El aporte de Piensa a la descentralización
Fundación, que cumple nueve años, contribuye con sus estudios al conocimiento de los principales problemas regionales. Es importante atender al trabajo de la entidad sobre la crisis habitacional, ya que se trata de una materia de alto interés público que trata aspectos relacionados con la calidad de vida de las personas y las dificultades que enfrentan para lograr una vivienda digna.
La Fundación Piensa, que ha cumplido nueve años de existencia, se define como un think tank autónomo, el primero que desarrolla sus actividades fuera de la capital, enfocado a la formulación de propuestas para la descentralización y el desarrollo integral de la Región de Valparaíso.
Autodenominado como "un espacio con un modelo basado en la investigación, la participación y el interés público", Piensa postula, además, a Valparaíso como "una región empoderada donde haya mejor calidad de vida y las autoridades sean más transparentes en el uso de los recursos públicos". Contribuye Piensa "con propuestas públicas que solucionen los problemas que existen en nuestra región y en nuestro país".
Concretando esos propósitos de enfrentar los problemas regionales, durante el acto de celebración del aniversario de la entidad, que contó con la presencia de 350 personas, se presentó el proyecto "Construyendo Valparaíso". La iniciativa, expuesta por Maximiliano Duarte, director de estudios de la fundación, plantea soluciones para afrontar el déficit habitacional que afecta al país y a la Región en particular. Se aborda la materia y su conexión con la pobreza multidimensional, además del rol de los gobiernos locales y la estimulación del mercado local para el desarrollo.
El empresario Gonzalo Bofill, presidente de Piensa, enfatizó en la condición de la entidad como el principal centro de estudios de referencia fuera de Santiago en materia de centralización y, a la vez, aludió al nuevo ciclo que inicia enfocado al trabajo territorial para contribuir a la solución de los problemas locales.
La presencia pública de esta fundación ha sido constante en los últimos años mediante estudios y encuestas que grafican las principales necesidades de la Región y sus habitantes. Los resultados de esos estudios deberían ser una herramienta orientadora en el trabajo del sector público, que muchas veces avanza a ciegas o con ideas preconcebidas.
Es pertinente ahora, por ejemplo, atender al trabajo desarrollado sobre la crisis habitacional y las propuestas que allí se hacen, ya que se trata de una materia de alto interés público que trata aspectos directamente relacionados con la calidad de vida de las personas y las dificultades que enfrentan para lograr una vivienda digna.
En este nuevo ciclo de trabajo en terreno que anuncia la Fundación Piensa es importante el intercambio con otras organizaciones, públicas y privadas, que trabajan también en el frente territorial. Esta vinculación, que puede ir desde municipalidades hasta JJ.VV y universidades, lograría resultados enriquecedores en los propósitos de interés general que plantea el think tank.
Con la existencia de ce.ntros de estudios regionales, como Piensa, se está contribuyendo a la descentralización, tarea urgente, irrenunciable, en la cual hay espacio para todos los sectores. Qué lástima que no todos piensen lo mismo.