Alerta en aniversario de la prensa nacional
Los intentos de control de los medios son una vieja tendencia, disfrazada de "cuidados", que acecha a la comunicación social. La prensa, medios escritos, radio, televisión, cine y plataformas digitales, cumple con informar, opinar, educar y entretener. Para cumplir esas tareas, ese servicio público, debe ser libre, sin matices.
Se cumplen hoy 211 años de la publicación de la primera edición de La Aurora de Chile. Su aparición marca el nacimiento de la prensa en Chile. El periódico, publicado bajo la dirección del sacerdote Camilo Henríquez, era expresión de la inquietud libertaria que buscaba consolidar la independencia nacional y lograr la separación definitiva del poder español. Se expresaba en el primer número, pequeño formato, que el objetivo de la publicación era para "disponer la ilustración popular de modo seguro y transcribir con el mayor escrúpulo la verdad, que sola decide de la suerte y crédito de los gobiernos".
Ambicioso proyecto, especialmente considerando la bajísima alfabetización de la población y las dificultades para la distribución del periódico mismo a lo largo del país.
Se alcanzaron a publicar 58 números de la Aurora, reemplazada por el Monitor Araucano, que llega a las 183 ediciones. La Reconquista frena el desarrollo de la naciente prensa nacional, sin embargo, lograda la Independencia definitiva las publicaciones alcanzan un notable desarrollo en todo el país. Así, hasta la década de 1880 nacen 1060 publicaciones periódicas de las cuales desaparecen 887. Valparaíso es una de las ciudades con mayor cantidad de publicaciones, algunas de breve existencia, otras de mayor extensión en sus ediciones, pero únicamente se mantiene hasta la actualidad El Mercurio de Valparaíso, fundado el 12 de septiembre de 1827. El interés por crear medios en un país de escasa población -2,5 millones en 1885- y de baja alfabetización, marca de cualquier modo el valor que se da a la información y a la posibilidad de expresar opiniones, ideas y también de interpelar a la autoridad. Un ejercicio concreto de libertad. Todo lo anterior es una expresión del vigor con que nace la prensa nacional y también de esfuerzos por subsistir cuando presiones de diversos sectores han intentado, a lo largo de la historia, de controlarla o, sencillamente, silenciarla. Esa es una vieja tendencia perfeccionada en los regímenes totalitarios como aquellos de la Unión Soviética o de la Alemania nazi, donde del ministro de Propaganda de Hitler, el doctor Goebbels, llegó a la perfección en el manejo de la comunicación social a través de los medios escritos, la radio y el cine. Esta tentación de control de los medios se mantiene vigente maquillada de buenas intenciones destinadas a proteger a la comunidad de informaciones comentarios incómodos para el poder. Recientemente hemos asistido en nuestro país a propuestas en esa dirección en que se busca sustento académico. La prensa de hoy, medios escritos, radio, televisión, cine y plataformas digitales, cumple con informar, opinar, educar y entretener. Para cumplir esas tareas, ese servicio público, debe ser libre, sin matices ni esos "cuidados" que en el fondo buscan silenciarla y ante los cuales siempre hay que estar alerta.