Correo
Conservación privada
El cambio climático y la crisis medioambiental son fenómenos con los que definitivamente la humanidad está en deuda, pues no hemos sido capaces de tomar medidas profundas para detener su avance. En esto, las cifras hablan por sí solas: Menos del 30% del planeta está conservado y la vida salvaje ha disminuido en un 68% durante los últimos 50 años. Y si hacemos zoom en nuestro país, el gasto del Estado en conservación es de menos de dos dólares por hectárea, solo un 21% de nuestro territorio está bajo Áreas Protegidas, y el reciente conflicto de los guardaparques nos hizo recordar que apenas uno de ellos debe resguardar cerca de 36 mil hectáreas.
Sin embargo, es un privilegio que en nuestro país contemos con bosques capaces de almacenar tres veces más carbono por hectárea que la Amazonía, al mismo tiempo que tenemos la tercera reserva de agua dulce más importante del mundo. Pero, es evidente que el Estado, filántropos, ONGs y grandes grupos económicos no pueden ser los únicos actores de la conservación, ya que más del 65% del bosque nativo en Chile está en manos de privados.
En este contexto, la conservación privada ha jugado un importante rol subsidiario de estas deficiencias. En 1997 los privados conservaban 450 mil hectáreas en Chile, y en 2013 esa cifra creció casi hasta el millón 700 mil hectáreas. Dicho trabajo está siendo actualizado y prontamente se darán a conocer los números actuales, que se anticipan aún más altos.
En este sentido, un modelo eficiente y eficaz para democratizar la conservación es el de los parques rurales, los que existen gracias a la voluntad de miles de personas que, de manera particular se acogen a un formato donde el resguardo de espacios naturales que les pertenecen es total, dejándolos asegurados a perpetuidad y monitoreados por un tercero que actúa como garante y fiscalizador. Así, el dueño mantiene su derecho de propiedad, pero bajo "nuevas reglas", en las cuales la protección del patrimonio ambiental se impone al concepto más tradicional de propiedad privada.
Esta tendencia, inspirada en el modelo Land Trust de EEUU, e impulsado en diferentes lugares del mundo, lleva años teniendo presencia en Chile con iniciativas lideradas por Geute Conservación Sur, Patagonia Sur, Fundación Tierra Austral y muchas otras organizaciones, ONG´s y privados que han hecho posible su desarrollo a lo largo del país.
Sin embargo, pese a lo innovador del modelo, no todo ha sido fácil en el desarrollo de estos proyectos, ya que líneas más puristas de conservación, sin fundamento técnico ni jurídico, quieren dejar a toda costa a las personas como turistas de la naturaleza y no como protagonistas.
Lo anterior nos hace preguntarnos: ¿Es la conservación únicamente la protección absoluta sin presencia humana de un área natural?
No perdamos la oportunidad de maximizar los beneficios de cuidar la tierra, por mantener una sola visión de desarrollo. Entonces, el camino parece ser el desarrollo de una gran alianza público privada para promoverla, porque definitivamente el Estado no pudo, no puede, ni podrá por sí solo, y el actual escenario no deja más espacio que sumar esfuerzos y entender que todos somos un actor relevante en ella, pero a nadie le pertenece exclusivamente, aunque a algunos grupos les cause tanto conflicto compartir la protección de la naturaleza.
Diego Varela Fundador de Biósfera Austral
Ausencia de la canciller
A raíz de la ausencia de la canciller durante - quizás- el más grave desastre no sísmico de nuestra historia ( no digo desastre "natural", porque las evidencias dicen otra cosa), que afecta a varias regiones de nuestro país y en que hemos necesitado requerir el apoyo de otros países, llama la atención la falta de responsabilidad, compromiso político y ético con su función, y por qué no decirlo también, su falta de vergüenza y patriotismo.
Lo anterior me recuerda cuando la madrugada del 24 de mayo de 1875 se desató un violento temporal en la bahía de Valparaíso. La corbeta Esmeralda se encontraba amarrada con cadenas a su boya pero el vapor "Valdivia" que se encontraba próximo, garreó y colisionó a la corbeta, cortándole sus cadenas, rompiéndole el bauprés y echándole abajo el palo trinquete, quedando ésta al garete. Todo esto transcurría mientras su comandante, el capitán de fragata Luis Lynch, y su segundo comandante , el capitán de corbeta Arturo Prat, que se encontraba con licencia médica, sin mediar órdenes superiores lograban llegar a bordo en botes a remo, poniendo sus vidas en riesgo al subir a bordo; incluso Prat se lanzó al agua para ser izado con una cuerda. La presencia a bordo de sus máximos jefes para dirigir la maniobra finalmente logró salvar el buque que tanta gloria le dio a Chile 4 años más tarde.
Seguro que si nuestras actuales autoridades conocieran estos ejemplos de responsabilidad y compromiso heroico, sus conductas y ejemplo a la comunidad nacional serían muy distintas.
Reinaldo Reinike Espinoza
Orquesta Festival
Luego de una contundente y transversal presión deplorando la ausencia de la Orquesta del Festival de la Canción de Viña del Mar, felizmente se revirtió tan anómala decisión.
No obstante recibirse con amplio beneplácito, no se ha especificado en qué términos exactamente se contará con la tradicional Orquesta Festival, en cuanto su conformación, amén si en los hechos su participación será plena o parcial.
Para una completa claridad, sería oportuno que el director musical ofrezca públicas garantías de que no habrá ninguna clase de samplers y, por tanto, su protagonismo no se verá alterado, esto en el entendido que la actual favorable coyuntura pandemial no amerita excusar la ausencia de agrupaciones orquestales en los espectáculos. Baste ver, como ejemplo, el retorno a los fosos de las orquestas en teatros cerrados como soporte musical para la ópera, ballet y musicales.
Viña del Mar tiene un nombre internacionalmente respetado por décadas, con certámenes de tanta tradición en diversos ámbitos como el mismo Festival de la Canción, el Concurso Dr. Luis Sigall y el Festival Internacional de Cine, siendo menester que la misma comunidad viñamarina custodie su cuidado por sobre toda concesión.
Jaime Torres Gómez