mil millones de pesos y pertenecen a quienes los aportaron y no son reservas de libre disposición para suplir obligaciones de cargo fiscal, conforme al Art. 79 de la LOC de Carabineros N° 18.961.
El proyecto de ley claramente impone un uso totalmente distinto de los excedentes acumulados conforme a la Ley 15.386 de 1963. Esta gravísima y reiterada situación que afecta a hombres y mujeres de las tres instituciones señaladas, omite el cumplimiento de estándares de probidad y transparencia. ¿Qué hacer con los excedentes acumulados del FRP? La respuesta es modificar cuerpos legales, para que dichos excedentes sean transferidos mensualmente a Dipreca y así sumar recursos en ayuda del debilitado sistema de salud para carabineros, detectives y gendarmes, junto a sus cargas familiares.
Hero Negrón Schlotterbach General (r) de Carabineros