EN LA VIÑA DEL SEÑOR El rinconcito de la consentida
POR GABRIELA CHOMER GABRIELA CHOMER
Todo comenzó temprano ayer martes en el Palacio Baburizza. A eso de las 9.30 llegó el primer invitado, el expresidente de la Cámara de Diputados, Edmundo Eluchans Urenda, flanqueado por sus escuderos Germán Pérez y Jaime Varas. Al rato lo hizo el senador DC, Matías Walker, y casi al filo de la hora la diputada y actual jefa de bancada de Comunes, Camila Rojas. Los tres venían al primer debate constitucional convocado por el Centro de Estudios y Análisis Legislativo, CEAL, de la PUCV, en conjunto con El Mercurio de Valparaíso.
Lo más llamativo fue la gran comitiva que acompañó a Eluchans, que dio forma a una suerte de banderazo de la UDI para apoyar a su seguro candidato constitucional. Tras Varas y Pérez, arribó el core Manuel Millones, cercano a Eluchans, y con quien tiene una suerte de pacto para que el exdiputado, le apoye en su opción municipal en Viña del Mar. También se pudo ver a otro exdiputado, Osvaldo Urrutia, esta vez acompañado del joven dirigente del gremialismo y flamante secretario general de la UDI regional, Cristián Barrera, quien -como buen joven educado en los estacionamientos de la avenida Suecia- llegó vestido con la tenida oficial de la juventud de su tienda o, como diría un amigo, "con la polo dominguera".
Poquito más tarde se dejó caer María Angélica Silva, la "Guly", titular en las dos últimas intendencias de Raúl Celis y Jorge Martínez, quien no podría estar ausente en el apoyo al candidato de su partido, aun cuando ella misma rechazó el llamado del ex Presidente Sebastián Piñera para ir en la lista opositora al Consejo Constitucional.
Siguiendo en el Baburizza, y a pesar de que a la llegada los peladores de siempre alegaron que no había catering, el productor Juan Riquelme y el director del museo, mi buen amigo Rafael Antonio Torres Arredondo (algún día hablaremos del bello acrónimo que forman las iniciales de su nombre), reaccionaron con rapidez y consiguieron dosis de cafeína para los invitados. El único que no agarró fue Urrutia, pero dicen que Jaime Varas se tomó al menos dos, además de zamparse un par de bollitos más tarde en la cafetería.
Una vez ya todos instalados, comenzó la actividad bajo la moderación de mi colega y director, Carlos Vergara (quien volvió extrañamente simpático tras una semana de vacaciones en Punta Arenas), acompañado por el circunspecto abogado de la PUC, y exmiembro del TC, Alan Bronfman, la cual destacó por un encendido y elevado debate de los tres invitados estelares (ver detalles serios en la página 6 de esta edición).
Todo esto ocurría bajo la atenta mirada del omnipresente Gianni Rivera, dedicado a responder las preguntas de Millones por el famoso ATP de Viña que pretende organizar Hans Gildemeister y el trabado aporte financiero de la Corporación de Turismo (ver página 2). Como bien dijo alguien por ahí, y como suele ocurrir en esta región, van a tener que ser los "Cuatro Jinetes del Apocalipsis" (como llaman con extremo afecto al cuarteto de cores conformado por Millones, Roy Crichton, Percy Marín y Manuel Murillo) quienes resuelvan el entuerto y se hagan cargo de las pataletas del gobernador Rodrigo Mundaca y del directorio de la Corporación, que anteayer se le sublevó en su propia oficina, y -hablando en jerga tenística- terminó por "romperle el servicio".
En las afueras del Paseo Yugoslavo, en tanto, todo se complicó cuando llegaron inspectores municipales a fiscalizar a los autos mal estacionados. Quienes se movieron rápidamente, pero obviamente no se identificaron con los funcionarios -porque de hacerlo habría sido flor de atado e infracción segura- fueron los ágiles de Rivera y Varas, quienes haciendo malabares e invocando el servicio a la democracia que se desarrollaba en el Museo Municipal salvaron de la infracción a los parlamentarios Walker y Rojas, aunque no se libraron de las quejas del dueño del restaurante Circular.
Pese al empeño que ambos le pusieron, hasta el cierre de esta edición no estaba claro si Rivera y Varas consiguieron invitación a almorzar.