EN LA VIÑA DEL SEÑOR El rinconcito de la consentida
POR GABRIELA CHOMER GABRIELA CHOMER
Me cuenta mi jefe que el otro día se le acercó en el evento de Piensa la Quena Martini, conductora del (R)evelando de Radio Portales, para decirle con orgullo que ya sabía quién era Gabriela Chomer, o sea, yo. Según la sagaz periodista, se trataba de una confabulación de medios pollos (La conjura de los necios, para citar a John Kennedy Toole), encabezada por el exgobernador Gianni Rivera, el exconcejal Jaime Varas y el exgobernador Gonzalo Le Dantec (ay, ese párrafo quedó pasado a ex y a baja frecuencia cardíaca).
Mi jefe le aclaró que eso no era así. Pero como la doña no daba su brazo a torcer, le inventó que también debía integrar al periodista Rodolfo Baier, sospechoso número uno de la plaza después de su arremetida por los palos en dos o tres rinconcitos consecutivos, revelando detalles que nadie más podría saber, salvo Eduardo Gandulfo, Máximo Clavería o algún fanático de la academia de modelos Gilmar.
A mí, la verdad, me tiene bien cansada esta tontera de que digan que no existo, que soy ellos o incluso un mero trastorno de personalidad de mi propio jefe, Carlos Vergara, a quien en esta región siempre le achacan todo lo que pasa o deja de pasar.
Hace poco me contó que lo llamó una señora desde el paso Los Libertadores un domingo, a las 10 de la noche, para increparlo por el taco de 15 horas en el cual estaba encerrada y que cómo era posible que El Mercurio de Valparaíso no hiciera nada.
Del ya famoso evento de la Fundación Piensa también volvió algo contrariado, por cuanto tuvo que recibir nuevas quejas, esta vez de Jorgito Martínez junior, quien junto a su minimí le alegaban por un editorial de hace dos meses en la cual se criticaba a René Lues; y de la mezzosoprano Cecilia Toledo, que cómo era posible que nadie la entrevistara después de su feliz nombramiento a cargo de la enésima fundación de Nicolás Ibáñez Scott en Valparaíso.
No es todo. En el foro de descentralización de la Universidad Católica de Valparaíso también se acercaron a apretarlo, esta vez los seremis de Economía, Salud, Desarrollo Social y otro par que se le escaparon porque nadie los conocía, en referencia a "la tal Gabriela Chomer" y los editoriales de domingo y otros de semana, porque como todos son muy expertos, bien distinguen cuándo las hace él y cuándo no. Cómo será de exagerada esta región que al presidente regional de un partido venido a menos le hicieron una "cena de desagravio" por el supuesto "bullying" que se la ha hecho en este espacio. No vamos a dar más señas, pero se trata de una tienda política al cual todos renuncian, que en la zona se quedó sin representantes en el Parlamento y del cual un exconcejal y candidato a alcalde de Valparaíso, hoy en Amarillos y de iniciales Marcelo Barraza, dijo desconfiar cuando lo querían someter a una primaria.
Finalmente, y hablando en serio, lo que más me da lástima es el asqueroso sesgo machista y la impresentable misoginia que campean en esta región.
Es decir, según ellos, yo no existo porque soy mujer. Ergo, tampoco puede ser una mujer quien escriba esto, dicen, y comienzan a inventar nombres y operaciones políticas de quinto enjuague. Ni siquiera se dan el tiempo de saber (basta con contar las firmas) que en El Mercurio de Valparaíso trabajamos muchísimas mujeres, como las talentosísimas Flor Arbulú, Pamela Boltei, Andrea Lagos o Katherine Escalona, solo por nombrar algunas. ¿Acaso no puedo ser una de ellas? ¿O quizás la mismísima Rosita Zamora, lo más cercano a Raquel Correa por estas yermas tierras, y que no ha ganado el Lenka Franulic solo porque Dios no existe? ¿Paola Passig, quien hoy es la jefa de comunicaciones del ministro de Agricultura? ¿María Fernanda García, hoy en la USM?
Pero no. Como siempre tienen que emporcarlo todo, ven a Carlos Vergara paseándose con su amigo Rafael Torres y comienzan las habladurías de que el director del Museo Baburizza es quien está detrás de Gabriela Chomer. ¿Tan ciegos son? ¿No se dan cuenta de los exquisitos guiños femeninos (e incluso algunos trans) que suelo colar en estas líneas? Así, mirándolo de afuera y con distancia, yo comenzaría a sospechar del que ustedes, de estructura mental tan pequeña y patriarcal, siguen llamando con toda seguridad "el sexo débil".
Acá van algunos nombres: la periodista Mikele Atucha, quien sabe todo lo que pasa, no pasa y casi pasa en la zona; la exgobernadora María de los Ángeles de la Paz, otra a quien puede culpársele de todo de forma casi gratuita. No descarten tampoco a la joven Samira Chahuán, exjefa de gabinete del exseremi de Salud, Francisco Álvarez, y hoy a cargo de la Fundación Pacto Social. O a la presidenta de la Cámara de Olmué, Luigina Pruzzo, recién titulada de periodista. Yo también veo que a Nataly Campusano le dan demasiado espacio en este diario. Es cosa de atar cabos para llegar a la conclusión de que puede ser ella. ¿Pepa Hoffmann? ¿Por qué no? Ahora tiene tiempo y, entre los paseos de su perro "Puntito", también podría perfectamente escribir algunas líneas. ¿Qué hay de Paz Anastasiadis? ¿Susanne Spichiger? ¿Guly Silva? ¿Graciela Astudillo, ahora que quiere ser delegada? ¿Jorge Sharp explotando su lado femenino? ¿La Zuliana Araya? ¿Alguna directora de la Muni de Viña tan conocedora de lo que pasa adentro? ¿Camila Flores? ¿Renato Rodríguez? ¿Gonzalo Ilabaca? ¿Macarena Carroza? ¿María Eugenia Garrido? ¿Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis? ¿No han pensado en Marcela Pastenes de la CRCP? ¿O en Marcela Küpfer, directora de La Estrella?
Y ahora que caigo, ¿no será (seré) la "Manam"? ¿Acaso Tello? ¿Quizás Janna Sakalha?
Ya. Mucho por hoy. Mejor me tomo mis 100 mg de sertralina y sigo con lo mío, que para inventar leseras están ustedes.