Las expectativas tras el devastador incendio
Se espera que la recuperación supere la pasada precariedad y entregue seguridad a pobladores afectados. En todo el proceso de "remirada" que anuncia la subsecretaria de Vivienda y Urbanismo es fundamental considerar hasta qué punto todos los terrenos afectados son utilizables.
La subsecretaria de Vivienda y Urbanismo, Tatiana Rojas, antropóloga, informa que se ha logrado exitosamente reunir toda la información sobre los damnificados en el incendio que afectó la parte alta de Viña del Mar el 22 de diciembre pasado.
Con esa información en la mano se procederá a la reconstrucción, tarea que está a su cargo como coordinadora, y para ello se dan dos situaciones. Están los damnificados cuyas viviendas afectadas se emplazaban en terrenos propios, legamente regularizados y, por otro lado, están quienes se habían ubicado en tomas. En este último caso, esas ocupaciones irregulares se sitúan en espacios de alto riesgo no solo por incendios, sino que también por derrumbes en caso de periodos lluviosos.
De sus declaraciones fluye la idea mejorar las condiciones de esos terrenos peligrosos. En entrevista con este Diario, afirma que "estamos poniendo harto énfasis en remirar la normativa, en hacer estudios en los terrenos y en el suelo para poder generar medidas de mitigación que nos puedan permitir construir con mayor seguridad en esos terrenos que se vieron afectados por este incendio". Agrega la antropóloga que "no vamos a solo reconstruir viviendas, sino que también vamos a remirar el terreno para dar mayor seguridad y poder evitar nuevos desastres". Ese punto es importante, pues la seguridad implica buenos accesos para vehículos y también iluminación.
En todo este proceso de "remirada" es fundamental considerar hasta qué punto todos los terrenos afectados son utilizables. Lo pueden ser todos, pero ¿a qué costo y en qué plazo? Es cierto que en muchos casos hay presiones de los actuales ocupantes ilegales que han invertido en levantar viviendas ahora desaparecidas. Satisfacer esas demandas puede resultar un incentivo a nuevas tomas en espacios peligrosos, con riesgo para los ocupantes, generando nuevos problemas en casos de emergencia con costos humanos y materiales.
Por otro lado, es importante avanzar en definiciones sobre recuperación de viviendas y espacios públicos. El verano pasa rápido y las condiciones climáticas de la zona costera comienzan a ser frescas y húmedas.
La tarea actual, afirma la funcionaria, es la recuperación de algunos servicios básicos y la habilitación de las viviendas de emergencia. Se trabaja, además, en la planificación de las viviendas definitivas. "Lo que yo he comprometido -afirma- son los 15 días para tener las alternativas y esperaría que en el plazo cercano a seis meses podamos tener una vivienda para poder decir que partimos y que estas son las alternativas y las ofertas que tenemos para las familias".
El tema de la vivienda definitiva es el más complejo, pues hay muchas expectativas. La recuperación debe superar la precariedad y debe garantizar la seguridad en el emplazamiento y es ahí donde entran las consideraciones sobre la calidad de los terrenos, materia en la cual deben primar criterios técnicos.