Ascensores y patrimonio se mantienen a la espera
A 10 años de la patente estatal para los tradicionales elevadores y a las 19 del diploma de la Unesco para la ciudad, no pasa nada. Valparaíso es Patrimonio de la Humanidad desde 2003, hace 19 años; los ascensores fueron adquiridos a sus propietarios privados en 2012, hace justo una década. Corren los años, pasan los gobiernos y las administraciones municipales y pasa muy poco.
Sigue en la nebulosa la puesta en servicio de los restaurados ascensores Espíritu Santo, Concepción y Cordillera. Los aplazamientos en la entrega han sido reiterados y se han cumplido ya dos meses de vencido el último plazo anunciado por la autoridad. Nuevas explicaciones de la Seremi de Obras Públicas hubo a un grupo de usuarios del sistema en septiembre pasado. César Calderón, presidente de la agrupación de vecinos usuarios, expresó que no hubo en esa ocasión "una fecha concreta de entrega, pero sí que iba a ser antes de que terminara el año". Agregó que se había solicitado la entrega del Cordillera, que estaba listo antes que los otros, pero, dice, "recibimos una negativa al respecto, porque se trata de una sola licitación para todos por igual".
Por su parte, Juan Carlos García, titular de Obras Públicas, ministerio mandante de las obras, reconoce que el retraso genera problemas en la población y atribuye las dificultades a decisiones administrativas que no fueron las adecuadas y que la empresa a cargo de los trabajos ha recibido multas importantes. Tras una publicación de ayer sobre el retraso y las molestias que ocasiona, la Municipalidad de Valparaíso, con la firma de Ricardo Valdés M., envió una nota a este Diario reconociendo el retraso, el interés de la autoridad por la reanudación del servicio, pero afirmando que este "debe ser de seguridad 10 y esto es lo que se está buscando". Añade que los ascensores en funcionamiento, Barón, Polanco, Reina Victoria, El Peral y San Agustín, "son de propiedad municipal, operados y mantenidos por funcionarios municipales".
Nadie duda que la seguridad es una condicionante básica en todo medio de transporte y especialmente en uno como los ascensores que operan en una pendiente. Pero es de suponer que la materia ha sido parte de las bases de la licitación y que el MOP ha estado atento a ese aspecto en sus inspecciones.
Valparaíso es Patrimonio de la Humanidad desde 2003, hace 19 años; los ascensores fueron adquiridos a sus propietarios privados en 2012, hace justo una década. Corren los años, pasan los gobiernos y las administraciones municipales y pasa muy poco. Una Corporación "marmota" para la administración del Sitio de Patrimonio Mundial y la mitad de los ascensores en funciones, incertidumbre sobre los restantes y olvido en la formulación de un plan de gestión para el sistema.
Esa es una postal de Valparaíso -las hay peores y más peligrosas- cuando justamente unos señores de la Unesco le toman la presión al enfermo, uno de cuyos órganos son precisamente esos ascensores donde, como en muchas cosas, hay varias tareas pendientes y vecinos a la espera de la recuperación de un tradicional sistema de movilización que comenzó a funcionar hace 139 años, partiendo por el paralizado Concepción. Tal vez cuando cumpla 140 lo ponen en marcha como regalo de cumpleaños.