El verano más largo del mundo
Estirar la temporada estival es mucho más que una declaración de buena voluntad. Acá se deben exigir recursos y mayor seguridad. ¿Alcanzará todo esto para que el verano "dure" hasta Semana Santa? Deben haber transferencias directas a los afectados y medidas serias de seguridad para la grandilocuente "extensión del verano". El resto es verso.
Con toda certeza, tardaremos bastante tiempo en calibrar el grave problema suscitado por la suspensión del espectáculo de fuegos artificiales de Año Nuevo en Valparaíso y Viña del Mar, causado por una mezcla de irresponsabilidades que redundaron en la negativa de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), dependiente del Ejército, a autorizar el uso de los elementos pirotécnicos almacenados -por culpa de la pandemia- durante más meses de lo recomendable en una bodega de Melipilla. ¿Responsabilidades? ¿Autocrítica? Cero.
Hoy, en una actitud que es necesario resaltar, las autoridades y los gremios emplazan al Gobierno para resolver de alguna forma el perjuicio económico causado a la Región de Valparaíso y a sus dos mayores comunas por la cancelación de reservas hoteleras y la consecuente pérdida de oportunidades comerciales para la gastronomía y el turismo. Básicamente, y en una mesa integrada por los propios gremios, los alcaldes, el gobernador regional y el ministro de Economía, se dispuso la "extensión" del verano hasta la Semana Santa por medio de diversas actividades y atractivos que permitan generar un flujo de visitantes mayor al que estamos habituados después del verano.
Para ello, Viña del Mar lleva la delantera con la organización de eventos como el Festival de Viña del Mar, el ATP del Club de la Unión liderado por el extenista Hans Gildemeister, o la fecha única en Chile programada por la popular banda noventera Back Street Boys. Valparaíso, por su parte, intenta dar forma a alguna clase de oferta cultural que colabore en esta misión, y el gobernador Mundaca ha puesto a disposición de ambas comunas a la Corporación Regional de Turismo de Valparaíso, encabezada por el incansable Francisco Godoy.
En términos de seguridad, Interior -en el lanzamiento del Plan Verano Seguro, realizado ¡en Macul!- informó que reforzará la Región con 178 carabineros para esta temporada estival, la Gobernación entregó nuevos patrulleros y el alcalde Jorge Sharp colaboró con siete vehículos para su flamante seguridad ciudadana. Asimismo, se incrementó el número de casetas de atención en el Paso de Los Libertadores para evitar las largas esperas que hoy indignan a los turistas procedentes de Argentina.
Ahora, ¿qué pasa con el comercio ilegal desbordado en las calles de Viña y Valparaíso? ¿Qué fue del plan de la delegada?
¿Alcanzará todo esto para que el verano "dure" hasta Semana Santa? Buena pregunta. Pero quizás lo que acá falta, como bien dicen los gremios, es algo más que mera buena voluntad por parte del Gobierno. No es ningún misterio que el "manoseo" de los fuegos de Año Nuevo tuvo un componente importante de no resolución por parte del Ejecutivo ("Piñera lo hubiera hecho mejor", dijo Sharp). Es hora de que La Moneda entienda que mandar al ministro Grau a dar apoyo moral sin dinero no es una apuesta aceptable. Deben haber transferencias directas a los afectados y medidas serias de seguridad para la grandilocuente "extensión del verano".
El resto es verso, como la mismísima policía del turismo.