LA TRIBUNA DEL LECTOR Suite Francesa
POR EUGENIA GARRIDO, EXALCALDESA DE VIÑA DEL MAR Y MAGÍSTER EN HISTORIA PUCV DE VIÑA DEL MAR Y MAGÍSTER EN HISTORIA PUCV
En esos primeros años, la futura escritora, quien tuvo siempre serios problemas con su madre, contó con una institutriz, encargada de complementar su enseñanza. Ella le trasmitió el amor por las letras y las artes, logrando además que su joven pupila dominara varios idiomas. Terminada esta primera etapa de su educación, Irène estudió Literatura en la Universidad de La Sorbonne, obteniendo el título de Licenciada en Letras, en 1926.
La primera novela que publicó fue David Goder, obra que sorprendió a la crítica y al público por su estilo, el realismo con que describe sus personajes, tanto física como psicológicamente. Audaz a la vez, pero con un lenguaje sencillo, trata un tema que abrió polémica.
En 1926 Irène contrajo matrimonio con Michel Epstein, ingeniero, con quien tuvo dos hijas: Denise y Elizabeth. Esta última falleció a los 9 años. La creación literaria de Irène es diversa, toda de calidad. Es difícil clasificar una obra por sobre otra. Toda su narrativa expresa una gran emotividad. Sus sentimientos están presentes, como también se permite denotar su formación intelectual.
Gran lectora desde su niñez, se sintió atraída por Tolstoi, Flaubert y la genialidad de Chejov, autores que, sin dudas, influyeron en su formación. Será su obra póstuma la que la inscribirá entre los grandes escritores de su tiempo y de todos los tiempos: Suite Francesa, publicada luego de sesenta años de la muerte de su autora en el ominoso campo de concentración de Auschwitz.
Fue ésta un éxito literario. El manuscrito de Suite Francesa, encontrado por sus hijas en una maleta en momentos complejos que se vivían en Francia, con las persecuciones a los judíos en París (debido al pacto que el gobierno de Vichy había firmado con los nazis), se mantuvo oculto. Muchos años después, Denise, la hija mayor, transcribe el documento y decide su publicación.
El libro consta de dos partes: la primera, Tempestad en Junio, sigue la vida de personajes, todos ellos judíos, que van desde un banquero, un escritor y su amante, una familia burguesa, una corista, un sacerdote y un coleccionista de porcelanas, todos llevando una vida llena de comodidades y lujos, compartiendo en los círculos literarios de París. Ante el avance de las tropas alemanas huyen de la ciudad en busca de seguridad para sobrevivir.
En la segunda parte, Dolce, la escritora relata la huida a un pueblo cercano a París, donde los residentes son gente sencilla, dedicada a las labores agrícolas y donde llegan las tropas alemanas de la ocupación.
Se inicia un periodo de convivencia entre los oficiales del ejército de ocupación y los residentes y es aquí cuando surge la gran historia de amor protagonizada por Lucille y Bruno, ella casada, con su marido en el frente de batalla; él, teniente de la Wehrmacht nazi.
Son jóvenes... en un principio, ella y él solo albergan sentimientos de odio recíproco. Sin embargo, poco a poco surge el amor. La autora muestra en estas historias toda la tragedia y toda la fragilidad de la vida. Hay suspenso, en cuanto a lo que el destino de estos hombres y mujeres traerá.
Irène Némirovsky señala en Suite Francesa: "El ser humano es complejo, múltiple y contradictorio, está lleno de sorpresas. Pero hace falta una época de guerra o de grandes transformaciones para verlo. Es el espectáculo más apasionante y el más terrible del mundo. Nadie puede presumir de conocer el mar sin haberlo visto en la calma y en la tempestad. Solo conoce a los hombres y las mujeres a quienes los ha visto en una época como está" Mucho de los acontecimientos descritos en el libro son relatos basados en las vivencias de su autora.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, refiriéndose a Suite Francesa, expresó lo siguiente sobre la Segunda Guerra Mundial y los estragos que ella causó: "Así como de la irracionalidad del nazismo se han escrito bibliotecas enteras de historias, ensayos, novelas, testimonios y estudios y se han hecho documentales innumerables, muchos excelentes, yo quisiera decir que entre todo ese material casi infinito, probablemente nadie consiguió mostrar de manera más persuasiva, lúcida y sentida, en el ámbito de la literatura, los alcances de aquel apocalipsis para los seres comunes y corrientes como esta exiliada de Kiev, condenada a ser una de sus víctimas, que ante la adversidad optó por coger un lápiz y un cuaderno y echarse a fantasear otra vida, para vengarse de la vida tremendamente injusta que vivió".
Irène Némirovsky nació en Kiev, Ucrania, en febrero de 1903. Sus padres eran de origen judío. Pertenecían a la mediana burguesía, lo que les permitió contar con los medios para brindar a su hija, desde su niñez, una educación bastante completa. En 1918 la familia dejo la ciudad escapando de la Revolución Rusa y se trasladó a París, lugar donde fijaron su residencia.