Urgencias que marcan llegada del nuevo año
Con la seguridad como materia prioritaria, también están los temas relativos al déficit en prestaciones de salud y crisis en la vivienda. Una de las carencias regionales que debe ser abordada es la sequía, con proyecciones sociales, económicas y sanitarias. Pesan en esa materia factores climáticos y ambientales.
La llegada del nuevo año aparece marcada por urgencias que deben ser abordadas más allá de posiciones ideológicas, pues son materias de interés general que no se pueden dejar de lado.
La seguridad se sitúa en un primer lugar, materia que toca todos los ámbitos, batalla que se da en muchos frentes. La vida diaria de las personas, la educación, los emprendimientos de toda categoría. Hay reticencias sobre la materia, ante el trabajo de las policías, del Ministerio Público y de los tribunales y, a la vez, pésimas señales desde el oficialismo cuando un indulto libera a un grupo de violentistas. Un compromiso "personal" del Presidente de la República Gabriel Boric que lesiona gravemente el interés público al legitimar las vulneraciones de la ley.
Otra urgencia toca a la vivienda cuando hay un alto déficit habitacional y una proliferación de asentamientos ilegales donde no se dan condiciones dignas para sus moradores y, en muchos casos, quedan expuestos a graves amenazas como es el caso del reciente incendio de Viña del Mar. El siniestro afectó tanto a asentamientos irregulares como a sectores habitacionales formales. Tarea urgente es abordar la reconstrucción con un criterio preventivo de nuevas contingencias.
Otra urgencia que toca directamente a la vida está en materia de salud. Insuficiencias, tardanza en las prestaciones y elevados costos. Las listas de espera son un estigma que marca a los servicios sanitarios públicos.
En economía encontramos varias urgencias y, entre ellas, la que alerta sobre la creciente inflación que es como una irrefrenable marea que sube y sube y ahoga a los sectores de menores ingresos que se ven agobiados por el endeudamiento y por la caída de su poder adquisitivo. El capítulo económico también toca al empleo en que gana la informalidad con todas sus externalidades negativas.
La Región de Valparaíso no escapa a las urgencias señaladas, pero muestra otras particularmente graves y que requieren atención.
Una de ellas es la sequía, con proyecciones sociales, económicas y sanitarias. Pesan en esa materia factores climáticos y ambientales y otros referidos al manejo y a la producción del escaso recurso hídrico.
Cuestión de interés general es el transporte público, insuficiente para la demanda y de mala calidad con larga postergación en el proceso de una licitación para avanzar en modernización y seguridad. Tareas pendientes en medio de proyectos y promesas son la extensión del Metro Regional a La Calera y la recuperación de servicio ferroviario entre Valparaíso y Santiago.