Incendios forestales, sofocar e investigar
Los actuales siniestros en la Región y en el país advierten sobre los riegos que vienen en la próxima temporada de verano. Hay que entender que los incendios forestales no son únicamente un problema rural, sino que son una amenaza permanente, latente, a la población urbana.
A días del comienzo del verano se hace presente como alarmante advertencia una ola de incendios forestales que cubre gran parte del territorio nacional. Son decenas los fuegos fuera de control que no solo terminan con la vegetación, sino que también afectan viviendas, infraestructura crítica y vías de comunicación. Las llamas amenazan núcleos poblados, especialmente asentamientos marginales, tomas con viviendas de material ligero y generalmente con abundancia de vegetación reseca que arde con facilidad.
Hay que entender que los incendios forestales no son únicamente un problema rural, sino que son una amenaza permanente, latente, a la población urbana. En ese sentido, hay que insistir en el despeje del entorno habitado tanto de vegetación como de materiales combustibles que se acumulan en vertederos clandestinos. En el despeje vegetal y también en el control del desarrollo de esos vertederos hay responsabilidades ineludibles que deben ser asumidas.
Es una realidad que en el desarrollo de siniestros forestales hay factores que son incontrolables, como las altas temperaturas y los vientos, amenaza permanente en los sectores costeros de Valparaíso. Ambos elementos favorecen los siniestros forestales, pero también en su ocurrencia hay responsabilidades humanas que van desde el descuido hasta la intencionalidad, situaciones que deben ser investigadas y perseguidas.
En la lucha contra el fuego se han desplegado en las zonas afectadas 2.170 efectivos de Conaf, además de numerosos integrantes de cuerpos de Bomberos y personal de Carabineros. Estaban operando hasta ayer 14 aviones cisterna junto a 13 helicópteros con diversas capacidades para recoger y vaciar agua en las zonas amagadas. Parte de esos recursos han estado trabajando en la Región, donde se han presentado siniestros en sectores de Colmo, Peñuelas, Quintero, Quilpué y Viña del Mar. Grave es el caso de Jardín Botánico, que si bien no afectaba el sector del parque, se presenta como una amenaza para ese tradicional lugar que conserva valiosas especies y es una atracción turística importante.
Las llamas afectaron allí 100 hectáreas de pastizales y eucaliptus, situados en el área del parque que totaliza 305 hectáreas. Destruido por las llamas resultó el centro ceremonial mapuche Relmu Rayen Chod Lafken levantado en el sector.
En medio de esta ardiente situación es gravísimo lo ocurrido en Quilpué, donde desconocidos lanzaron fuegos artificiales en un recinto deportivo, causando lesiones a algunos asistentes. La pirotecnia, de uso general prohibido, es un detonante perfecto para desatar fuego forestal.
Este caso en particular, al igual que otros, exige una investigación a fondo y así como hay recursos en la lucha contra el fuego, también deben destinarse recursos humanos y materiales especializados para la indagación de estas situaciones y lograr finalmente que "los que resulten responsables" no sea solo una letanía.