DEBATES & IDEAS Brasil vuelve al redil con Lula
POR FRANCISCO CRUZ FUENZALIDA Y JORGE HEINE LORENZEN, DIPLOMÁTICOS Y EXEMBAJADORES JORGE HEINE LORENZEN, DIPLOMÁTICOS Y EXEMBAJADORES
En la que ha sido descrita como "la madre de todas las elecciones", Luiz Inácio Lula da Silva derrotó al Presidente Jair Bolsonaro y vuelve a Planalto, el palacio presidencial en Brasilia. Es la primera vez en la historia reciente de Brasil que un presidente incumbente es derrotado como candidato a un segundo cuadrienio no logrando su reelección, y también la primera en que un expresidente es electo para un tercer mandato.
Después de cuatro años complejos, con casi 700 mil muertes por la pandemia, una economía en problemas, y un país polarizado, los años de la presidencia de Lula (2003-2010) son recordados como una "era de oro" en Brasil. El país creció entre un 4 y un 5 por ciento anual, 40 millones de personas salieron de la pobreza gracias a programas como "Bolsa de Familia" y Brasil se proyectó con fuerza en el escenario internacional, ganando las sedes del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Ello es parte de la razón por la cual Lula ganó la elección ante un candidato como Bolsonaro, que cuenta con el voto evangélico, y cuyo partido obtuvo una fuerte representación parlamentaria y gobernaciones en estados claves del país como Sao Paulo.
Después de estar 18 meses privado de libertad, formalizado en procesos tan polémicos como discutidos (anulados después por el juez supremo Edson Fachin y ratificada dicha decisión por la Corte Suprema), el regreso de Lula a la presidencia de o pais mais grande do mundo tiene algo del Ave Fénix. "Me quisieron enterrar vivo" dijo en uno de sus discursos recientes, evocando un profundo sentido de resiliencia y demostrando, como el que más, que en política no hay muertos.
Pero poca duda cabe que tendrá una tarea cuesta arriba, dada la falta de mayoría de su partido, el PT, y su coalición, en el Parlamento brasileño, las ingentes demandas de más y mejores servicios públicos por una ciudadanía descontenta, la estrechez fiscal que le espera y la profunda fragmentación de la sociedad brasileña que entregó un 49% de apoyo a Bolsonaro en el ballotage. Dicho todo aquello, nunca ha sido una buena idea apostar en contra de Lula.
¿ Pero cuál es la importancia de la elección de Lula para Chile ?
Brasil es, desde luego, un país amigo de Chile, así como un importante socio comercial y aliado en espacios multilaterales y regionales. Celso Amorim, quien fuera su canciller, ya ha anunciado que Brasil "regresa" a la región (una de las primeras medidas del gobierno de Bolsonaro fue abandonar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, Celac).
Con ello acometerá la gran tarea que se tiene por delante, esta es la recreación de un vigoroso espacio político de convergencia sudamericana sin sesgos, ni asociado a la simpatía del ciclo político de turno de cada vecino o al voluntarismo ideológico de las propias creencias gobiernistas. Y es que la región está fragmentada y muy afectada por sus crisis recientes, incluyendo la de la pandemia del covid-19, y la recesión consiguiente.
Su incapacidad de una mínima cooperación y coordinación regional está ligado a ello. En la política exterior "activa y altiva" que asumió Brasil durante los años de Lula en la primera década de este siglo, la creación de Unasur fue uno de sus logros significativos.
Lula parece haber entendido, con pragmatismo y convicción, este desafío al sumar como compañero de fórmula a un adversario histórico del PSDB como es el caso de su vicepresidente, el exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, opus dei y de estrechos vínculos con el empresariado, quien de algún modo se ha ungido en garantía de moderación y transversalidad para el nuevo gobierno.
Mientras en todo el mundo (desde Norteamérica hasta la Unión Europea, pasando por Asean y la Unión Africana) hay una fuerte tendencia a la creación de bloques regionales, en nuestra América seguimos cada uno por su cuenta, y así es como nos va.
Muchos consideran que la región está en vísperas de una segunda década perdida, esta vez la de 2015-2025, dadas las bajas tasas de crecimiento, que la impulsan de la periferia a la marginalidad. No es casualidad que el Foro Económico Mundial haya cerrado su capítulo sobre América Latina. Concluyeron que no había interesados.
El volver a pensar en la región en grande, con proyectos como los corredores bioceánicos , que le permitirían a Brasil (y a Argentina, Uruguay y Paraguay) enviar sus exportaciones al Asia a través de puertos chilenos como Valparaíso y los ubicados en la Quinta Región, es parte clave de esa tarea.
El aplicar una política de No Alineamiento en el diferendo entre Estados Unidos y China, algo que Brasil bajo Lula también hará, constituye otra importante consideración en una región que debe comenzar a darse cuenta que el accionar colectivo es un escudo decisivo en un mundo cada vez más turbulento.