Impacto del rodoviario y la gestión municipal
No solo se debe considerar la operación del terminal de buses viñamarino, sino que su presencia en un sector de intenso movimiento. Otro punto pendiente es la capacidad del lugar para atender la creciente demanda de viajeros y, consecuentemente, de máquinas.
Justo con el comienzo del año la Municipalidad de Viña del Mar asumió la administración del rodoviario, el terminal de buses de la ciudad que durante 18 años había estado a cargo de empresarios privados. La nueva administración considera mejoras en materia de seguridad, aseo, información a los visitantes y control del movimiento de los buses mediante software.
Además, se ha entregado en concesión el servicio del estacionamiento subterráneo, custodia, baños y duchas.
El tema de la seguridad es fundamental dado que el lugar registra gran movimiento de público, oportunidad para la siempre alerta delincuencia. Ese aspecto ya registra una nota roja, pues una pareja de visitantes franceses fue víctima de un robo cuando se encontraba a bordo de un bus detenido en el terminal. Subió un delincuente y sustrajo a los turistas un notebook, pasaportes, dinero en efectivo y tarjetas bancarias.
Grave cuestión de seguridad que junto con dañar a dos extranjeros daña el prestigio de la ciudad en general. La seguridad, en crisis en muchos sectores del país, tiene puntos clave, como son aquellos donde hay mayor concentración de personas y allí es donde se debe poner el foco. En este caso hay ahí una responsabilidad concreta de la Municipalidad con su sistema de vigilancia privada y también de las policías que deben acentuar su presencia en lugares como el terminal de buses que tienen la condición de espacio público, tal ocurre con plazas y calles.
Sobre la materia general del terminal de buses de Viña del Mar se debe tener en cuenta que es el lugar más importante de llegada o salida del transporte público de la ciudad, ello al no existir estación ni servicio ferroviario que comunique a la comuna con el resto del país.
Así en el rodoviario recae un movimiento de viajeros que se multiplica en la temporada de verano, situación que exige de su administración una gestión acorde a la importancia del recinto convertido en "puerta de entrada" de la comuna y donde el episodio de los turistas franceses es una mancha difícil de borrar.
Pero hay otro punto pendiente. La capacidad del lugar para atender la creciente demanda de viajeros y, consecuentemente, de máquinas. Hay una cuestión relativa a los accesos y al impacto que el movimiento de los grandes buses interregionales significa.
Considerando lo anterior se debe mirar todo el barrio, donde está el Mercado Municipal, que pide a gritos renovación y una mejor utilización, y el funcionamiento dos días a la semana de la feria de los camiones, que genera intenso movimiento de vehículos y público.
Así, el tema del terminal de buses y su gestión, obligan a considerar todo el sector que, además es un importante polo comercial y habitacional sometido a cargas de tránsito que es necesario estudiar a fondo para su racionalización en beneficio de los usuarios, visitantes y residentes.