"Siempre quise marcar un hito, distinguirme por algo"
Desde niña soñaba con ser detective y volar, y lo cumplió con creces. Por ahora se encuentra acumulando horas de vuelo y esperando su destinación, y se pone más desafíos en su camino.
"Yo siempre quise marcar un hito en la institución. Me propuse una meta, no sabía si la iba a poder cumplir, pero siempre quise distinguirme por algo. Justo se generó la ocasión y lo pude hacer", sostiene la inspectora Tamara San Martín Cortés, quien a los 28 años acaba de recibir su licencia de piloto de helicópteros, siendo la primera mujer en completar el curso en la Brigada Aeropolicial de la Policía de Investigaciones (PDI), y la segunda en la historia de la institución en manejar un avión.
Según cuenta desde niña -cuando jugaba "policías y ladrones" con su abuela- quería convertirse en detective. "No me veía en la universidad", reconoce, por lo que mientras cursaba cuarto medio postuló a la Escuela de Investigaciones, y ya en enero ingresó.
Pero había más, porque también soñaba con volar, ya fuese un avión o un helicóptero, aunque este último siempre "me interesó mucho más que el avión". Es así que tras "entrar a la institución, ésta abrió las postulaciones, pasamos una serie de etapas: entrevistas, pruebas de conocimiento y unos exámenes médicos; luego de eso quedamos seleccionados ocho, siendo yo la única mujer del grupo" para comenzar el curso como piloto de avión.
Esto porque "llegué a la unidad y nuestro jefe nos preguntó altiro qué queríamos, si helicóptero o avión. Y yo en definitiva dije, 'yo quiero helicóptero'. Me dijo 'mira, por norma institucional, todos los pilotos tienen que tener su base en avión y después ellos se perfeccionan'. Entonces sí o sí teníamos que hacer el curso de avión".
Lo que imaginaba y más
En diciembre del 2018 comenzó las clases, sin embargo, sacar la licencia fue un proceso un poco más largo de lo esperado tanto para ella como para sus compañeros. "Yo la saqué a fines del año pasado. Nos demoramos como dos años y medio aproximadamente, porque dentro de ese tiempo vino la pandemia, la pista estaba cerrada, entonces no podíamos volar", comenta la inspectora.
Durante ese periodo realizó trabajos administrativos en la Brigada Aeropolicial, viendo "procesos licitatorios para la compra de combustible, mantenimiento de helicóptero, avión, yo ayudaba en esos trabajos". Sin embargo, "momento que se podía, íbamos a volar. Pero, como éramos ocho alumnos para un avión, el curso se alargó un poco más, porque la vuelta era un poquito más larga", dice.
Luego de ello, junto a otros cuatro compañeros inició sus estudios de helicópteros. "Empezamos en abril con las clases teóricas y en agosto comenzamos a volar. Así que volé tres meses. Fue un proceso súper rápido". No sólo porque eran menos alumnos, sino también porque había cursos que ya conocían.
"De hecho -relata-, nosotros tenemos que rendir nueve pruebas en avión y para hacer el curso de helicóptero solo tuvimos que rendir tres de las nueve que nos exige la DGAC". Y explica que más que nada tenía que ver con "complementar la aerodinámica, que lógicamente es distinta del helicóptero al avión", pero que temas como "meteorología, fisiología, todo eso, son iguales en ambas carreras".
- Ahora que tiene la experiencia, ¿es lo que se imaginaba?
- La sensación de pilotar un helicóptero es increíble, es de otro nivel en comparación al avión. Yo no veía lo complejo que era mantener el helicóptero sin moverse, en estacionario, a una cierta altitud de la tierra, del cemento. No veía la complejidad y yo decía "oh, qué fácil tenerlo ahí". Pero ahora que estoy ahí, nada que ver, hay que ser muy seco. Ahora veo videos de pilotos de helicóptero que hacen maniobras y digo "no, ellos están a otro nivel".
Y detalla que este medio de transporte "es mucho más versátil, puede posarse en cualquier lugar, uno vuela más bajo, entonces tiene la perspectiva más cercana de estar volando y ver la naturaleza, tiene otra visión".
Ahora que se encuentra cumpliendo todos los sueños que tenía cuando era una niña, dice sentirse "muy contenta". Reconoce, además, que es "el chiche" de la Unidad, y que la tratan "con mucho cariño". "Siento el recibimiento, ninguna distinción entre que sea mujer o que me miren en menos, nada. Todos los chiquillos se portan súper bien", manifiesta la inspectora.
Por otra parte, dice sentirse "muy orgullosa de poder representar a todas las mujeres que quisieran también estar en este puesto", por el hecho de ser la primera piloto femenina de helicóptero de la PDI.
Seguir soñando
Hija única de una familia santiaguina, Tamara San Martín dice que sus padres siempre la han apoyado en todas sus decisiones, y están muy orgullosos de lo logrado. "Se les salió el corazón cuando les conté que había sacado la licencia y que iba a ser la primera mujer piloto de helicóptero. Estaban emocionados, me hicieron una fiesta sorpresa, estaban realmente emocionados", cuenta.
Y añade: "Es muy cercana a la relación que tengo con mis papás. Mi mamá siempre me da muy buenos consejos, entonces yo los tomo todos. Sé que tiene toda la experiencia del mundo y siempre va a querer lo mejor para mí, entonces le hago caso en todo lo que me dice". "Próximamente, quizás, me destinen a otra región. Entonces, también ahí siento un apoyo, porque dicen 'ya, vamos a viajar una vez al mes; vamos a ir a verte'", dice.
- ¿Cuándo van a salir las destinaciones?
- Todavía no está claro, porque tengo que juntar horas primero; y también están los otros chiquillos terminando su curso. Entonces después me imagino que van a dar las destinaciones.
- ¿Y a usted le gustaría ir en algún lugar en especial?
- No. Yo me quiero quedar acá en Santiago. Pero si manda la institución, hay que irse, pero yo quiero quedarme acá en Santiago.
Por el momento, la inspectora se encuentra haciendo sus "vuelos operativos. Son misiones cortitas, y siempre obviamente supervisada por alguien más antiguo al lado, pero ya por lo menos voy de segundo piloto". "Ahora se viene Plan Cannabis", comenta y por ello "tengo que afinar más las técnicas, puliéndome. Se hacen extracción de cargas colgantes de marihuana, es como la pega fundamental de nosotros. Entonces, en eso tengo que ir practicando, porque es una habilitación que me tienen que hacer".
Sus anhelos, sin embargo, no se acaban en pilotar un helicóptero. "Tengo que juntar horas también para lo que se viene, que sería sacar la comercial, instrumento, y a futuro ser instructor que ése también es uno de mis sueños", cierra la inspectora. 2
Flor Arbulú Aguilera
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