Reconstrucción ante la amenaza invernal
La atención a los damnificados del incendio de Viña del Mar exige considerar el inexorable avance del calendario y los cambios climáticos. Se debe abordar el tipo de daño registrado en cada vivienda y la destrucción del mobiliario por el fuego. Hay montos importantes en inversiones de equipamientos hogareño.
El catastro final tras el devastador incendio que en diciembre pasado afectó al sector alto de Viña del Mar llega a 280 viviendas dañadas. Las condiciones de esas viviendas son muy diferentes en cuanto a propiedad del terreno, pues existen algunas emplazadas en predios regularizados inscritos en el Conservador de Bienes Raíces y otras en situación de precariedad, incluyendo 49 situadas en campamentos.
De acuerdo a lo establecido por el Servicio de la Vivienda y Urbanismo (Serviu) y la Secretaría Comunal de Planificación de Viña del Mar (Secpla) 135 propietarios podrían acceder a una solución inmediata a través de mecanismos existentes.
El resto son situaciones complejas, especialmente en el caso de 49 viviendas situadas en campamentos. En ese caso se deben considerar relocalizaciones y abordar el problema de las condiciones de los terrenos ocupados, expuestos a riesgos que van desde derrumbes en casos de mal tiempo hasta nuevos incendios. Está también el tema de los elevados costos de urbanización en el caso de eventuales regularizaciones o acuerdos con los propietarios originales. Así, es muy complejo resolver las situaciones de precariedad previas al catastrófico siniestro. Además, en ese grupo hay una muy humana resistencia al cambio, pues esos ocupantes ilegales temen un destino incierto. Resolver el problema de ese grupo es tarea delicada, pero ineludible.
Hay además entre los damnificados 196 grupos familiares en una confusa situación en su condición de allegados, arrendatarios, cesionarios o en otros casos de indefinición que también exigen una solución de acuerdo a cada situación específica.
Se debe abordar el tipo de daño registrado en cada vivienda y también la destrucción del mobiliario provocado por el fuego. Hay ahí montos importantes en inversiones de equipamientos hogareño que a través del tiempo han significado el mejoramiento de la calidad de vida de los residentes. Ese es un punto que no se puede dejar pasar y se debe establecer algún tipo de subsidio o crédito blando que facilite la recuperación.
En lo general, el proceso de reconstrucción de viviendas cuando corresponda, o de relocalización, debe tener en cuenta el tema de la accesibilidad, materia que no solo refiere al ingreso de vehículos de emergencia, sino que también a la vida diaria de los moradores, cuestión que toca al transporte público y a vehículos propios.
Todos los aspectos señalados exigen una atención permanente de la situación con un seguimiento de los avances tanto de las tareas que corresponden al Ministerio de la Vivienda a través del Serviu, como a la Municipalidad de Viña del Mar.