LA PELOTA NO SE MANCHA Carta a la FIFA
POR WINSTON POR WINSTON
Estimado Sr. Gianni Infantino,
Junto con saludar, le escribo para hacer algunas sugerencias que, de seguro, harán más atractiva la Copa Mundial de Fútbol. Lo hago en español porque sé que habla bien nuestro idioma (además de italiano, alemán, francés, inglés y árabe…). Soy de Chile y aunque cualquiera podría decir que no tengo derecho a comentar una fiesta a la que no fuimos invitados ni por secretaría, lo cierto es que esa lejanía nos ha permitido ver este evento sin la pasión y subjetividad de los que están compitiendo.
Yo sé que mejorar el mundial ha sido una preocupación constante de su gestión como presidente de la FIFA. De hecho, supe que vino al país con el fin de conseguir apoyo para un mundial cada dos años, y aunque todos le dijeron que la idea era fantástica, la verdad es que a nadie le gustó mucho el proyecto. Para que nos vaya conociendo, así somos los chilenos, "chaqueteros" ("voltagabbanna, camaleone, traditore…").
Vea no más lo que sucedió con Argentina en este mundial. Ya sea por Bielsa, Sampaoli o Pampita, todos decían apoyar a la albiceleste, pero cruzamos los dedos para que Australia le empatara al último minuto. También nos reímos de las lágrimas de Suárez y de la desgraciada eliminación del Ecuador de Byron.
Pero vamos al objeto de esta misiva. Se me ocurren varias cosas que le pueden ser útiles para enriquecer esta fiesta del deporte rey y que no me gustaría que se perdieran por falta de comunicación.
La primera entiendo que ya está en carpeta. Nadie puede clasificar o quedar eliminado por tarjetas amarillas. Es absurdo, en especial, porque los criterios de los árbitros varían. Algunos son más quisquillosos que otros y eso no puede determinar el futuro de un país. Sugerencias: los goles convertidos deben valer el doble de los recibidos. También se podrían considerar los tiros al arco o el ranking FIFA, para que sirva de algo (pero con respeto). Por último, una moneda al aire o un cachipún de once contra once, pero no las tarjetas.
Otra cuestión que molesta es el tema de la división de América en dos. No es justo que Costa Rica y Canadá se paseen en estos momentos por los malls de Qatar, mientras Perú y Chile observan el Mundial "comiendo lauchas". Hay que hacer una clasificatoria completa, todos en el mismo saco y ahí veremos cuánto pesan los cuates o los ticos. Les haría además un favor a los niños y los obligaría a conocer más allá de Brasil y Colombia. Imagino a Chile abriendo las clasificatorias en el Estadio Nacional contra Antigua y Barbuda o definiendo su paso al mundial de 2030 contras las Islas Turcas y Caicos. Acabemos con la Concacaf que más parece la marca de café instantáneo o chocolate en polvo, antes que una confederación de fútbol.
Además, cortémosla con la tonterita del VAR. Está bien que un software defina la posición de adelanto, pero no por una oreja. Apliquemos criterio. Una pierna, hasta un zapato, pero no un cuarto de sobaco. No desnaturalicemos el fútbol. Lo que ganamos con la inclusión de árbitras, lo perdimos por esta especie de oráculo divino que desnaturaliza los encuentros.
No me referiré a otras cosas que no dependen de usted, como esa tontera de obligarnos a hablar de Países Bajos en vez de Holanda, menos cuando el niño símbolo del equipo mide 1,98 metros. Y quizás tampoco es su culpa que para este mundial de Qatar no sepamos ni el himno ni el nombre del balón ni menos cómo se llama la mascota. Va a pasar este mundial y nos vamos a quedar sin referencias, nos falta un Naranjito, la pelota Tango y hasta el Waka Waka para recordarlo.
Por último, los chilenos no hablamos lento e Infantino no se pronuncia Sandy en español. Se trata de un chiste interno de un humorista boliviano muy querido y largo de explicar. Si me invita a la FIFA se lo podré contar con gusto. Quedo atento.
Saludos cordiales,
Winston