El irregular y poco alegre escenario de Wanderers y Everton durante este 2022
Mientras los oro y cielo dejaron escapar la opción de clasificar a la Sudamericana, los caturros deberán continuar con la incertidumbre de jugar en Primera B por un año más.
Sensaciones de amargura definen lo que fue el 2022 de los dos equipos de fútbol más grandes de la Quinta Región, los cuales no lograron cumplir con los objetivos anuales y los anhelos de ambas aficiones. Mientras que por el lado de Everton las aspiraciones de clasificar a competiciones internacionales se vieron esfumadas en la última fecha del torneo nacional, Santiago Wanderers no pudo consolidarse en Primera B, viéndose impedido incluso de hacerse con un cupo en la liguilla por el ascenso.
Francisco Meneghini llegó a principios de este año al Sausalito con dos objetivos claros: hacer una buena presentación en la Copa Sudamericana y terminar entre los ocho primeros del torneo nacional al mando de Everton. Para aquello, la dirigencia decidió contar con refuerzos de renombre dentro del plantel, como Lucas di Yorio, Fernando de Paul, Ismael Sosa y Adrián Sánchez. Sin embargo, el panorama dentro del equipo comenzó a complicarse con el pasar de los meses.
A pesar de que los oro y cielo lograron ser uno de los equipos que menos goles recibió durante la primera rueda del certamen nacional, la falta de triunfos, la delicada lesión que sufrió su capitán, Juan Cuevas, y las tempranas eliminaciones en Copa Chile y Copa Sudamericana, comenzaron a inquietar los ánimos en Viña del Mar, culminando el primer semestre en una incómoda séptima posición.
Posteriormente, tras la sorpresiva salida del goleador Luca di Yorio de cara a la segunda rueda, arribaron al plantel nombres que fueron fundamentales para el repunte de la escuadra viñamarina, como fue el caso de Bryan Carvallo y Sebastián Sosa. Las goleadas ante Deportes La Serena y Curicó Unido, ambas por 4 a 0, además del gran rendimiento que comenzó a demostrar el equipo oro y cielo jugando de visitante, acrecentaron las posibilidades de alcanzar la clasificación a Copa Sudamericana e, incluso, Libertadores, pero todo se volcó en el último tramo del campeonato.
A falta de dos fechas, Everton dependía de sí mismo para terminar entre los ocho primeros del campeonato. Sin embargo, el agónico empate ante Cobresal en el Sausalito y la dolorosa derrota por 2 a 0 frente a manos de O'Higgins en el Teniente de Rancagua, sepultaron los anhelos del plantel liderado por Meneghini, quien, a pesar de todo, consiguió que los viñamarinos fueran el segundo equipo menos batido y el segundo con menos derrotas en el campeonato, siendo motivo suficiente para seguir en la banca oro y cielo por un año más. Ahora, los viñamarinos enfrentarán la próxima temporada con la presión de hacer valer la promesa que realizó Pedro Cedillo, presidente del club, hace algunos años, cuando afirmó que "con Everton en 2023 apostamos a ser el cuarto grande".
Por otro lado, el panorama de Santiago Wanderers fue una montaña rusa con muchos más gritos de rabia y angustia que de alegría. Luego de haber cerrado una de las peores campañas de su historia jugando en primera división durante el 2021, además de diversos conflictos internos y dirigenciales que condicionaron la salida de una parte importante de jugadores del plantel, los caturros comenzaron la temporada en Primera B con una serie de tropiezos y malos resultados, lo cual le costó la salida a Jorge Garcés de la banca wanderina, quien no conoció de victorias a lo largo de su gestión en Playa Ancha.
Tras esto, con la llegada del nuevo estratega, Miguel Ponce, el cuadro porteño logró mejorar en su estilo de juego y subir los rendimientos individuales, pero el escenario continuaba siendo cuesta arriba. El bajo desempeño de varios refuerzos extranjeros, como fue el caso de Enzo Rescaldani y Damián Arce, además de la falta de gol y los malos resultados jugando en el Estadio Elías Figueroa, recinto donde solamente consiguieron dos victorias en la primera rueda, provocaron que Santiago Wanderers culminara la mitad de temporada en la decimotercera posición de la tabla general, a pocos puntos de la zona de descenso a Segunda División.
Ante ese negro panorama, la contratación del histórico goleador, Carlos Muñoz, y el repunte en el rendimiento de jóvenes promesas del plantel, como Paolo Guajardo, Matías Plaza y Lucas Cepeda, le entregaron un segundo aire a los porteños, quienes lograron alcanzar la séptima posición en el tramo final del campeonato y a su vez acumular diez partidos sin conocer de derrotas. No obstante, todo se derrumbó en las instancias finales. La imposibilidad de utilizar la localía en el Elías Figueroa en duelos claves y la gran cantidad de empates que acumuló el cuadro porteño, hicieron que los dirigidos por el "Chueco" llegaran sin chances matemáticas de clasificar a la liguilla por el ascenso en su último partido, lo cual condicionó la inminente salida de Miguel Ponce .
"Decir fracaso es dejar a los futbolistas en mala posición y no quiero hacer eso. Simplemente hubo mejores equipos que nosotros y eso queda reflejado en la tabla" lamentaba el presidente del club wanderino, Reinaldo Sánchez, tras no conseguir el objetivo del ascenso, pero asegurando que "hemos estado observando muchos partidos y el próximo año queremos traer a los mejores jugadores de la división". Ahora, con el charrúa, Francisco Palladino al mando de los porteños, además de la incorporación de seis jugadores con pasos en Primera División y Primera B, Wanderers luchará por conseguir su retorno a la división de honor. 2
los caturros no estuvieron a la altura en primera b
Pablo Labrín Suárez
deportes@mercuriovalpo.cl
evertOn dejó escapar sus opciones internacionales al final