"Lo más sano sería que este sitio se inscribiera en la lista en peligro"
Una mirada negativa de la realidad por la que hoy atraviesa Valparaíso como Sitio del Patrimonio Mundial tiene el abogado experto en patrimonio Óscar Acuña Poblete, ex secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos (CMN) entre los años 2006 y 2011, académico de varias universidades, entre ellas la de Valparaíso (UV), e invitado frecuente a las sesiones del Comité del Patrimonio Mundial por su vasta experiencia y trayectoria.
Sin ambages, considera que la Ciudad Puerto se encuentra "en un completo abandono", por lo que, a su juicio, la herramienta más adecuada para revertir esta situación es inscribiendo el sitio en la lista en peligro", medida que, precisa, no sería la antesala para que Valparaíso perdiera la declaración concedida hace casi 20 años, sino que, por el contrario, ayudaría a reactivar el compromiso de las autoridades por la ciudad.
- Hace 12 años, en noviembre de 2010, en el marco del "Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica. Los retos para su preservación", realizado en Ciudad de México, usted, como secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, dio la conferencia magistral "Valparaíso en la Encrucijada". ¿Sigue la ciudad estancada en una encrucijada a casi 20 años de su declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad?
- Valparaíso no ha logrado definir cuál es su vocación… es una ciudad universitaria, es una ciudad portuaria, es una ciudad turística. (…) Cuesta saber para dónde va. Y esta encrucijada se mantiene, o sea, cuál es la vocación de Valparaíso. A veces los arquitectos señalan que Valparaíso tiene una romántica decadencia, y es cierto, pero no tenemos que olvidar que la decadencia puede conducir al peor enemigo del patrimonio, que es el abandono y la lenidad en la administración del sitio, que es un poco lo que hoy día yo creo que se ve. En el fondo, si bien hay muchas declaraciones de compromiso, voluntad, los resultados son mínimos o inexistentes. Y además, respecto de esa romántica decadencia, uno tiene que pensar que al final Valparaíso no es un sitio arqueológico, no es Pompeya, es una ciudad que tiene habitantes, que tiene que seguir teniendo dinamismo, vida, actividad, para que, entre otras cosas, los habitantes no se vayan.
- ¿Cómo califica el estado actual de Valparaíso y, puntualmente, el Sitio de Patrimonio Mundial? ¿Valparaíso se encuentra en un estado de abandono?
- Yo creo que está en un completo abandono. El estado actual de Valparaíso es lamentable y calamitoso. Todos los adjetivos que uno use para calificarlo, yo creo que nos quedamos cortos. No ha perdido todavía la completitud de sus valores, pero tiene un riesgo severo de lograrlo, porque existen muchísimas razones que han llevado a esto, el poco compromiso de las autoridades locales, regionales e incluso nacionales respecto de lo que implica la responsabilidad de tener un Sitio de Patrimonio Mundial. Los Sitios de Patrimonio Mundial son responsabilidad de los Estados, pero los Estados cuentan con administradores de los sitios, y el administrador del sitio desde que se inscribió en la lista ha sido el municipio, con luces y sombras, más sombras que luces, probablemente; y nos encontramos entonces con que quizás la responsabilidad de administrar un sitio de esta envergadura para un municipio que tiene muchísimas otras responsabilidades con su comunidad, es algo inabordable y que excede sus capacidades, y también con una rigidez de legalidad que complejiza aún más la situación.
"El sitio está mal"
- En su reciente visita a Valparaíso, los expertos de la misión técnica de la Unesco, Mauro Rosi y Luis Ignacio Gómez, se reunieron con distintas organizaciones, cuyos representantes recomendaron a los especialistas inscribir a Valparaíso en la lista de patrimonio en peligro. ¿Coincide con esa solicitud?
- Coincido plenamente, y esto ha sido un cambio. Yo, anteriormente, hace unos 10 años, no lo habría dicho, porque mi discurso era "mire, Valparaíso está mal, pero está menos mal que si no se hubiera inscrito en la lista del Patrimonio Mundial", pero hoy día recorrer Valparaíso es darse cuenta que se necesita una medida por parte del Estado y también de la misma Unesco, y creo que lo más sano sería que este sitio se inscribiera en la lista en peligro. La lista en peligro no es una lista de castigo, no es la antesala de que un sitio salga de la Lista del Patrimonio Mundial como a veces la gente quiere contar, como poner a Valparaíso en capilla, no, la lista en peligro tiene una lógica absolutamente distinta, es una lógica en que por su precariedad, por su situación, un sitio entra para ser objeto de preocupación no solamente nacional, sino que internacional. Y desde ese punto de vista, yo creo que es la herramienta que tenemos que usar, estamos a tiempo. (…) Y si es que se llega a inscribir, sin duda que tendrá efectos comunicacionales, políticos, de todo orden. Pero más allá de los efectos sonoros que pudiera tener esa inscripción, lo importante son los efectos prácticos que tendría, que sería darnos cuenta de que el sitio está mal, porque lo está, y que necesita un compromiso del Estado y sus autoridades locales mucho más fuerte que el que hasta hoy ha tenido.
- Una eventual decisión de inscribir a Valparaíso en la lista en peligro podría ser adoptada en la 46ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial, que tendrá lugar a mediados del año 2023.
- Y creo además que tal como se hizo en su momento con el caso de (las oficinas salitreras de) Humberstone y Santa Laura, debería ser incluso una medida que propusiera el Estado parte, que Chile lo propusiera, hablaría bien de nuestra conducta, porque hemos tenido una conducta bastante coherente en la Unesco al respecto, porque sería decir "sabe qué, nosotros estamos conscientes que el sitio está mal y queremos que el Comité de Patrimonio Mundial lo inscriba en la lista en peligro". Y tenemos el ejemplo de lo que ocurrió, como decía, con Humberstone y Santa Laura, que se inscribió en la lista del Patrimonio Mundial y simultáneamente en la lista en peligro, porque tenía 50 años de abandono, de destrucción, de pillaje, de las cosas más diversas, y ese sitio el año pasado logró salir de la lista en peligro después de muchos años, pero logró salir además no por gestiones de lobby y conversaciones diplomáticas, sino que logró salir porque el sitio está mucho mejor y se logró completar los hitos que la Unesco había pedido.
Informe
- ¿Qué podríamos esperar del informe que hará la misión técnica que visitó Valparaíso?
- No va a ser un informe lapidario, sino que va a contener recomendaciones de qué hacer. (…) Yo creo que va a recoger las observaciones hechas por la comunidad en torno a la incorporación del sitio a la lista en peligro y creo que es como la medida que tenemos que tomar para efectos de hacer cosas. Chile es el país del diagnóstico y lo que uno necesita es que pasemos del diagnóstico a la acción.
- ¿Por qué no avanza Valparaíso en la preservación de su patrimonio? ¿Es solo una cuestión de recursos o más de gestión?
- Una mezcla de las dos. Evidentemente, faltan recursos, pero hay un tema de gestión grave, porque Valparaíso tiene capas de protección que se sobreponen y que obstaculizan además las decisiones, porque Valparaíso tiene Zonas de Conservación Históricas, que están sujetas al Ministerio de Vivienda y Urbanismo; tiene Zonas Típicas, que están sujetas al Consejo de Monumentos Nacionales, y finalmente, como todos los municipios de Chile, tiene la Dirección de Obras Municipales, entonces tiene tres autoridades con tuición sobre lo que en Valparaíso se quiere hacer, que es como casi un escenario de pesadilla, porque tú podrías ingresar una propuesta de hacer algo y que una autoridad te diga que sí, la otra te digo que tal vez y la última te diga que no, entonces es un camino tortuoso para alguien.
- ¿Cree que cambiará la suerte de Valparaíso en cuanto a gestión patrimonial con la nueva Corporación Municipal de Administración del Sitio de Patrimonio Mundial?
- Yo creo que como fórmula puede ser buena, requiere abordar varios temas que son bien propios nuestros. Uno es que los que la administren sean efectivamente personas que quieran mejorar el sitio y que tengan capacidad de gestión, más allá del color político, que sean seleccionados por su capacidad, porque a mí me da la impresión que en ocasiones estas corporaciones puedan ser vistas como un refugio para el amigo sin pega y eso es malo. Y en segundo término, hay que abordar el tema de la permisología, o sea, de qué manera estas tres autoridades que tienen tuición sobre lo que se hace o no se hace en Valparaíso se incorporen con sus facultades para activar, aunque sea de manera administrativa, porque no pueden renunciar a sus facultades legales, para eso necesitamos una ley, pero podrían buscar un camino de participación colectiva en que a lo mejor en reuniones semanales, quincenales o mensuales, las tres autoridades sentadas en la mesa revisen los proyectos y agilicen la situación normativa a través de esta corporación. Esto es una tremenda oportunidad o puede ser una desilusión más en el camino de Valparaíso, porque puede ser que se transforme en una hijuela pagadora para los amigos o en una alternativa eficiente y eficaz para gestionar el sitio.
Gestión municipal
- ¿Qué opinión tiene de la gestión municipal que encabeza el alcalde Jorge Sharp en materia patrimonial y del cuidado de la ciudad? ¿Coincide el discurso del jefe comunal con las acciones en esta materia?
- No, yo creo que el discurso del alcalde está lejos de lo que en los hechos realiza. Yo siempre pensé que la municipalidad había tenido problemas en la administración, pero nunca pensé que íbamos a llegar a un nivel tan pésimo de gestión como el que hoy día hay. Las palabras son siempre muy floreadas, muy motivadoras, muy comprometidas, pero los hechos, los porfiados hechos, demuestran su desconocimiento y su falta de interés en el sitio. (…) Yo creo que hay una falta de compromiso que ha ido aumentando. Y pese a tener una oficina encargada de patrimonio, la verdad es que la oficina maneja poca información. Lo digo porque la he consultado. Una vez fui a obtener información del ascensor Lecheros y al final yo tenía más información del ascensor que la oficina. Entonces, te diré que ha sido mucho ruido y pocas nueces.
"No tenemos que olvidar que la decadencia puede conducir al peor enemigo del patrimonio, que es el abandono y la lenidad en la administración del sitio".
"Creo que es la herramienta que tenemos que usar. (…) Y si es que se llega a inscribir (en la lista en peligro), sin duda que tendrá efectos comunicacionales, políticos". "Yo siempre pensé que la municipalidad había tenido problemas en la administración, pero nunca pensé que íbamos a llegar a un nivel tan pésimo de gestión como el que hoy día hay".