LA TRIBUNA DEL LECTOR ¡Cuidado con la política exterior!
POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO
Por su propia realidad geográfica Chile ha desarrollado una política internacional que ha buscado evitar enfrentamientos con sus vecinos o, en su caso, prepararse con tiempo para reaccionar ante crisis serias que podrían producirse con uno o varios de ellos. Si analizamos la historia con Perú, por ejemplo, veremos que esa fue la tónica previa a la guerra con la Confederación Perú-boliviana (1837) y posteriormente a la Guerra del Pacífico. Antes del inicio de esta última, Lima, que ya tenía un acuerdo secreto con La Paz, consultó a Buenos Aires respecto a su disposición para unirse en contra de Santiago, cosa que no se produjo gracias, en parte, a las hábiles resoluciones tomadas por Chile. Es bueno recordar al respecto que dicha idea de Lima llegó en su momento a estar en conocimiento del Congreso Nacional en Buenos Aires.
Por otra parte, es del caso no olvidar cómo Chile cubrió la posible reacción limeña en la crisis de fines de 1978 con Argentina, cuando Buenos Aires solicitó oficialmente a Lima hacer una alianza para declarar en conjunto la guerra a Chile, idea que el entonces Presidente Morales Bermúdez desechó. En cuanto a lo acaecido con Argentina resulta adecuado traer a colación que en el incidente del Islote Snipe o en el inminente enfrentamiento de fines de l978, la acción diplomática desarrollada por la Cancillería chilena fue cuidadosa, suficientemente preventiva en el tiempo e inteligente en el desarrollo de los hechos mismos.
Hoy con gran preocupación nacional se puede constatar que todo aquello, que en cada ocasión se llevó a cabo con tiempo y con extremo cuidado, no existe y no parece que haya intención de intentarlo. Da la impresión de que el Presidente de la República, constitucionalmente responsable de la política exterior , prefiere darse gustos personales o proceder de acuerdo a la tendencia ideológica de sus cercanos.
En el caso de nuestro vecino del norte en la crisis actual que éste sufre hubo al inicio una reacción adecuada chilena cuando abandonó el Palacio Pizarro el ex Presidente Castillo después de sus fallidos golpe de Estado e intento de asilo en la Embajada de México en Lima. A diferencia de otros Jefes de Estado como AMLO, que tuvieron discursos muy militantes de carácter político, el actual ocupante de La Moneda fue mesurado, teniendo en consideración que todo lo que se dice en Santiago se mira con ojos especiales en Lima y que no se olvida, distinto a lo que sucede con el resto de los países. Pero, a poco andar todo ello fue olvidado en la cita de la Celac, lo que obligó a la canciller peruana a tener una reacción fuerte a los dichos del Presidente Boric, los que no se limitaron -como era esperable- a expresar su pesar por las víctimas de los incidentes acaecidos en estas últimas semanas en Perú y dar su pésame a los familiares de aquellas, al mismo tiempo que abogar por la normalización del caos político que allí se vive, sino que entró al terreno político propiamente tal. Ello obligó a la canciller peruana a dar una contestación descalificadora inmediata a lo expresado por el Presidente chileno. Adicionalmente, en un gesto que tiene especial significado en el ámbito diplomático, el embajador chileno en Lima fue llamado a Torre Tagle para expresarle oficialmente su molestia por las expresiones del mandatario chileno en la cita de Buenos Aires. En pocas palabras, estos últimos días han dejado la relación bilateral en su nivel más bajo.
A mayor abundamiento, lo relatado acaece en un momento muy delicado en la vida del Perú. Es un hecho de la causa que tarde o temprano la crisis interna actual que el país vive derivará en una elección presidencial. Todavía no se sabe cuándo se realizarán los comicios para ello y los partidos políticos no han mencionado nombres que puedan postularse. Sin embargo las encuestas en ese país señalan que quien por lejos tiene el mayor respaldo popular, alrededor de un 40%, es Antauro Humala, hermano del ex Presidente, quien como éste fue oficial de Ejército. Antauro fue condenado a años de prisión -antes que Ollanta fuera Presidente- por haber intentado un golpe de Estado que dejó policías y militares muertos. Su hermano cuando fue Jefe de Estado no lo amnistió y aquél debió cumplir toda la pena, lo que acaba de suceder. Antauro, a diferencia de Ollanta, es fiel seguidor de la doctrina creada por su padre, un profesor marxista que inventó lo que en su tiempo llamó "etnocacerismo". Este pensamiento tiene como objetivos en cuanto al "etno" la supremacía de los descendientes de los habitantes originales del país sobre "los blancos" y el "cacerismo" se remota a la figura de Andrés Avelino Cáceres, el general peruano que luchó contra Chile en la denominada "campaña de la sierra" que se desarrolló durante la ocupación chilena. Es decir, dicho pensamiento político es intrínsecamente anti-chileno. Antauro lo ha dicho con todas sus letras: "Si soy Presidente, mi política internacional tendrá como objetivo principal la devolución de Arica y la reconquista de Tarapacá" .
Como si lo anterior fuera poco, el bochornoso incidente con el embajador argentino Rafael Bielsa, hombre de dilatada y prestigiosa trayectoria no solo en su país sino en el mundo dada su acción cuando fue canciller, ha dejado la relación con el vecino allende Los Andes en un bajísimo nivel. Por más que se pretenda negarlo tanto en Santiago como en Buenos Aires el tema ronda en ambos países. El actuar de la Cancillería con Bielsa fue además injusto, pues me consta su conducta positiva hacia Chile cuando estuvo a cargo de las relaciones internacionales de su país y se produjeron algunos roces bilaterales de cierta complicación. En resumen, se puede dar el muy posible caso que tengamos a Antauro en el Palacio Pizarro y a un habitante que nos mirará con ojos de pocos amigos en la Casa Rosada.
Mis preguntas, entre otras, son: ¿El Presidente Boric esta enterado de esta realidad? ¿Alguien ha pensado en la Cancillería lo que todo este cuadro vecinal significa? ¿Se ha meditado en cuál será la reacción chilena frente a cada alternativa? ¿Se ha diseñado una política continental preventiva para implementarse en el momento adecuado? ¿Se ha incluido a las Fuerzas Armadas en el análisis que se debe realizar?
Adicionalmente y para completar el cuadro preocupante ante la realidad descrita, el Presidente Boric y su entorno han hecho todo lo posible para tener las peores vinculaciones con Israel, país con el cual Chile ha mantenido por años una vinculación no sólo diplomática, sino que además otra castrense que asegura un abastecimiento militar que es indispensable poseer para mantener la capacidad disuasiva que el país pueda en su momento requerir.
La conclusión unánime entre quienes hemos dedicado nuestras vidas profesionales a las relaciones internacionales de Chile y a la defensa de sus derechos, es que el país aparece en el campo exterior como un velero sin velas y que para peor ha perdido su timón.