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(...) de que vienen de todos lados", explicó Vega.
"Emoción Grande"
Y son los mismos peregrinos quienes fundamentan las razones por las que acudieron al Santuario de Lo Vásquez, tras dos años sin poder hacerlo. Álvaro y Josué Barriga lo hicieron en bicicleta, para lo cual se prepararon durante mucho tiempo.
"Vengo aquí desde pequeño, mi padre con mi tío venían desde que ellos eran jóvenes y nosotros participamos porque ellos nos enseñaron de estas cosas, de venir a peregrinar", dijo Álvaro.
Josué, con 30 años yendo a la peregrinación, dijo tener una "emoción grande" al volver al Santuario, ya que "el año pasado y el antepasado estuvo cerrado afuera, entonces uno llegaba hasta ahí (la reja de acceso) y se devolvía, no había misas, no había nada. En cambio, ahora volvió todo a la normalidad, a lo que estábamos acostumbrados nosotros".
Muchos de los peregrinos agradecieron a la Virgen por protegerlos durante el tiempo más crudo de la pandemia, pero también pidieron otras cosas, como fue el caso de Antonio Figueroa. "(Le pido) salud y trabajo, también que Chile sea más unido, porque estamos pasando por varias cosas y todos no tenemos la facultad o el dinero", indicó.
Festividad con sentido
Christopher González llegó junto a toda su familia al Santuario, siguiendo una tradición desde su infancia. A su juicio, "como otros años, no se ve tanta gente, antiguamente se veía mucha gente y no se podía caminar acá, era mucho".
"Independiente de que no tenga una manda que cumplir, se viene todos los años para mantener una tradición con mi familia, abuelos, mamá, venimos todos juntos", agregó.
Valeria Rubio también acudió a Lo Vásquez junto a sus dos hijos. Ella, que ha visitado durante 10 años a la Virgen, consideró que "esto es bonito y emocionante. Uno se siente mal de no poder cumplir (con la manda) cuando tiene que hacerlo, y ahora, hoy en día, estamos todos contentos por esto, porque todos queríamos llegar acá" y planteó que quiere seguir con su promesa "hasta que se me acabe la vida".
Finalmente, Sandra y Luis González, junto a Marcela Briones, visitaron por primera vez el Santuario, acompañando a su madre a cumplir con su manda. Sin embargo, cuestionaron la presencia del comercio en los alrededores, estimando que se pierde el sentido original de la peregrinación.
"Debería ser peregrinación, pero sin comercio. Lo que a uno convoca acá es la Iglesia, a pagar su manda y establecer que el movimiento sea más rápido. El persa es una cosa de locos y la gente está al sol, la gente viene a rezar, pero el comercio le quita todo el sentido", señaló Luis González.
Por su parte, Sandra González recordó que, según los relatos de su madre, "esto no era así. Obviamente, por la situación que estamos pasando, la gente aprovecha de vender, generar un poco de lucas, pero se pierde el sentido".
"Es una fiesta de fe y devoción, de deseo de bien común y de ponernos todos bajo la protección de María".
Monseñor Alberto Herrera, Nuncio apostólico en Chile
"Independiente de que no tenga una manda que cumplir, se viene todos los años para mantener una tradición".
Christopher González, Peregrino
1,3 millones de personas acudieron al Santuario de Lo Vásquez, de acuerdo a la estimación de la Delegación Presidencial. Sin embargo, se proyecta una asistencia que bordea los 2 millones de peregrinos.
2020 y 2021 fueron los años en que no se pudo desarrollar la festividad religiosa en forma presencial, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de covid-19 que estaban vigentes en el país.
200 puestos de comercio logró vender el municipio de Casablanca, de un total de 300 que ofreció en el camino antiguo a Lo Vásquez. Sin embargo, en la práctica se veían más locales a lo largo de la Ruta 68.