Cónclave oficialista en Playa Ancha
Al poco poder de fuego del gabinete regional se suma la ausencia de las dos mayores incomodidades locales para La Moneda. Se pidió remarcar los tres ejes de seguridad (pública, económica y social), contenidos en el Presupuesto 2023; y agilizar el "despliegue en los territorios", en el entendido de recoger las demandas ciudadanas de mayor urgencia.
Lastimosamente, el tan publicitado cónclave oficialista llevado a cabo ayer en la sede de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso en Playa Ancha concitó mayor atención por quienes no asistieron más que por los acuerdos y estrategias que se buscaba desarrollar en la cita, especie de "bajada regional" de la reunión que sostuvo el Presidente Gabriel Boric con sus ministros, los partidos y las bancadas del oficialismo el 7 de noviembre en Cerro Castillo.
En aquella ocasión los focos fueron dos: el primero, respecto de la gestión, mandó a poner énfasis en la mejora en la calidad de vida de la población y la seguridad, estableciendo una hoja de ruta que ponía en valor la reforma de pensiones, el proyecto de las 40 horas, la seguridad pública, el costo de la vida, y las seguridades sociales en salud, vivienda y educación. El segundo, en tanto, hacía referencia a la necesidad de unidad en tiempos de crisis, la tan comentada Alianza oficialista, que consiguiera cerrar las cada vez más evidentes grietas entre Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático, acrecentadas esta semana tras el homenaje al ex Presidente Patricio Aylwin en la explanada sur de La Moneda.
Para esta ocasión, el Ministerio del Interior pidió fijar los focos en los tres ejes de seguridad: pública, social y económica contenidos en el Presupuesto 2023; y agilizar el "despliegue en los territorios", en el entendido de recoger las demandas ciudadanas de mayor urgencia.
Volviendo a Playa Ancha, y después de su criticado viaje a Rapa Nui, la delegada presidencial Sofía González pareció anotarse un tanto con la investigación que llevó al OS9 y al Gope de Carab ineros a desmantelar una organización criminal que funcionaba en una biblioteca popular de Nueva Aurora y en el Puente Colmo ("grupo paramilitar", le llamó el comunicado oficial con exagerado entusiasmo), pero el combate no da tregua alguna. Los asaltos y crímenes se suceden con mayor frecuencia que nunca y la baja dotación policial en algunas zonas no contribuye mucho a controlar el flagelo que hoy está presente de cerro a mar.
En términos de seguridad social y económica, la creciente informalización del trabajo -ante la cual los alcaldes y alcaldesas optan por hacer vista gorda- desmedra aún más el panorama general en tiempos en los cuales el ministro de Hacienda, Mario Marcel, reconoce que la crisis "no es que vaya a venir, sino que ya está acá".
Complejo es intentar entender cómo un gabinete regional bastante limitado en su accionar (¿qué prerrogativas tiene, por ejemplo, el MOP o Transportes?) no consiga entusiasmar a Rodrigo Mundaca y a Jorge Sharp en la búsqueda de soluciones comunes. Es cierto. Ambos incomodan a La Moneda: el primero con sus pataletas y el segundo con su afán de lobo solitario. Pero nada concreto puede lograrse en esta Región sin la presencia y la opinión de ambos.
El resto son solo buenas intenciones.