"Ninguno de estos nuevos alcaldes pudo concretar las consignas presentadas para alcanzar el poder"
Muy cercana a las ideas del Partido Socialista, con su análisis la politóloga Javiera Arce, estudiante del Doctorado en Ciencia Política de la University College London, del Reino Unido, demuestra que, más allá de formar una alianza de Gobierno, todavía no se ha dado una reconciliación en buenos términos entre la ex Concertación y el Frente Amplio. La crítica permanente hacia los treinta años y la agresividad opositora frenteamplista dejó, a su juicio, un daño del que, probablemente, ni el Socialismo Democrático ni el conjunto de la institucionalidad se repondrán fácilmente.
Cuando fueron oposición el Frente Amplio (FA) y el propio Boric, explica Arce, desarrollaron un estilo de política moral que generó unas expectativas altísimas a las que hoy día, en los distintos espacios de poder que gestionan, no han sabido responder. Consignas aparentemente vanguardistas que llevaron al ganar, por ejemplo, Sharp y al resto de los alcaldes frenteamplistas de nuestra región, quienes, según la analista, no han sido capaces de concretar ninguna de sus promesas.
- Vivió mucho tiempo en la Región de Valparaíso antes de partir a Londres para realizar su doctorado y, precisamente, este es un territorio con una fuerte presencia del FA en los gobiernos locales. Sin embargo, toda esa fuerza no se convirtió ni siquiera en un triunfo regional del Apruebo en el plebiscito. ¿Cómo se explica ese fenómeno?
- Me acuerdo que me fui de Valparaíso a Londres dejando atrás un país que estaba muy efervescente, con una izquierda que tenía mucho ánimo y esperanza de que se iba a ganar el plebiscito. Creían poco menos que estaban construyendo un Chile nuevo, tanto en la Convención como con todos estos alcaldes que salieron del estallido social, por ejemplo, Macarena Ripamonti o Valeria Melipillán. Había ganado Boric también, y Rodrigo Mundaca arrasó en la elección de gobernadores. Pero yo no me olvido que la Región de Valparaíso tiene un componente conservador súper fuerte y que, a la vez, ninguno de estos alcaldes progresistas hizo algo concreto por la región y por sus municipios.
- ¿La ciudadanía, al ver que su calidad de vida no mejoró con estos nuevos alcaldes, se expresó contra ellos?
- Hay que pensar que Sharp tiene la ciudad de Valparaíso destruida. Lo digo como vecina de Valparaíso. El otro día fui y el plan es deprimente. Una ciudad que está muy a maltraer, que no fue capaz de normalizarse después del estallido. Es cierto que desde hace varias gestiones que la comuna está abandonada, pero todos pensábamos que Sharp iba a diferenciarse y la verdad es que hasta ahora no ha mostrado ningún resultado. Lo mismo en la Municipalidad de Viña con lo del incendio.
- ¿Hubo incapacidad del municipio de Viña del Mar en anticiparse a una tragedia como la que se vivió en Forestal?
- Hay una cuestión evidente, por la cual cayó Jorge Castro en Valparaíso en algún momento, que tiene que ver con el tema de la limpieza de quebradas. Yo me pregunto por qué Ripamonti no se adelantó a la posibilidad de los incendios forestales, muy comunes en esta región, ni hizo nada con la limpieza de quebradas si, se supone, su gestión es tan vanguardista.
- ¿Vanguardista?
- Hay una quimera que se presenta como una especie de consigna para alcanzar el poder, pero que llevada a la realidad ninguno de estos nuevos alcaldes la ha podido concretar. Todos son muy vanguardistas desde lo discursivo, pero poco concretos desde las políticas públicas.
- El Frente Amplio fue muy combativo con las administraciones anteriores y en general con los 30 años. ¿Cree que generaron una expectativa alta y ahora no saben cómo enfrentarla?
- Efectivamente, y creo que en el caso de Sharp pasa una cuestión bien crítica que también le está pasando a Macarena Ripamonti. Entraron a gobernar después de mucha corrupción, malversación, malas prácticas, para terminar dándose cuenta que existen límites que no pueden transgredir y se ven obligados, de golpe, a aterrizar a la realidad. Yo vengo del área institucional, conozco perfectamente sus limitaciones y por eso lo digo. Siempre es necesario ponerse en el caso de que se tiene que trabajar dentro de los márgenes institucionales y con eso hay que tratar de avanzar.
- ¿Cree que, en algún momento, podrán enfrentar esas limitaciones institucionales y avanzar?
- En el caso de los gobiernos locales se prometió mucho, se hicieron campañas muy vistosas en torno a desechar todo lo anterior para situarse como una nueva alternativa, pero chocaron con la realidad. Hasta ahora lo único claro es que están paralizados sin saber qué hacer para avanzar y es tanta la precariedad que, al final del día, tampoco parece posible, en esta política excesivamente realista, avanzar con lo que hay.
Promesas incumplidas
-¿Hay una correlación entre las administraciones comunales del Frente Amplio y los problemas que ha debido enfrentar el Gobierno del Presidente Boric?
- Una de las cuestiones más complejas es que se prometieron muchos cambios profundos. Y dijeron poco menos que esta nueva generación lo iba a cambiar todo, porque los que estuvieron antes hicieron todo mal, cuando en realidad no tenían ni la experiencia, y lo que es más grave aún, ni el conocimiento de todas las cosas que prometían y que terminaron chocando con los límites del marco institucional. Si Giorgio Jackson dijo en julio del año pasado que este gobierno comenzaría recién con el triunfo del Apruebo, es porque desconocían completamente la institucionalidad anterior y la única forma que tenían de articular su mandato era sobre la esperanza de la reconstrucción constitucional. Nunca se imaginaron ni se pusieron en el caso de que el Rechazo iba a ganar.
- ¿Qué consecuencias deja esa oposición virtuosa que, en el Gobierno, termina chocando con la realidad?
- Cuando haces política desde lo moral, que es como hizo política Boric toda su vida, te ocurren estos problemas. Repetir constantemente que ellos eran limpios y los demás todos corruptos los llevó a estar como están hoy. Junto a eso, su moralización constante de la política dejó como consecuencia el desprestigio completo del sistema. Yo no sé si los partidos de la ex Concertación, independiente de que ahora estén sosteniendo al Gobierno, van a poder salvarse del daño que les hizo el Frente Amplio.
Conexión con la gente
- ¿Puede el nuevo proceso constituyente, que cuenta con el consenso de la mayoría de los partidos, devolverle estabilidad y legitimidad al sistema político?
- Creo que a la ciudadanía no le interesa esta conversación de élites y, así, se corre el riesgo de que rechace cualquier propuesta constitucional que se le presente. Este nuevo proceso no tiene ninguna conexión con lo que quiere la ciudadanía. Además, se quedaron fuera del acuerdo los dos partidos más grandes, el PDG y el Partido Republicano. Yo creo que esto es más que nada un acuerdo de gobernabilidad para que el Gobierno de Gabriel Boric pueda terminar, pero de ahí a que este acuerdo tenga un vínculo real con la sociedad, estamos lejos de eso.
- ¿Reconoce gestos en el Gobierno que, más allá del proceso constitucional, busquen responder a las demandas ciudadanas más urgentes?
- Creo que sí se han visto un par de acciones concretas que dan cuenta de un aprendizaje. Por ejemplo, haber sacado a Izkia Siches de Interior y a Giorgio Jackson de la Segpres fue fundamental porque le permitió al Presidente destrabar ciertos acuerdos y hacerse cargo de temas tan importantes como la economía o la seguridad pública. Sobre este último tema, prioritario para la ciudadanía, creo que ha habido acciones interesantes, no obstante, deberán verse reflejadas en resultados concretos, ahora ya, o si no, no tendrán sentido.
"Ya no sé si los partidos de la exConcertación, independiente de que ahora estén sosteniendo al Gobierno, van a poder salvarse del daño que les hizo el Frente Amplio".
"Me pregunto por qué Ripamonti no se adelantó a la posibilidad de los incendios forestales, muy comunes en esta región, ni hizo nada con la limpieza de quebradas si, se supone, su gestión es tan vanguardista".