Rodrigo Mundaca, todo lo que está bien
Tenemos un gobernador con 300 mil votos y dependemos de una alcaldesa que trabaja para la familia de un diputado de 23 mil sufragios.
Exactos 298.363 votos sacó Rodrigo Mundaca en la última elección de gobernador de Valparaíso, convirtiéndose en el único jefe regional electo en primera vuelta y en la tercera fuerza electoral del país, solo por detrás de los capitalinos Claudio Orrego y Helia Molina. ¿En qué nos hemos convertido que no somos capaces de ver eso? ¿Tan provincianos somos?
No es poco. Proporcionalmente es mucho más de lo que cualquier alcalde o parlamentario patipelado consiguió para dictar cátedra desde el municipio o el Congreso, mientras el Gobierno -con un decreciente 26% de aprobación- se da el lujo de ningunearlo a la hora de los quiubos.
Bienvenidos al teatro del absurdo: Tomás Lagomarsino, con 26.349 votos, es la mayoría regional de la Cámara de Diputados y se da el lujo de ser el díscolo de la misma y pololear con ambos bandos para definir quién preside el hemiciclo.
Jorge Brito, con 23.358 votos, a su vez, decide qué pasa y qué no pasa en Viña del Mar, instalando a su hermana, su cuñado exvendedor de planes de VTR en la plaza Victoria, amigos y quién sabe qué otras linduras en la municipalidad, con el descaro de poner la casa consistorial al servicio de su futura candidatura senatorial en desmedro del senador Juan Ignacio Latorre, quien a sus pocas luces parlamentarias, suma la presidencia más triste del partido más elitista del Frente Amplio, famoso por su transfobia a la presidenta Alejandra Toledo, hecho jamás reparado ni consignado por quienes se llenan la boca hablando de igualdad, ni al manifiesto acto antisemita cometido por la hermana del diputado en cuestión en contra del Festival Puerto de Ideas.
Hablemos en castellano: el diputado Andrés Celis obtuvo poco más de 19 mil votos, Camila Rojas (17 mil y algo), Hotuiti (16 mil) y Luis Cuello (13 mil); Vlado Mirosevic, actual presidente de la Cámara, sacó 16 mil votos; el senador Francisco Chahuán, que supuestamente la rompió, obtuvo 150 mil; Ricardo Lagos Weber, 74 mil; Isabel Allende, 59 mil; Latorre, hoy presidente del partido en el cual las investigaciones por transfobia duran cien años, 30 mil; Kenneth Pugh, 14 mil. ¿Hablemos de alcaldes?: Ripamonti, con sus retratos enmarcados y todo, 49 mil; Sharp, con banderas, 46 mil.
Entonces, ¿el Gobierno, que perdió hasta en Petorca (salvo en San Antonio) con su maravillosa campaña por el Apruebo (¿les habrán pagado las treinta lucas a Las Indetectables?) se da el lujo de hacer un súper cónclave en Cerro Castillo y basurear a Rodrigo Mundaca, el único político validado por la ciudadanía? ¿En qué planeta viven, por Dios?
Sepan, y esto va en serio, que en la Región nos aburrimos de los live (no solo de los de Ripamonti, que ya no tienen ningún brillo), sino que los de los ministros (Muñoz, García) vendiéndonos humo, inaugurando ascensores y tranvías que nunca serán, mientras hacen sus performances en bicicleta por la capital. Consejo: hagan algo inteligente e intenten conversar con Mundaca, a quien el otro día casi cogotearon en la subida Carampangue, mientras Brito, su familia, el vago de Patricio Rojo (¡ay, verdad que está con días libres!) y amigos siguen viviendo del Estado. La decencia es la decencia. Y créannos que Mundaca está de la vereda correcta. Averigüen con el cuñado de Brito, el enmarcador de Ripamonti y Alejandra Toledo de qué lado están en Viña y RD. No es tan difícil adivinarlo.