Correo
Paridad
No comparto lo establecido en el Acuerdo por Chile sobre la paridad de género: "El Consejo Constitucional se integrará bajo el principio de paridad de entrada y de salida". A mi juicio, y considerando que la inteligencia y las capacidades de las personas son independientes del sexo, la paridad de entrada en la definición de candidaturas es absurda y lo es, más aún, la paridad de salida, pues con ello se vulneran la garantía constitucional de igualdad ante la ley (artículos 15 y 19 2° CPR) y la voluntad ciudadana al "meter la mano en la urna" y torcer los resultados, con lo que algunos candidatos resultan elegidos gracias a su género y no a su mérito o talento.
Se ha llegado al extremo de pretender imponer esta paridad forzada no solo en los órganos de representación popular, sino que en la composición del Poder Judicial y en otros ámbitos de la actividad social, incluso en directorios de sociedades anónimas y en la adjudicación de becas de doctorado.
Adolfo Paúl Latorre
Desafío previsional
Siempre es importante ver el contexto histórico del país a la hora de analizar las reformas previsionales importantes. Cuando se crea el sistema de capitalización individual en 1980, Chile era un país pobre, en la profundidad del subdesarrollo, con un 50% de la población en la pobreza, por lo que el nuevo sistema privado de pensiones era el punto de partida y motor para el nuevo Chile, que llegó a bajar la pobreza a un 8%.
Hoy seguimos con grandes desafíos, en particular el déficit habitacional que se incrementa día a día y que llega al millón de viviendas, 640.000 de ellas en déficit directo y otras 400.000 para arrendatarios en condición de fragilidad habitacional o con problemas para pagar sus arriendos.
La reforma previsional debe fortalecer la capitalización individual, y con ello inversiones en renta fija a largo plazo que permitieron hasta hace poco tasas hipotecarias del 2%, y permitir que los mismos fondos previsionales puedan usarse como pie habitacional, incentivando la cotización y el sueño de la casa propia.
Eduardo Jerez Sanhueza
Ley Fintech
Hace algunas semanas se aprobó la Ley Fintech, una muy buena noticia, necesaria para el desarrollo económico del país, beneficiosa para las personas y para el mercado financiero nacional, pues regula una industria estratégicamente creciente y relevante, como son las finanzas tecnológicas. Una ley que desde FinteChile promovemos hace cinco años y que recibimos con alegría, ya que comprendemos los grandes beneficios que traerá en materia de inclusión financiera, competencia e innovación.
Los números hablan por sí mismos. Según datos de FinteChile, con la llegada de este marco regulatorio no solo crecerá la inversión, que se espera llegue a los US$400 millones anuales en la industria, sino que también se proyecta un rápido crecimiento de las startups fintech: el mercado de las empresas de finanzas tecnológicas podría alcanzar las 400 empresas operativas en el país, 24 meses después de ser promulgada esta ley.
Estas positivas proyecciones de inversión y crecimiento se vuelven fundamentales en el contexto económico que enfrenta Chile. Las fintech han demostrado ser un importante apoyo y promotor de financiamiento a pymes y emprendimientos, algo que será central este 2023. Por lo mismo, como gremio, estamos expectantes a su pronta promulgación y posterior puesta en marcha, pues sabemos que marcará un antes y después en la economía nacional.
María Ignacia Jofré Vicepresidenta de FinteChile
Historia alterada
Hace 44 años, el capitán de corbeta Infantería de Marina Sr. Ary Acuña Figueroa confiaba en las ingeniosas iniciativas que, con sacrificados infantes bajo su mando y durante varios meses en gélidos escenarios, habían diseñado y construido para asegurar la defensa e impedir el desembarco argentino en las denominadas "Islas del Martillo Austral" (Picton, Nueva y Lenox).
Hace unos días lo visitamos para entregarle un presente de Navidad en su condición de interno en Punta Peuco y a sus 90 años de edad. No interesan los cargos que originan su pérdida de libertad, porque lo que se diga no se creerá; la historia sin pruebas jurídicas ya está alterada. Pero de su persona no oímos nada que tuviera aroma a rencor o lamento. El almirante, que por sus méritos alcanzó el alto cargo de comandante general de la Infantería de Marina y que estuvo dispuesto a defender al país en 1978, termina su vida sin libertad por ser un peligro para la sociedad. Pasó a una condición de símbolo en prisión y patriota desechable. Hoy, a nadie le interesa esa vida.
Óscar Manzano Soko
Fiscal nacional
El nombramiento del fiscal nacional, de acuerdo con la respectiva ley vigente, exige respetar la participación de la Corte Suprema, el Presidente de la República y el Senado. Un orden democrático en el que ninguno de estos poderes del Estado puede resolver y tomar decisiones finales por sí ni ante sí, que precisa un análisis profundo y compartido de los antecedentes y propósitos de los postulantes, para evitar sorpresas y desconciertos en el cometido del cargo.
No deberían tener cabida, entonces, las conocidas e ingratas tácticas tendientes a ideologizar el nombramiento de autoridades, dejando de lado el bien común, que es el propósito más relevante en el logro del progreso, la justicia y la equidad. Dichas acciones, muy utilizadas en política, implican un discurso perverso que solo lleva agua al molino de los interesados, desatendiendo el bien superior del país y olvidándose de las necesidades urgentes de las personas
Si están en la oposición encuentran argumentos y declaran que las propuestas del Gobierno, con las que no coinciden, son inadecuadas, enrarecidas o francamente ruines. Si están en el Gobierno argumentan que sus propuestas son las únicas que resolverán los problemas y que la oposición es egoísta e injusta y su accionar tensiona al país de forma inaceptable, por lo que se debe cambiar la ley.
Una actitud política reiterada y aplaudida por quienes la utilizan y por sus simpatizantes, pero que ha probado ser en el mundo el mayor impedimento para alcanzar el desarrollo social y económico de los países y el progreso y felicidad de las personas que los habitan, confiando en la democracia y en la austeridad de los representantes electos.
Jaime Salazar Rojas